Paint.

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--¿En serio?--Pregunté incrédula.--No creo que sea yo la fuente de inspiración qué necesitas.

Benedict llevaba unos minutos pidiéndome qué fuera su modelo para un trabajo que tenía que entregar en su clase de pintura.

--Tú eres mi mayor inspiración.--Afirmó mientras besaba mi mejilla.--Eres la musa de todas mis obras y la dueña de todos anhelos.--El tono de su voz aceleró mi corazón.

--¿Ah si?--Rete con picardía.--¿Qué tanto soy tu musa?--Pregunté mientras me acercaba más a él.

--Siéntelo tú misma.--Susurró cuando estuve sentada en sus piernas. Sentí mis mejillas arder y mi corazón a punto de salirse de mi pecho en cuanto lo sentí creciente.

Suspiré mientras me pegaba a él, tomó mi mentón suavemente guiándome a besarlo.

--Me vuelves loco.-Soltó para comenzar a repartir besos por mi cuello.--Despiertas todo mi ser y lo consumes en un fuego que no quiero que se acabe jamás. 

Sonreí y comencé a quitarle la camisa, amaba sentirme deseada por él.

--Me gustas mucho.-Susurré mientras comenzaba a besarle el pecho de arriba hacía abajo.--Me encanta ser tuya.

Y ahí mirándolo desde abajo, Benedict se entendió aún más. Me guío hacía arriba y tomándome de la mano me guío hasta su cama. 

Una sesión intensa de besos comenzó, nos tocábamos y sentíamos con mas libertad y espacio. Me encantaba que él siempre encendía mi cuerpo y me hacía perder toda inhibición. Éramos solo él y yo. 

--Te necesito ya.--Ordené después de sentir que no podía aplazarlo más. Benedict acato mi orden rápido, subió mi falda y se acomodó para adentrarse en mí. 

Los gemidos no se hicieron esperar, me sentía tan agitada y caliente. Me encantaba que Benedict supiera tanto y que fuera tan bueno haciéndolo, siempre ponía mi placer primero que su liberación y no había nada que me agradara más. 

Me encantaba tomarlo por el  cabello, pasar mis manos por aquellas hebras gruesas y rizadas.  Benedict se dedicaba a besar mis pechos y seguir un movimiento rítmico delicioso. 

--Dios.--Murmuró el ojiverde mientras aumentaba el ritmo y se concentraba en mirarme. 

Mi piel ardía en los lugares donde me había besado, era como un hechizo. 

--No pares.--Supliqué casi sin voz. 

Un abrumador orgasmo llegó a mí y supe que Benedict estaba cerca cuando se retiró de mí, y comenzó a tocarse terminando en mi abdomen. 

Dejé escapar un suspiro y cerré los ojos, sentí que se acostó a mi lado. 

--Ganaste Benedict, seré tu modelo.--Solté con los ojos cerrados.--Pero jugaste sucio, así que espera mi venganza.

Una deliciosa risa salió de sus labios, cuando abrí los ojos y lo miré, tenía un brillo en la mirada. No podría estar más enganchada a él.

Aun era temprano, si acaso, la media tarde así que nos dispusimos a trabajar en la dichosa pintura. Entramos al salón de Benedict en donde ya no había nadie, me indicó que me sentara en la silla de frente y no me pidió mucho más que sentarme como lo haría cualquier otro día de la semana.

Me miraba tan concentrado que me ponía nerviosa, recorría cada parte de mi de una manera tan minuciosa. 

--Me haces sentir tan inspirado, esta va a ser una obra increíble.--Asentí, dándole la razón. Yo tenía incluso más Fé que él en su talento y el potencial que tiene.

Llevábamos un buen rato ahí, por las ventanas ya no entraba luz y ya habíamos prendido algunas velas. 

--Creo que deberíamos seguir después.-Anuncié mientras bostezaba, me sentía algo cansada. 

Benedict asintió, comenzó a guardar sus cosas y nos fuimos. 

Pasamos a la cocina por un bocadillo y nos fuimos directo a mi cuarto.

Me desvestí, él lo hizo también y desnudos entramos a la cama, nada sexual, más bien una forma de conexión más allá del cuerpo. Dormí más cómoda qué nunca.

I'm truly yours. - Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora