ESTOY EN TODAS PARTES PERO NO PUEDES ATRAPARME
PERSÉFONE MONTI BELLA
Habían pasado varias semanas de la fiesta, tuvimos días muy movidos, salí a las calles a vender, algunos días me la pasé en el laboratorio junto a Jayden y Nick Cooper, también compartí con Ivy entregas a las afuera de la ciudad, aprendí bastante, también me entregaron un arma, jamás la usare, solo en casos donde sea por defensa. Ya era sábado y por fin podría ir a Oxford para seguir a Cooperman, es que con la llegada de Escobar todo se volvió tenso y el doble de trabajo, nadie menciono nada de mi baile con él, lo volví a ver en la oficina de Pollack pero solo me hablo de diversos temas, muy agradable, por cierto, agradecí que no tocara el tema de la propuesta el día de la fiesta.
Cuando llegue al café de siempre me sorprendió ver a Caín acompañado, un hombre alto de cabello castaño peinado hacia atrás, a lo lejos pude ver sus ojos celestes, vestido con camisa y tirantes realmente hermoso, estaba sentado frente a Caìn conversando, aproveche y tome un café, trataba de recuperar energía para perseguir a mi objetivo ya que no planeaba irme con las manos vacías hoy día. De repente el hombre se levantó con un sobre, le dijo a Cooperman que ya tenía el trato con E supuse que seria una persona importante, cuando paso por mi lado su olor a menta con tabaco me encanto, pude ver lo alto que era, se dirigió a una camioneta saliendo a toda velocidad del café. Caìn se levantó rápido, aproveche para seguirlo, bajo la velocidad del auto, frenando cerca de un callejón, mantuve distancia, pero escuche que hablo con alguien, me acerque más hasta escuchar que dijo'' es un trato Pollack'', no me contuve y camine hasta el callejón, para ver si era David o Jayden.
—¡Que alegría verte dulce Persèfone!— me sonrió divertido, pude ver que estaba solo, era una trampa, me di la vuelta para correr, pero fue más rápido y me agarro por detrás, grite y logre patearlo, pero no se inmuto ante mi desesperación. Me cargo en su hombro y mis golpes eran en vano, abrió la cajuela del auto, arrojándome dentro como sino valiera nada, grite, llore, pero nada parecía detenerlo, me faltaba el aire, trataba de no desmayarme.
Este sería mi fin, moriría en brazos de Cooperman, tal vez así estaba escrito en el Olimpo, espero no terminar en el inframundo por todos mis errores, me arrepiento de jamás confesarle a Matt que lo amo, de no darle el último abrazo a mi familia, de que mi muerte sea tan insignificante, que busquen justicia y jamás sepan quien fue, pero este es el precio por jugar sucio con el destino. El auto freno en seco logrando que me golpee, a los segundos abrieron la cajuela, apenas me levanto lo ataque, recordé que tenía el arma y mi instinto fue sacarla y apuntarle, pensé que eso lo haría retroceder, pero ni se inmuto, al contrario comenzó a reírse de mí , tomo mis manos con el arma colocándola en su frente sonriendo cínico.
—Dispara—dijo sonriendo
—Lo haré, no te tengo miedo— quise sonar firme pero fracase
—¿Qué esperas? dispara—me grito pero mis manos temblaban, sabia en el fondo que no podría hacerlo, a quien quería engañar
—Déjame irme en paz— rogué bajando el arma y vi su sonrisa intacta, que rabia me dio
—No lo haré, tú me sigues hace tiempo y te di muchas oportunidades de alejarte, pero parece que te gusta el peligro, ahora ven conmigo que tenemos que charlar— tomo mi arma jalándome del brazo para ir con él, parecía un garaje, me sentó y trajo unas cuerdas, no puse resistencia, ya me di cuenta de que solo saldría perdiendo si lo enfrento— ahora habla ¿ Qué te mando Pollack a buscar?
—No trabajo para el — lo mire enojada, no le daría respuestas
— Esto es así Persèfone, tú me das las respuestas que quiero, sino te torturare hasta que maldigas haber nacido, empezare por cortar los dedos, créeme que se cuales no te harán perder el conocimiento rápido— me mostró el cuchillo
ESTÁS LEYENDO
The Kingdom
Novela JuvenilPerséfone vive en la pobreza y ante la necesidad termina en el reino de la mafia, su vida comienza a ser una lucha por sobrevivir y no caer en las garras del enemigo, el mismísimo diablo en persona. Sabia que no debía meterse con el, no debía provo...