The Kingdom

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SUPONGO QUE TUVE QUE PERDERTE EN EL CAMINO PARA ENCONTRARME

PERSÉFONE MONTI BELLA 

Cinco meses, cinco malditos meses habían pasado desde la muerte de April, ojala pudiera decir que todo mejoro, que volví a trabajar como si nada, que con Caín nos seguimos viendo y ya no me siento culpable como antes pero la realidad es otra.

También todo aquí en casa es tenso, hace dos meses atrás que Matt me invito a una cabaña porque me veía tan deprimida, pasamos un fin de semana los dos solos, y una noche de Sábado nos emborrachamos tanto que una cosa llevo a la otra y el me beso primero.

Es increíble como toda mi vida soñé con que ese momento llegara, ser suya y que Matt fuera mio completamente pero se sintió triste, una especie de amargura nos invadió al terminar y cuando regresamos a casa ya nada era igual. Lo arruinamos, ahora ambos tratamos de evitarnos y cuando estamos solos nadie habla, es horrible este sentimiento  que quiero gritar y decirle que lo olvide que no soporto perderlo pero mi orgullo herido es más fuerte.

El golpeteo en la puerta me saca de mis pensamientos, ni siquiera me molesto en abrir pienso esperar a que quien sea se vaya, siguen golpeando de manera brusca pero sigo sentada en silencio esperando que se cansen. No pasa más de un minuto cuando la puerta es abierta de un disparo, mi pulso se acelera y siento como mi corazón se estruja ante el miedo. Dan Sadler camina con aire despreocupado por la sala, mira al rededor y luego su mirada me analiza de pies a cabeza sin ningún pudor, una mueca de asco se forma en su rostro y reprimo las ganas de abrazarlo que me dan.

—Estas del asco— su tono es despectivo 

—¡Menudo susto me diste! — le reprocho mientras cierro la puerta aunque la cerradura esta destrozada —¿era necesario disparar? ¡Mis vecinos son policías!

—No querías atender y la verdad  me  importa una mierda— se sienta sobre el sillón y coloca sus pies arriba de la pequeña mesa ratonera — ¿Cómo has estado dulce Perséfone?

—De la mierda ¿Y tu ?

—Veras tuve días mejores — no me pasa desapercibido el tono frágil que usa — vine a decirte que ya puedes volver, Pollack te quiere mañana a primera hora

—¿Después de cinco meses? —sueno aterrada aun no estoy lista para enfrentarlo —¿Cómo han estado ellos?

—¿Cómo esperas que estén? — suena burlesco y algo dentro mio se rompe 

—¿Por qué no me viniste a ver? — susurro avergonzada por reclamar algo así — se supone que eres mi amigo

—Si me conocieras bien sabrías que no creo en esas estupideces de los amigos y menos sentir aprecio o cariño por alguien — lo dice con asco — aparte estuve haciendo cosas 

—¿Tan ocupado como para no venir?— esta vez sueno irritada

—¡La verdad que si! — se levanta furioso — tan ocupado salvando tu culo como para venir a jugar a los amiguitos,  imbécil — grita sacado y retrocedo un par de pasos — a la mierda esto, mañana te espera Pollack temprano

—No te pedí que me salvaras — trato de sonar firme pero fracaso y este me encara sonriendo

—¿Crees que no me doy cuenta? que mientras el caos se desataba tu jugabas a los novios con Cooperman, que te pasaste la misión que te encomendó David por el mismísimo culo, que te vendiste al enemigo y todo por tus putos  sentimientos porque  te aseguro que el querida ya te uso y ahora ni siquiera se acuerda de tu existencia— siento las lágrimas agolparse en mis ojos tornando borrosa mi visión