La violinista silenciosa

Dime que me quieres.

-¿Cuando fue la ultima vez que desobedeciste a tus padres?

-No recuerdo.... pero fue por un chico.

-Oh, chica mala.- dijo Marcello mientras masticaba su trozo de manzana.

Se encontraban en el único parque que estaba a las afueras de Heidelberg. Eran las 7:00 pm y tenían un pic nic con el atardecer.

-¿Como era ese chico?

-Media 1.80... Su cabello es castaño y sabe tocar la guitarra. Es muy lindo.- Sarah sonrió recordando lo ocurrido en París.

-Creo que no podré superar eso.

-Digamos que tuve mucha suerte con el.

-¿En serió? Acaso era famoso o ¿que?

-Bueno... Podríamos decirlo así, muchas chicas lo adoran y lo veneran.

-¿Y el te adoraba a ti?

-Según me entero si...

El teléfono de Marcello sonó y pidió una disculpa a Sarah. Mientras este se alejaba, ella no pudo dejar de sonreír. Jake era un chico perfecto, y tal vez en el momento en que no pudo dormir la noche pasada y ese instante quería decirle a el lo perfecto que era.

Sarah tomó su teléfono. Se estaba armando de valor, tenía que llamarlo, vamos Sarah.

Lo hizo y saltó el buzón, otra vez, lo mismo.

El es un cantante famoso Sarah, no te sientas mal por que no te contesta.

Entonces Sarah marcó el número de Anna, esta contestó al instante.

-¿Hola?

-Hola Anna.

-Vaya es la señorita cambia amigas ¿la otra murió o que?

-Anna, lo siento tanto. Se que te deje a un lado. Pero quiero que volvamos a ser como antes.

-No lo se, fuiste muy grosera la ultima vez.

-Lo siento lo siento lo siento. Tu eres mi mejor amiga.

-¿Esto es solo para limpiarte la conciencia?

-No, bueno un poco. ¿Cuántas veces quieres que me disculpe?

-¡Esta bien!-dijo riendo.- pero maldita perra, si me dejas sola otra vez te corto el cabello por la noche.

-Eres la mejor.- dijo Sarah aliviada.

-¿Quieres ir mañana al cine? Tu pagas.

-Esta bien...

-Tengo tarea, tal vez puedas venir y "ayudarme"...

-Estoy en una cita.-miró a Marcello que seguía en el teléfono y habló más bajito.

-¡Serás zorra! ¿Cuándo planeabas decírmelo.

-Ayer pero no contestabas.

-¿Es sexy? ¿Cuantos años te lleva? ¿Es de aquí? ¿Es sexy?

-Te lo diré mañana, el esta hablando por teléfono igual y ya esta colgando.

-Ok, mejor mañana vamos por un helado.

-¡Estámos casi en invierno!

-¡Un chocolate entonces!

-¡Adiós!-colgó Sarah riendo. Estaba feliz de haber recuperado a su amiga.