Undersouls: Entre Los Bosques

Capítulo 20: El Ocaso del Ninja

En su habitación, Sam aún estaba tumbado en su cama, viendo el noticiero local mientras esperaba la llegada de Green. Una expresión de frialdad e impotencia se asomaba a través de sus verdosos ojos, producto del momento en el que se encontraba. Tirado en la cama aún débil, con una herida de bala en el brazo izquierdo, mientras la persona a la que con dudas creía era su hermano se debatía entre la vida y la muerte sobre una camilla médica, y el suceso que acababa de ver en la gran pantalla de vigilancia en su habitación estropeaba cada vez más sus planes de una línea de defensa para la ciudad. De un momento a otro, la puerta sonó.

–¿Green? –y se levantó de la cama.

–¿Qué es lo que debías decirme? –respondió un poco molesto.

Sam sabía que no podía abrir la puerta con su telekinesis, ya que no le quedaba suficiente energía vital para desperdiciarla en una puerta, así que caminó hacia ella y como una persona normal la abrió. Green vio a Sam, y se preguntó el por qué el hombre que hace casi un mes había logrado someterlo estaba tan destruido.

–Debemos hablar –dijo Sam con firmeza.

–¿Es tan importante como para restarle tiempo a mi entrenamiento?

–No te llamé porque “me sentía solito"... –y se fue a sentar en su cama.

–Entonces ve al grano.

Ahí Sam sacó del bolsillo de su chaqueta un control remoto y retrocedió la grabación del noticiero al bloque de sucesos locales.

–Conque es con esta pantalla con la que nos vigilan todas las noches... –preguntó Green viendo la pantalla.

–Cállate y escucha –le interrumpió con seriedad.

–“En las noticias de los sucesos, tenemos la grata dicha de anunciar que la banda de delincuentes y cazarrecompensas locales conocida como los Shadow Murderers se entregó a las autoridades en la tarde de ayer, frente al Castillo Crowner” –comentaba la reportera–. “El líder que responde a nombre de El Jefe, comentó que dos tercios de su banda fue asesinada en el Bosque Fallen.

Green no podía creer lo que escuchaba. La banda para la que había trabajado desde pequeño se había entregado a la policía. Lo que quedaba de la vida de cazarrecompensas que había iniciado hace 10 años en aquel galpón, y que había terminado hace unos días en el Bosque Fallen, todo se había esfumado.