Victoria.

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El lugar era bastante grande, lleno de cuartos con todo tipo de hombres artistas, Benedict se encontraba algo desubicado pero ya se había hecho a la idea de que nadie vendría a por él, que aquí el ser un Bridgerton no le daba ninguna ventaja o trato preferencial y aunque era algo diferente no le molestaba, era como quitar una carga extraña que había venido acarreando toda su vida y que en ocasiones le era incómoda.

Tomó algunas cosas y se dispuso a salir para encontrar su salón y tomar su primera clase de dibujo. Si bien desconocía donde estaba su salón, al menos sabía a que hora empezaban sus clases.

No sabía la cantidad de puertas que había abierto a este paso pero no estaba dispuesto a abrir ni una más aunque, rendirse no era una opción.

Escuchó uno golpes, algunos martillazos que llamaron su atención y decidió asomarse en aquel espacio que se encontraba sin puerta en la esquina del corredor de la planta baja.

Cuando entro vió toda clase de piedras, el piso estaba lleno de polvo que el mármol producía y fue casi imposible no adentrarse más a descubrir aquel cuarto, aquellas esculturas eran bastante llamativas y asombrosas ante sus ojos. Después de todo, si bien había visto esculturas en los salones pomposos a los que solía ir, todas ya estaban terminadas y con acabados perfeccionados, estas se veían más reales y claramente inconclusas. 

--¿Qué busca, señor?-- escuchó detrás de él, una voz suave que sonaba casi melodiosa pero con un toque fuerte que la hacía una voz bastante llamativa. 

Cuando giró contuvo el aliento, era una chica preciosa. De pronto se sintió confundido, se supone que era una escuela de varones y que no había mujeres, a excepción de aquellas que cumplían la función de musas en las clases o las que hacían los deberes de limpieza del lugar. 

Tenía el pelo corto, un poco arriba del hombro de un negro obscuro, además, tenía un flequillo que le cubría la frente, su piel era bastante blanca y sus ojos eran profundamente negros, llamativos. Un lunar en la mejilla se asomaba y le daba un toque peculiar. Era una mujer llamativa a simple vista, después de todo estaba muy alejada a todas las chicas que su madre solía presentarle en los bailes de sociedad, llevaba unos pantalones de hombres ajustados por la cintura color beige que se notaban abombachadaos de las piernas, si bien no era un corte para jovencitas ella se veia extreñamente bien el,  una camisa blanca porosa que llegaba a ser transparentosa  y permitía verle otra prenda de encaje color blanco. Para terminar con tremenda imagen la joven estaba descalza.

Benedict se sentía vislumbrado por aquella mujer, que si bien no era la mujer típica que él conocía, lo había cautivado, le parecía tan llamativo verla con aquellas prendas e incluso descalza, era algo nuevo, a pesar de tener cuatro hermanas nunca las había visto ni cerca de aquella imagen, su madre era muy cuidadosa a los detalles.

--Disculpe si la molesto, estaba buscando mi salón y el sonido captó mi atención, soy Benedict.-- Mencionó el ojiverde mientras hacía un ademán.

--Victoria.-- Respondió la chica con una ligera sonrisa mientras se limpiaba las manos en el pantalón.

--Creí que la escuela era de Varones.-- Agregó mientra su mirada seguía posada en ella, descubriendo pequeños detalles que lo seguían fascinado.

--Y lo es.--Asintió dándole la razón. Benedict espero algo mas, una explicación o algo similar pero era claro que no se la daría.

La joven dejó sus herramientas en una mesa y caminó hacía él.

--Entonces, ¿a qué salón se dirigía?-- preguntó mientras se calzaba unos zapatos bajos que tenían gotas de pintura.

--Al de dibujo.-- Respondió pausado mientras le observa el rostro a detalle, tenía pecas y sus labios eran carnosos fue casi imposible no sentir deseo ante ellos, su nariz era pequeña y redonda.

--¿De qué nivel, señor?--Volvió a preguntar, sus ojos lo miraban desde abajo debido a la diferencia de estatura y eso le provocó una sensación que no pudo explicar a ciencia cierta.

--Principiante.-- La chica asintió y salió de aquel cuarto, Benedict la siguió por instinto.

Caminaron por el pasillo, en sentido contrario al que Benedict había seguido hace algunos minutos. Claramente por el mismo jamás hubiera encontrado el salón. 

--¿Hace cuanto llegó, señor?-- preguntó la chica curiosa, mientras lo guiaba con paso apresurado, casi corriendo para el parecer de Benedict.

--Ayer y deja de decirme señor, no soy tan viejo.--Habló siendo simpático y la chica soltó una risilla corta.

--Aquí es.--Sentencio la joven mientras le señalaba el espacio, y antes de que Benedict dijera más o tuviera la oportunidad de agradecerle, Victoria ya se había ido.

Victoria, pensó. Era un nombre muy bonito y fuerte, sin duda perfecto para la portadora del mismo. Tenía ganas de pronunciarlo en voz alta. Tenía ganas de todo al rededor de aquel cautivador nombre.

El resto de la clase, no pudo pensar más allá de aquella joven que rompía todos los cánones de "señorita" que conocía, ella era tan peculiar, tan hermosa, tan ella.

Si de por sí, el pobre Benedict no confiaba en su talento, ni en los dibujos que hacía, el estar distraído por la joven solo lo hacía sentir más perdido y nervioso a lo que su profesor podría decirle.

--Ponga más cuidado en las líneas, señor Bridgerton, las está recargando mucho.-- Mencionó el maestro mientras pasaba a su lado y le daba una mirada a su libreta. Benedict asintió y arrancó la hoja, suspiró y frotó sus ojos. Lo empezaría de nuevo. 

Después de aquella clase, tenían un tiempo para ir a comer algo y sin duda esta vez fue más fácil llegar siguiendo a los demás. Aún no hacía ningún contacto, ni tenía prisa para entablar amistades con los demás hombres del lugar, en parte era como descansar del bullicio que solía haber en su hogar gracias a su numerosa familia y de lo estresante que llegaba a ser convivir con las demás personas de la sociedad. El silencio y la soledad le parecían cómodos aún cuando no pasaba de la semana en aquel lugar. 

En el camino al comedor, en el creció una pisca de esperanza, encontrarse con aquella dama era lo que más ansiaba desde ayer, pero, lastimosamente no corrió con tanta suerte.

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¿Qué les han parecido estos dos capítulos?

I'm truly yours. - Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora