UN FRACASADO ES UN CHICO QUE NO PUEDE RECIBIR MI AMOR
PERSÉFONE MONTI BELLA
Definitivamente todo esta mal, se estaba saliendo de control, sentía una ansiedad en mi sistema que no podía evitar morderme las uñas y hasta no sentir el sabor metálico no paraba.
Me encontraba en la casa de Deuce almorzando con sus padres, su hermano menor Ares, quien era bastante callado y reservado pero cada tanto realizaba un comentario gracioso logrando sacarme un poco de mi mente.
Estaba lavando los trastes sucios, mientras los tres hombres salieron a buscar helado a pedido de la dueña de casa.
—¡Persé Dios mio! —Amelia la mamá de Deuce me llamo preocupada
—Amelia ¿qué paso? — esta tomo mis manos y me tense
—¿Por qué haces eso? — observo mis dedos con sumo cuidado
—Es solo cuando estoy ansiosa y a veces no puedo dejar de hacerlo yo lo siento— ni siquiera sabía porque me disculpaba, pero necesitaba hacerlo
—No te disculpes por ello querida — acaricio mi mejilla, Amelia era muy cariñosa, muy maternal— la ansiedad es una mierda y nuestro cuerpo busca liberarse de alguna manera
—Yo a veces siento que no puedo más— libere exasperada, es que lo estaba, toda esta situación lo era
—Nena a veces la vida cuesta mucho pero que cosa no es difícil en este mundo, sino nada tendría sentido, el batallar con ello nos hace vivir— sonrió melancólica y me sentí segura ante su atenta mirada — Ven cariño, vamos a limpiar y desinfectar esas heridas— me llevo a otra sala donde tenían libros, un botiquín de primeros auxilios, otros sillones y una enorme chimenea
—A veces me recuerda a mi madre — de repente quería llorar, extrañaba mi vida con mis padres, antes de meterme en este lío yo solita
—Ah si — sonrió mientras untaba alcohol en un algodón — ¿cómo es ella?
—Ella es hermosa, como usted también, es muy cálida y cariñosa, le gusta hablar mucho — Amelia sonrió— si viera mis dedos ahora me ayudaría y me contaría alguna historia de la antigua Grecia relacionado a morderse las uñas, y luego se reiría diciendo que divago en el Olimpo otra vez
—Tu madre debe ser una gran mujer —termino de colocar la última bandita sobre mi dedo índice— algún día deberíamos cenar con ellos
—Estoy segura que les encantaría la idea — sonreí y esta asintió satisfecha— ¿puedo preguntarle algo?
—Adelante querida— se da la vuelta prestándome toda la atención, no puedo evitar pensar que Adam, Deuce y Ares tienen sus mismos ojos
—¿Usted alguna vez sintió que ya no se reconocía a si misma? ¿Sintió perder el control de su vida?
—¡Oh cariño! — su miraba brillo con cierta compasión, sentía pena de mi —la vida tiende a perdernos el control de nosotros mismos — tomo ambas manos mías — a tu edad es normal no reconocerse a si misma, es porque estas creciendo, estas decidiendo quien ser y muchas veces salir de nuestra zona de confort es molesto pero necesario
—Es que yo a veces siento que no me reconozco al verme en el espejo — mire al suelo en cuanto sentí mis ojos llenarse de lágrimas— no quiero sentirme así, pero yo no paro de arruinarlo todo y decidir mal y yo solo quiero — comencé a sollozar
Quiero que esto termine
Quiero salirme del reino
Quiero mi vida anterior

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The Kingdom
Teen FictionPerséfone vive en la pobreza y ante la necesidad termina en el reino de la mafia, su vida comienza a ser una lucha por sobrevivir y no caer en las garras del enemigo, el mismísimo diablo en persona. Sabia que no debía meterse con el, no debía provo...