Benedict.

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Capítulo dedicado a ZamanthaJimenez720 por ser el primer comentario de la historia. Muchas gracias.

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El chico de ojos verdes había estado visitandola toda la semana. A este punto se sabía de memoria el recorrido de su cuarto al salón donde la joven trabajada. Nunca entraba y según él "había sido discreto" pero estaba a años luz de serlo. En todas las veces, Victoria lo notó pero fingió no hacerlo para ver que hacía y porque le agradaba su "secreta" compañía.

Victoria sintió que alguien la veía y supo que el chico ya estaba ahí, se acomodó tomando el martillo, tratando de lucir lo mejor posible, le gustaba que el joven viniera a verla y no podía dudar que era increíblemente atractivo a sus ojos, era tan alto, su cabello era ondulado y negro, sus ojos le parecían un poema y desprendía tanta elegancia incluso si no la pretendía. Sin duda era un joven de ciudad y con modales, muy diferente a los chicos que ella conocía.

No había duda, estaba embelecida con su belleza, hacía mucho tiempo no se sentía atraída por ningún chico de la escuela y no era como tampoco buscara a los hombres del colegio, la mayoría eran muy desagradables a sus ojos, siempre trataba de estar lejos de ellos, más de uno había intentado sobrepasarse con ella y en varias ocasiones había recibido propuestas indecorosas que no eran de su agrado en lo absoluto. Por ello mismo había dejado de pintar y prefería escupir, los hombres no se interesaban en ese arte y ella podía estar tranquila en su gran espacio. Estaba segura ahí.

Sin embargo, tenía muchas amigas, casi todas las musas eran sus allegadas. La mayoría de ellas eran chicas que no habían conseguido casarse, otras tantas eran de bajos recursos que preferían estar aquí ya se les brindaba una seguridad que en casa no existía, otras no tenían a nadie y estar ahí era mejor que cualquier cosa, unas jovenes no tenían suficiente dinero para una dote aceptable y otras tantas, lo hacían por mero gusto.

Las musas eras las modelos de las clases de pintura y dibujo, que se despojaban de sus prendas sin tapujos y muchas veces se volvían amantes de los estudiantes saciando sus necesidades, además de ello algunas también cocinaban y limpiaban la academia. Eran de todo un poco pero eso les permitía vivir, además el señor Michael Lamprou siempre las procuraba y las cuidaba mucho, casi como hijas propias.

--¿Planeas venir todos los días?-- Preguntó la chica armandose de valor mientras se giraba, "atrapandolo" e impidiéndole que se fuera, había sido descubierto completamente.

Benedict no supo que decir pero se le asomó una sonrisa traviesa, Victoria se sintió tan atraída hacía esa sonrisa, era encantadora.

--Te he notado toda la semana, Benedict.-- Agregó mientras se acercaba a él, sonando tan envalentonada, tan segura, siendo que ya estaba nerviosa.

Este aún tenía una sonrisa como de niño pequeño, inocente pero incluso seductora. El joven no sabía que responderle y la joven salió al rescate.

--¿Le interesa la escultura?-- Preguntó la pelinegra.

--Siendo sincero, jamás, en lo más mínimo, pero, tus trabajos me llaman la atención.-- repondío con una voz que a los oidos de Victoria era bastante agradable. --Me ha sido imposible no sentirme un poco atraído a su trabajo.-- Respondió y por su mente pensó que más allá del arte, se interesaba en ella. Estaba atraído por Victoria.

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Hola, espero que sigan disfrutando la historia, si quieren que les dedique un Capítulo, no olviden comentar y votar. Intentaré dedicar capítulos de ahora en adelante, escogere al azar o dependiendo el nivel de apoyo que vea.

Cuídense.

I'm truly yours. - Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora