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            CUANDO ESTOY LEJOS DE TI SOY MÁS FELIZ QUE NUNCA

PERSÉFONE MONTI BELLA

—Estaré bien Matt—se puso muy pesado con el tema de la seguridad luego de todo lo sucedido

—El hecho de que tengas que viajar hasta Oxford todos los días me altera 

—Me las arreglare, tu no te preocupes primor—le dí un leve apretón a su mejilla y el beso mi mano derritiendome en el momento

—Llamare a la patrulla para que te acompañen

—Basta Matthew, exageras y me recuerdas a mi padre—me saco de mis casillas—iré con sumo cuidado con todo el armamento que me entregaron mi padre y tu, llego en la noche—bese su mejilla y me retuvo de la cintura, esto me vuelve loca

—Ten sumo cuidado, te acompaño hasta la estación—me miro fijo y mi tonto corazón que se acelera pensó solo por un momento que me besaría

—Llegaras tarde caballero con armadura—golpeo su pecho y tira de mi mano atrapándome en un formidable y seguro abrazo

—Tu igual si nos retienes aquí, aparte para eso están los amigos para llegar tarde juntos

Caminamos hasta la estación de trenes, no pasó menos de cinco minutos y la llamada para salir hacía Oxford me saca de mi tranquilidad, mi misión comenzó y estoy aterrada, Matt me  abraza y besa mi mejilla pidiendo que tenga cuidado, que necesita que llegue sana a casa, agitada subo y recuesto la cabeza sobre la ventanilla del tren, mi estúpido corazón no para de latir desembocado por causa de un Jackson quien no me corresponde, que ilusa soy al pensar que Matt podría sentir lo mismo cuando se que soy su pequeña hermana, quien jamas mirara con otros ojos. Ese dolor en mi pecho cada vez que recuerdo lo enamorada que me encuentro de este hombre y lo idiota que soy al tener un atisbo de ilusión en que algún día estaremos juntos.

El viaje duró tres horas hasta llegar a Oxford, me dormí incomoda por haber comprado el boleto más económico pero llegue a la estación, tome un taxi indicándole la dirección que me otorgo Pollack, me bajo en la puerta de un café ubicado en el centro de la ciudad, demasiado hermoso y rustico que te daban ganas de sentarte a leer un buen libro con un café. Ingrese a pesar de mi incertidumbre pero debo empezar a ser más profesional, me senté en el final de la primer fila de sillas a la deriva del gran señor Cooperman, pasaron treinta minutos y no lograba visualizar a ninguna persona con la descripción de tal, me pone nerviosa el hecho de que me devuelva a casa sin información suficiente para David y el fue muy específico en cuanto a las condiciones que me guardan seguir con vida en este terrible mundo.

De repente la puerta se abrió con una intensa energía , creo que todo el ambiente se torno poderoso y peligroso debido a la presencia de tal dios griego que acaba de atravesar el Olimpo, era muy alto, ojos verdes, tez blanca, su pelo castaño levemente tirado hacia atrás le daba un aire de rebelde, se nota que su presencia cobra peso en cualquier lugar. A penas se sentó en la primer fila también con un diario en su mano, la moza sin siquiera tomar su pedido le trajo el desayuno, de manera seca le agradecido sin mostrar atisbo de simpatía o algo por el estilo, este hombre es muy serio para mi agrado, estaba ocupado con la lectura que jamas noto que lo observaba detenidamente para anotar todo movimiento sospechoso, hoy no quería irme sin noticias interesantes. Pasaron casi dos horas hasta que el individuo se levanto y dejo dinero para salir rápidamente por la calle, lo seguí como pude porque al tener sus piernas tan largas me costaba seguir su apresurado paso que se detuvo en una esquina donde un porsche descapotable 356 color negro era quien lo esperaba ansioso por rugir esos caballos de fuerza.

Salió a toda velocidad sin dar oportunidad de perseguirlo, lo intente pero me perdí en el intento porque era primer vez que pisaba esta ciudad, frustrada me senté en la acera sin saber a que rumbo dirigirme, opte por recorrer la ciudad para la próxima vez orientarme mejor si es que vuelve mi débil presencia a pisar estos suelos , cuando el reloj marco las cinco me tome el primer taxi hacia la estación de trenes y luego de tres largas horas llegue a Liverpool cansada, con noticias poco contundentes y con la esperanza de durar otro día con vida. Cuando llego al destino una gran camioneta ford ranger f-100 color azul me esperaba a la deriva de nuevas noticias, okey jefe estoy a punto de decepcionarlo.

The KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora