𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 [2]── The Chronicles of Narnia

FINAL|

Los abandoné, perdón :(
Además de que me pasaron tantas cosas que no puedo decir, tampoco tuve ganas de escribir esta historia, pero ahora si y espero escribir los epílogos rápidamente.

Amelia salió con su armadura ya puesta y con su rostro que parecía no haber pasado nada hace 20 minutos atrás. Lo ultimo que quería generar era un revuelo por haber llorado.

Todos yacían en la cubierta, observando a Caspian dar un discurso sobre la popa, delante del timón. Amelia se encontraba a un costado junto con Ethan, al cual también le había colocado una armadura de su tamaño y el niño se encontraba quejándose.

Cuando él dejó de hablar, todos empezaron a gritar ¡por Narnia! ¡Por Aslan! Haciendo reír al príncipe y copiar lo que estaban diciendo.

No se sabe en cuánto tiempo exacto, pero el viajero del alba se encontraba dentro de aquel gas grisáceo que ahora parecía ser negro y dar un aspecto de que fuera de noche. Todos se encontraban a la defensiva y alertas ante cualquier cosa que pasara. Se tuvieron que prender antorchas y faroles para que se distinguiera algo de entre las sombras.

Aquella bruma verdosa que estuvo presente durante la historia, comenzó a invadir el barco en líneas, rodeado a los marineros y a los reyes. A cada uno le afectaba de una manera diferente, a algunos con murmullos, otros con personas y a algunos hasta con imaginaciones.

Amelia se encontraba a un costado de la popa, mirando cómo la bruma se acercaba a ellos. Ethan estaba dormido por su propia cuenta en el camarote, y la reina esperaba que no despertara.

Ilusa

Ella estaba tan concentrada en los demás que no se rescató de una voz en su oído.

— Aquí estoy, ven conmigo amor— la voz de Peter resonó con un poco de eco detrás de ella. Amelia se dio vuelta rápido y descifró la forma de su ex novio en la bruma— reinemos juntos como siempre quisimos, juntos y con Ethan— su corazón palpitaba rápidamente y ninguna palabra salía de su boca. Se sentía paralizada— no me casare si me sigues...

— ¡No!— movió sus manos exasperada y toda la bruma que yacía en el barco desapareció rápidamente.

Lucy tocó su hombro y ella asustada volteó.

— ¿Estas bien?— preguntó y ella asintió levemente

Nadie supo cuánto tiempo duró aquel viaje al interior de la oscuridad. A excepción del chirriar de los escálamos y el chapoteo de los remos, nada indicaba que se movieran. Edmund, que atisbaba desde la proa, no conseguía ver otra cosa que el reflejo del fanal en el agua delante de él. Parecía una especie de reflejo untuoso, y las ondulaciones producidas por la proa al avanzar se veían pesadas, menudas y sin vida. A medida que transcurría el tiempo todos, excepto los remeros, empezaron a tiritar de frío.

Repentinamente, de alguna parte -nadie tenía el sentido de la dirección claro a aquellas alturas- les llegó un grito, bien de una voz inhumana o de alguien presa de tal terror que casi había perdido su humanidad.