Afortunado.

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Benedict.

--Creí que nunca acabaría el día.--Le digo a Victoria mientras entramos a su habitación.--Te extrañé tanto que sentí que me moría. 

Ella suelta una risa sonora, tan contagiosa que la acompaño. 

--Estuvimos juntos en el almuerzo, tonto.--Responde divertida mientras se quita el pantalón que lleva puesto. 

--Aún así, necesito estar juntito a ti todos los días de mi vida.--Hablé sincero mientras me quitaba la camisa. 

Ella camina hasta mí con una sonrisa en la cara. 

--Eres un romántico, no hay duda.--Asegura mientras acaricia mi mejilla.--Por eso mismo te amo tanto. 

La abrazo y ese sentimiento de ser el hombre más afortunado del mundo me vuelve a envolver. Ella sin duda es la mujer con la que quiero todo. 

Después de estar cómodos, nos acostamos en la cama dispuesto a dormir. 

La noche se siente corta pero, sorprendentemente me siento muy descansado y listo para el día. 

Me encanta ver como Victoria se prepara para el día, sentado en la cama, observo cada movimiento que hace y cada uno me parece tan hermoso y lleno de ritmo, desde como acomoda su cabello hasta que se abrocha el último botón de su atuendo. Es tan preciosa y me siento tan afortunado de que Dios quisiera que ella esté aquí, yo soy fiel creyente de que las coas siempre pasaban por algo y nosotros en este momento, debíamos ser un decreto divino.

--¿Alguna razón en particular por la que me mires tanto el día de hoy?--Pregunta animada mientras camina hacia mí. 

--Solo admiro a la mujer de mis sueños.--Ella se sienta a mi lado.--Es irreal que este contigo, aquí y que seas tan hermosa. 

Una sonrisa amplia adorna su cara, el poema más hermoso que había visto en toda mi vida. 

--Dios, Benedict.--Susurra mientras deja un beso en mi mejilla. 

Rápidamente está encima mío, mientras nos besamos con tanta pasión que me cuesta respirar.

--Tenemos que apurarnos.--Habla entrecortada en una breve pausa en la que se apoya en mis hombros para mirarme.--Nos quedaremos sin desayunar y la clase comenzará pronto.--Acaricia mi cuello.--Desearía quedarme aquí contigo.--Deja un corto beso en mis labios.--Pero tenemos que bajar ya. 

Se levanta, acomoda su cabello y no demora mucho en dejarme solo en la habitación. ¡Dios! Necesito respirar. 

Me arreglo tan rápido como puedo y cuando llego al comedor la veo con Lillie, están riéndose de algo mientras comen, decido darle ese espacio y me siento con algunos hombres de mi clase. No logro desayunar nada, más que tomarme un té con leche. 

El señor Lamprou nos saluda desde el balcón, deseándonos un buen día, en señal de que el día debe comenzar. Todos los caballeros se dirigen a sus clases, miró a Victoria, me sonríe antes de caminar hacía  su salón de escultura. 

Las clases transcurren sin mucho problema y para la hora de almorzar decido ir hacía la oficina del padre de Victoria. Hacía varios días que me encontraba pensando en que quería llevarla a mi hogar, conocer la ciudad y sobre todo, que conociera a mi familia. Yo tenía cero dudas de querer pasar mi vida con ella, ser su esposo y tener hijos juntos, pero sabía que mamá tenía que conocerla porque el cielo no permita que la viuda de Bridgerton no conociera a su nuera. Estaba tan seguro de todo que también quería pedirle permiso a su padre para desposarla. 



I'm truly yours. - Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora