Celos.

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La repentina llegada de Theo Wembley me había sorprendido, ninguna carta previa había notificado pero incluso aún, era una grata sorpresa.

El irlandés había venido a revisar la escultura de su tía a la cual solo le faltaban los últimos detalles, además el joven tenía ganas de visitarla y saber como iba su vida, después de todo, no olvidaba el ataque de ansiedad que había vivido Victoria.

Theo había sido una grata compañía, en estos pocos días ya habíamos leído varios libros y habíamos hablado de lo que parecía un mundo de posibilidades. Me sentía tan cómoda con él y se agradecía, claro que no todo eran alegrias, en mi corazón aún estaba Benedict y seguía doliendo pero su compañía me hacia sentir menos sola.

-Es la mujer más hermosa.-Susurró Wembley. Mientras me contaba de una joven que estaba cortejando.

-Si ella es la mas hermosa, ¿Soy fea entonces?-Cuestione divertida,  bromeando claramente.

-Eres preciosa, ya te habría dado una sortija y pedido la mano a tu padre.-Respondió galante mientras se reía animado.

El sonido de un vaso romperse contra el suelo llamó mi atención. Era Benedict, sus ojos notaban sorpresa y confusión, estaba muy cerca de nosotros y seguramente había escuchado a Theo.

-Pero ella existe entonces no tienes posibilidad alguna de ser Victoria Wembley.-Soltó mientras se riea fuertemente.-Realmente creo que podría casarme con ella.-Agregó.

Claramente éramos amigos, buenos amigos pero eso Bridgerton no lo sabía y note su molestia cuando se dio la vuelta pisando fuerte.

No me reí, mi estómago estaba revuelto. El pelinegro miró detrás de él, viendo la silueta de Benedict a lo lejos.

-Oh.-Soltó-¿Nos habrá escuchado?-Asentí confirmando lo que era obvio.-¿deberia hablar con él? Si quieres le explico.

Negué rápidamente.

-Si él cree que en menos de un mes me casaría con otro, esta equivocado y me duele que piense eso, como si no creyera en el amor qué le tengo.-Susurré algo dolida.

A la mañana siguiente Theo se regresaría a Irlanda, volvería al siguiente mes para llevarse la escultura. A modo de despedida habíamos organizado un pequeño baile qué más que baile, era una pequeña fiesta. Los encantos de Wembley habían dejado encantados a la mayoría de mujeres y hombres del lugar, así que todos estaban más que entusiasmados con la velada.

-Esto es más de lo que esperaba.-Me comentó el hombre a mi lado, ambos íbamos con los brazos entrelazados dando una vuelta por el salón y saludando.

Le sonreí y nos dirigimos por una copa, algo de vino estaría bien.

Aprovechamos nuestra última noche hablando muchísimo a contra reloj y después de que los temas se terminarán, decidí ir a mi habitación a dormir porque mañana tendría que despertar temprano para acompañarlo en su partida y además, sería bueno que conviviera con los otros hombres sin mi.

Suspiré mientras caminaba hacía las escaleras, el ambiente estaba frío y se podían escuchar los arboles moviendose, era una noche tranquila incluso con el ruido que provenia de la reunión.

A lo lejos observe en la escalera una pareja sentada, la mujer estaba muy cariñosa por lo que podía notar.

Mi corazón se detuvo y una ola de rabia me inundó, era Benedict con una de las nuevas acompañantes qué habían llegado esta semana.

La mujer estaba sentada en una de sus piernas, uno de sus brazos rodeaba la espalda del Bridgerton mientras con la otra se sujetaba a él mientras repartía besos por su cuello.

-Benedict Bridgerton.-Exclame fuerte y claro, una vez que estuve frente a ellos.

Giró su mirada sin ganas pero una vez que me vio abrió los ojos sorprendido.

-Te levantas ya mismo.-Ordene molesta. Mientras la mujer me veía, era una pelirroja bajita y delgada de ojos azules, muy bonita realmente.

El ojiverde no demoró, se alejó de la mujer y se levantó rápidamente.

-Pensé que tendríamos una noche divertida, guapo.-Habló aún coqueta sentada en las escaleras.

-Pues pensate mal, querida.-Respondí mientras la miraba, ella también lo hacía retadoramente.-No te le vuelvas a acercar jamás, ¿lo entiendes?

La rabia me consumía, porque esta mujer se sentía tan resbalosa y aún peor, ¿por qué diablos Benedict estaba aquí sentado con ella medio ebrio?

-Si no, ¿qué?-Contraataco con una sonrisa socarrona.

-Si lo haces, tendrás que irte de la academia.-Sentencie segura.-Soy Victoria Lamprou.-Terminé mencionando a lo que la mujer bajo la mirada entendiendo la referencia de parentesco.-Ahora si nos permites, ya nos vamos.-Agrege tomando la mano de Benedict para subir, estaba echa un manojo de celosos burbujeantes.



I'm truly yours. - Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora