15° - Believe In Yourself

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Hospital Guk-Il Sam
Habitación 424
9:00 AM


   
   
  
   

Park Jimin

  
 

 

 

         Esta misma mañana había recibido un mensaje de texto por parte de Yonhwan, pidiéndome que viniera a verlo. Por alguna razón me encontraba inquieto, el capitán no era de esos que mandaban mensajes, era un ser que prefería llamar directamente antes que escribir por lo que recibir su mensaje me sorprendió.

         No sabía porque quería verme tan temprano, habían pasado ya tres días desde el incidente en la cafetería y se suponía que vendría a verlo en la tarde junto al resto del equipo para cuándo le dieran el alta.

         Pero aquí estoy como me lo pidió.

         Toque con mis nudillos levemente la puerta antes de entrar. Al no recibir respuesta alguna, la abrí con cuidado y me asomé un poco en la blanca habitación donde descansaba el capitán.

         Adentro se encontraba Jiwoo, la novia del capitán, recostada en la cama junto a un adormilado Yonhwan que sonreía entre sueños mientras ella jugaba con su cabello.

         Ya no era raro verlos así, estaba acostumbrado a ver esa cercanía y muestras de cariño entre ellos. De hecho, todo el equipo ya estaba acostumbrado a verlos juntos. Jiwoo es una linda chica y muy amable con todos nosotros. Ella de vez en cuando, iba a los ensayos (Aunque secretamente sabíamos que solo iba por el capitán) y nos traía refrescos y comida para disfrutar después.

         Cuando nosotros nos encontrábamos comiendo y descansando, podías verlos a ellos dos en una esquina perdidos en su propia burbuja.

         Justo como ahora.

         No quería interrumpirlos, pero el mensaje de Yonhwan decía que era importante el que hablara conmigo. Así me carraspee mi garganta, llamando la atención de la chica.

         Ella me miró sorprendida para luego sonreír apenada. Agitó su mano saludándome y se bajo de la cama.

         —Hola, Jimin-ssi. —dijo mientras buscaba sus zapatos debajo de la cama—. ¿Cómo has estado?

         —Bien bien —respondí adentrándome con cautela a la habitación—. Espero no haber llegado en mal momento.

         —¡Para nada! —exclamó riéndose—. Yonhwan te estaba esperando, pero... se a quedado dormido y yo ya me iba de todas maneras.

         —¿Cómo se encuentra? —Le pregunté. La verdad es que no quería hacerle esa pregunta al propio Yonhwan.

         Solo debías verlo allí, acostado en aquella cama con esa gruesa y apretada venda que iba desde su rodilla hasta la planta del pie, para darte cuenta que era la peor situación para un bailarín.

         Las lesiones eran algo que todos evitábamos. Para una persona normal, tener un esguince era solo una imposibilidad temporal, algo que se curaría dentro de unas semanas o un un par de meses, pero para un bailarín significaba estar inactivo por una larga temporada, perdiendo prácticas, presentaciones y solo preocupado porque la lesión no dejara secuelas permanentes. He sido testigo con el correr de los años de como fracturas, esguinces y torceduras habían acabado con las carreras de talentosos bailarines. Y los que lograban recuperarse de las heridas graves, por lo general, no volvían a desempeñarse como lo hacían antes de la lesión.

𝗙𝗔𝗡𝗕𝗢𝗬𝗦 𝗜𝗻 𝗟𝘂𝘃 ➤ [ᴾᴶᴹ⁻ᴷᵀᴴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora