Hace un par de décadas, año 1999...
Era un día lluvioso en las calles de la ciudad de Ebbsfield, capital de un país del mismo nombre. Los habitantes estaban resguardados en sus hogares, por la gran corriente que azotaba gran parte de la región, y por el trágico suceso que ennegreció los días en todo el país. Una de las bases de la situación política y social del país. La ciudad veía quebrada la seguridad de la que orgullosos todos se sentían. Ebbsfield pasaba por la Semana Desvanecida. Hombres, mujeres, e incluso niños lloraban la desaparición de la Princesa Heredera al trono, y de su Caballero más respetado y admirado.
― ¡Esta no es manera de tomarse las cosas! —Se escuchaba en las calles, posiblemente mediante un megáfono.
Una joven de cabello rubio y largo corría por la ciudad, dirigiéndose al origen de aquella voz, aunque la lluvia le nublaba la vista. En su cara se notaba una gran preocupación, miedo, y tristeza. Mientras corría lágrimas caían desde su rostro, uniéndose a los charcos de agua que dejaba pasar a su alrededor. A su paso se encontraba con casas y locales derrumbadas, junto con algunas personas heridas que estaban siendo socorridas por ambulancias en los sitios. Cuanto más se acercaba al lugar, las voces se hacían más fuertes y el sonido de la lluvia cayendo en acero se sentía.
«Sam... Por favor debes de calmarte...» —pensaba ella mientras corría.
En ese lugar estaba reunida toda una tropa de caballeros con armaduras y armados, algunos con espadas, otros con armas de fuego. Todos estaban a la defensiva, en frente de un chico que estaba sentado en la acera, con la cabeza entre sus rodillas, con la moral destruida, y con un aura verde cubriéndolo por todo su cuerpo. Los caballeros estaban asustados por dentro, ya que tenían miedo tanto por todo lo que literalmente flotaba a su alrededor, botes de basura, macetas, restos de vallas de madera; y por el chico quien era el que hacía flotar todos esos objetos. El caballero que se encontraba más cerca de él era el que tenía un micrófono en la mano, y sin embargo, estaba a 10 metros del chico del aura verde.
— ¡Bonesk, La ciudad también esta sufriendo por las pérdidas! —Continuaba el hombre— ¡Los Reyes lloran por Storm, los Ebbsilianos, nosotros los Caballeros, incluso yo sufro tanto como tú Sam!
—Cállate Kuraki... —murmuró Sam apretando sus rodillas con fuerza, con la cabeza aún viendo hacia abajo.
—Capitán, no creo que él vaya a cooperar con nosotros... —le dijo uno de los caballeros de atrás al del megáfono.
—Sé que lo hará. Él está sufriendo y tomando toda la responsabilidad por la desaparición del Caballero de las Tormentas, no puedo dejarlo así y esperar a que se hunda para matarlo. Debo de hacer al menos esto por mi discípulo mientras la tropa de Mórtimer está en la búsqueda de Storm y la princesa Clair —Entonces levantó el megáfono y apuntó hacia Sam—. ¡Esto es innecesario Sam!, ¡Deberíamos estar apoyando la búsqueda de tu hermano en vez de estar aquí conteniendo algo que nuca debió de suceder!
—Oh... —dijo Sam, y se levantó lentamente de su sitio— Entonces ahora es "mi hermano"...
De pronto, los ojos de Sam fueron rodeados por un fuego verde que no era afectado por la lluvia, y todas las espadas de los caballeros empezaron a flotar, pero a pesar de que algunos caballeros intentaron retenerlas, todas se fueron hacia Sam levitando a su alrededor. Luego todas las espadas permanecieron quietas en el aire apuntando con sus filos a todos los caballeros.
— ¿Por qué no era "mi hermano" cuando le hicieron lo que le hicieron...? —prosiguió Sam con una expresión maniática, y luego lágrimas empezaron a correr por su cara— Cuando lo usaron como su conejillo de indias... Cuando los Reyes y tú lo convirtieron en otra de sus armas... Cuando le hicieron creer que podía lograrlo todo sin recibir algún daño, hasta el punto de irse a una misión suicida de la que no volvió... ¡Por qué carajo es ahora cuando es mi hermano caballeros desgraciados!
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Undersouls: Entre Los Bosques
Science FictionEl pasado nos encontrará, no importa cuanto queramos escapar de él. En Ebbsfield, la heredera del Gobierno fue secuestrada, y su guardaespaldas desapareció. Nunca se supo el motivo de aquellos sucesos. 20 años después, parte del bosque cercano fue m...