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La noche fue amena para toda la tripulación

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La noche fue amena para toda la tripulación. Todos tenían sus barrigas llenas de comida y de la buena bebida, se dedicaron un tiempo a su propio bienestar y a la comunicación entre ellos.

Claro, todos menos la hechicera.

Amelia luego de ver aquella escena, ni siquiera apareció por la mesa de Aslan, ni mucho menos por los ojos de Caspian.

Ella estaba a un costado de la isla. En un acantilado, mejor dicho. Tenía su collar entre sus manos y sus palmas entrelazadas. Sus rodillas, cubiertas por su pantalón, yacían sobre la tierra húmeda debido al rocío de la noche.

Cualquier persona que la viera pensaría que estaba rezando junto con un rosario.

Pero lo que estaba haciendo era hablarle a un ser muy querido.

— Oye Aslan— susurra, como si él estuviese al lado suyo y pudiera oírla— se que hace mucho no hablo contigo como antes, es que...— dejó un silencio— han pasado tantas cosas que no te imaginas— soltó una pequeña risa, pero luego esta se desvaneció en un pequeño suspiro— te extraño— su mirada, posada en las estrellas, estaba cristalizada debido a las lágrimas que había estado derramando.

El collar se sentía frío y apagado a comparación de antes. A pesar de la energía de Ethan y de ella, había otra energía que no pertenecía allí y eso estaba apagando el poder y magia de aquella joya. Su color morado cada vez se encontraba más azul y con eso llevaba a una sola cosa.

No podría aparecer más en el plano donde yacían Peter y Susan. Su plano natal.

— Aslan, ¿está bien como estoy actuando? ¿Estoy tomando el camino indicado con Caspian? ¿Debo seguir esperando a Peter?— sus orbes castañas bajaron a sus manos entrelazas con el collar en medio de ellas. No pudo evitar parpadear y que lágrimas callaran por sus mejillas— no se que hacer, por favor dame una señal— sollozó

Sintió una leve brisa que hizo que las hojas que habían en el piso se removieran y que las ramas de los árboles se chocaran entre sí. Sintió un aliento cálido recorrer su cuerpo y que su interior se tranquilizara.

Levantó su mirada confundida pero se alarmó cuando escuchó unos pasos provenir de entre el bosque.

— ¿Aslan?— giró ilusionada pero su semblante decayó cuando vio al hombre que menos quería ver en estos momentos— ah, eres tú— rodó sus ojos y limpio rápidamente sus lágrimas, volviendo a su posición inicial

Los pasos fueron avanzando hasta que el peso de un cuerpo cayó sobre la tierra, al lado suyo. Las manos del hombre jugaban entre sí y se relamió los labios antes de hablar.

— ¿Que está mal?— preguntó sin mirar a Amelia.

Ella rió amargamente.

— ¿Que está mal? ¿En serio?— lo miró alzando sus cejas. Caspian, giró su cabeza hacia ella. Ambos ojos cafés conectándose en sintonía— creí que eras diferente, Caspian. En verdad lo llegué a pensar— apretó sus labios— pero veo que me equivoqué. Eres igual que todos— negó con su cabeza y soltó su collar en la tierra, para luego abrazar sus piernas y quedarse en posición fetal.

𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 [2]── The Chronicles of NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora