Lo que siempre he querido.

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-Te quiero Sarah

-Yo... igual.

Las palabras sonaban tan extrañas para Sarah que al decirlas no se sentia comoda.

-Tengo que colgar Jake, hablamos luego, bye.

-Bye Sarah.

Dejó el celular en la mesa de noche, fue a la cocina sirviendose un plato de cereal, pero se sobresaltó mucho cuando abrieron y cerraron la puerta de golpe. Su papá había llegado.

-Sarah Schumacher ven aqui.

Dejó el plato en la encimera y tragó saliva. Su padre estaba sentado en su sillon favorito con la laptop en su regazó escribiendo con su habitual velocidad rapida pero relajado, algo que a Sarah le sorprendió.

-Hola... papá.-dijo desde el umbral de la cocina.

-¿Cómo has estado hija? No te he visto desde hace mucho.

-Bien, solo sigo un poco cansada porque no he dormido bien.

-Oh, claro que no.-su padre levantó la mirada y se acomodó los lentes. Ahora sus ojos tenían la actitud seria de siempre.

-Sarah, ya estoy cansado. Ultimamente te has vuelto muy rebelde, eres respondona y ahora me sale tu madre con que te escapaste a las calles de Paris. Eso fue muy irresponsable e inmaduro, nada de lo que te he enseñado en estos años.- su voz era neutral no había enojo o decepción.

Sarah bajó la mirada avergonzada.

-Lo siento, te prometo que nunca pasara otra vez...

-No.- su padre se tocó la barba pensativo.

Sarah lo miró intentando descifrar que decía esa mirada.

-¿Te ha interesado... iniciar un curso en alguna escuela privada de aquí, la querida Alemania?

Agarró desprevenida a su hija.

-Yo... siempre he querido ir a la escuela papa.-sonrió aliviada.

-Tal vez no tenemos la suficiente disciplina en esta casa, el colegio "Erste Escort" es uno de los primeros fundados antes de la caida del muro de berlin que sigue en pie, yo estudié ahi y te juro que si esa escuela no te pone en forma nada en este maldito mundo lo hará, a no ser que quieras pasar por esas etapas de prueba en la carcel o ejercito.-dijo su padre con una risita final.

Al menos era algo, pensó Sarah. Ella en toda su vida vio como los chicos justamente a las 4:00pm salian de sus escuelas con mochilas y platicando emocionados unos con otros, ella queria eso. Ser parte de un grupo de amigos y aprender de los expertos, esos maestros que recuerdas después de mucho tiempo. Al fin lo tendría y estaba muy emocionada, la disciplina no podría ser mas dura de la que tuvo en sus 17 años con sus padres.

Ella queria abrazar a su papá por concederle esa oportunidad pero sabia que no lo aprobaría, no recordaba cuando fue la ultima vez que lo abrazó asi que solo le dió las gracias y subió a su habitación.

Tomó el telefono inalambrico de la casa y deseó que su padre no lo hubiera desconectado.

-¿Si?.-dijo Anna.

-¡Iré a la escuela!- susurró.

-¡Oh dios mio! ¡Al fin! ¿Qué escuela es?-dijo Anna rapido.

-"Erste Escort" esta a las afueras de aqui.

-¿Te iras a una privada? Según he escuchado esa es una de las escuela mas difíciles de Alemania, bueno pero por la actitud de tu padre no me sorprende que se te dificulte.

-Si, lo se. Pero es la primera vez que un maestro me va a enseñar y eso me emociona mucho.

-Creeme que cuando llevas 16 años... bueno 14 años estudiando te llegas a hartar.-rió

-Oye, ¿cuando quieres que te devuelva el celular?

-Déjalo en la maceta que esta en tu patio. Adios linda, tengo una montaña de tarea, tu estarás peor en unas semanas.

Cuando cortó la llamada, el celular de Anna volvió a sonar. No era Jake, el nombre era Jonathan Klujer, el primer exnovio de Anna.

-Bebe, deja de ignorarme. Tal vez lo nuestro no haya funcionado pero ¿en serio? ¿Eres novia de Alan Johnson? El es mucho peor que yo, te dejará destrozada cuando lo encuentres acostándose con otra. Hablemos alguna vez, me gustaría verte en persona.

Sarah borró el mensaje, si su amiga lo leia esta daria un berrinche y volveria la depresion, el significó mucho para ella.

•••

Estar enfrente de la academia "Erste Escort" hace que te sientas muy pequeño. Es una de las escuelas mas grandes del país con sus estructuras nuevas pero sin perder el toque antiguo. Sarah esperaba en la recepción mientras su madre hacia el papeleo de la inscripción.

Pasó una hora mas cuando la señora Schumacher llegó con una mujer mayor, tal vez de 60 años. Tenia una mirada calculadora y pensativa.

-Sarah ella es Helen Moluski, secretaria del nivel de preparatoria, te aplicará un examen de admisión.

-Buenos días señorita Schumacher- dijo con mucha elegancia cuando le tendió la mano. Sarah se la estrechó con una sonrisa, su mano era muy suave.

-Bueno hoy tendremos un largo día, deberíamos apurarnos.- dijo dirigiéndose a Sarah- desde aqui ya se puede retirar señora Schumacher.

Sarah miró a su madre esperando un "que tengas suerte" o "te quiero" pero esta solo le lanzó la mirada de "ya no nos decepciones".

La señora Moluski la guió al gigante patio central, los edificios cafés y grises de piedra lo rodeaban. Habian muchos arboles que daba el ambiente de un campus universitario. Mientras caminaban al otro extremo del edificio, Sarah miró  un salón que tenia muchos instrumentos musicales. La señora Moluski se fijó y le sonrió.

-Ese en el salón de musica, solo los prodigios pueden tocar ahí. ¿Usted toca algun instrumento?

No sabia que responder, solo su abuelo la habia escuchado tocar. Pero ella suponia que ya no podia esconderse mas.

-Toco el violín.

-Interesante. Tienes que saber que aquí tenemos a alguien que es nuestro consentido en ese instrumento, si pasa el examen, me gustaría ver un poco de rivalidad.- dijo con una risa.

Llegaron a una sala sin ventanas que tenia muchos pupitres y un pizarron. Se sentia mucha tranquilidad ahí.

-La señora Lüger no debe tardar, que tengas suerte Sarah.- le dio unas palmadas en la espalda y salió.

Se quedó sola unos minutos cuando la puerta se volvió abrir.

Entró una mujer como de 35 años, traía unos papeles en el brazo y le dedicó una sonrisa dulce a Sarah.

-Soy la señora Stefani Lüger, te aplicaré tu examen. Debes saber que para entrar a esta institución tienes que tener acertado el 95% del examen, nosotros no queremos tontos aquí.- dijo lo ultimo con severidad.- el examen consiste con 10 materias, 15 preguntas cada una, al final tendrás 10 preguntas de diagnostico a temas avanzados, tienes una hora, empiezas ya.

Le entregó el examen a Sarah junto con un bolígrafo, luego se sentó en el gran escritorio poniendo un cronometro en su celular. Dejó el montón papeles y los empezó a organizar ignorando ahora a Sarah.

Esta miró su examen respiró hondo y empezó. Para nada decepcionaría a sus padres de nuevo.

La violinista silenciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora