The Kingdom

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¿NO ES EXTRAÑO? COMO LAS PERSONAS PUEDEN CAMBIAR 

PETER DIAMOND 

Me encontraba vigilando desde la ventana para ver si mi padre o mis hermanos  se acercaban, ya habíamos preparado todo, tan solo esperaba que mi madre terminara de buscar nuestros documentos y estaríamos listos para escapar de este infierno.

Todos estos años viví queriendo impresionar a mi padre, que me reconozca y que me diera el lugar como a los demás pero el siempre me recordaba lo inútil que era y lo infantil que me comportaba, que pena que tarde tanto en darme cuenta que no me merecía ese trato, no merezco nada de lo que el me hizo. Admiraba a Martin Diamond como si se tratara de un Dios inmortal, quería estar a su altura pero que equivocado estaba, no es nada más que un ser despiadado que no tiene ni remordimiento en matar a su propio hijo, es un ser sumamente egoísta y arruino a su familia por su ambición.

—Vamos hijo — la voz apagada de mi madre me rompe el corazón pero se que no sera la misma

—Déjame cargar eso a mi — cogí los bolsos y a pasos apresurados nos fuimos al garaje donde estaba el coche que robaremos de la gran colección de mi padre

En silencio enciendo el coche esperando que ella suba pero se queda mirando hacia la casa y comienza a sollozar, se que estamos cortos de tiempo pero no quiero interrumpir su despedida, se que es difícil dejar ir tu hogar donde criaste tus seis hijos, donde tus nietos se criaron visitándote, donde las risas no faltaban, donde la mentira creció junto con nosotros pero era hora que todo se rompiera, que todo termine.

—Mamá por favor — le hable suave 

—Lo siento hijo — se subió y en silencio nos encaminamos hacia York

Recibir la carta de Winter fue un alivio, no sabía que estaba muriendo en vida hasta que la perdí, sentí que mi mundo se derrumbo, la perdida de Ángel y Raphael aún duelen profundamente pero con Winter mi conexión es mayor, es como mi alma gemela y el no tenerla estaba asfixiándome, oprimiendo mi corazón con cada día que no sabíamos de su paradero. Y saber que ella iba a salir viva pero que nos pedía irnos lejos solo nosotros tres, donde el peligro no nos pudiera alcanzar, donde la mierda de nuestra familia no nos consumiera y así entendí que estábamos a tiempo de torcer las ramas para cambiar, no caer en lo que se esperaba de nosotros sino vivir sin ataduras, vivir en libertad.

En el camino solo la música se escuchaba, un poco de The Police nos acompañaba en nuestro camino, se que es un viaje largo y debemos llegar hasta donde nos indica la carta, confió que no será una trampa, que todo saldrá bien y que estaremos los tres a salvo lejos de toda esta mierda. Parece que fue ayer que todo estaba bien, que reíamos en el cumpleaños de mamá, que en navidad abríamos los regalos pero un pestañeo todo se derrumbo, y nos toca abandonar a todos, incluso a mi novia, no pude despedirme de ella, ni decirle donde nos fuimos porque es muy peligroso y porque de contarle tendría que revelar la naturaleza de mi familia y no puedo hacernos esto, es imposible que nos traicione así.

Luego de tres horas donde madre se durmió en sus propios lágrimas llegamos al punto de encuentro en York, mis manos sudaban debido a la anticipación y la ansiedad por ver a mi pequeña pelirroja, también estaba el miedo a que algo pudiera salir mal, nunca tuve que tomar decisiones, ni hacerme responsable del destino por eso estoy nervioso y mi estomago se retuerce debido a las emociones en mi interior.

—Mamá ya llegamos — la muevo delicadamente para que despierte y esta me mira asustada acostumbrándose a la luz que nos refleja desde afuera, sus ojeras le dan un aspecto demacrado

—¿Donde esta Winter?— pregunta asustada

—Estará por llegar pronto

—Perdón por todo hijo — levanta su mano y acaricia mi mejilla — no debí dejar que las cosas lleguen hasta este punto — comenzó a llorar y me rompía en mil pedazos, me di  cuenta que recorrería el mundo buscando la cura para que ya no sufriera de esa manera