Destino encontrado

Capitulo 8

     —Esto ha sido todo por hoy chicos. Ya pueden retirarse. —Nuestro profesor da la clase por finalizada.

Uff. Ya era hora. Hoy las clases se han hecho demasiadas largas y pesadas. Y por si fuera poco, los profesores han estado de un de perros lo que ha hecho que las clases fueran insufribles.

Recojo todas mis cosas y las guardo en mi bolso.

—Nos vemos preciosa. —James pasa a mi lado y me da un apretón suave en el hombro.

Le sonrío.

—Nos vemos.loco.

El me lanza un quiño travieso y sale a toda velocidad del aula de clases. Lo miro con curiosidad. ¿Cuál es su prisa? Esta es la segunda vez que se va tan deprisa. Sacudo la cabeza y me olvido del tema. No es mi problema suena mi teléfono y en la pantalla veo un texto de Steve.

Steve: Aquí tu novio celoso y posesivo te espera abajo en el aparcamiento.

Una ridícula sonrisa aparece en mi rostro al leer este texto sin poder evitarlo. ¿celoso y posesivo? Creo que se queda corto con estos dos adjetivos.

Yo: Te veo enseguida ;)

Envío el texto y salo rápidamente del salón de clases junto a otros compañeros bajo la mirada del profesor. Al salir, casi me choco con un chico que estaba abstraído con su teléfono. Le lanzo una mirada de disculpa y continuo mi camino por el pasillo tratando de no chocar con otra persona.

Aquí afuera del edificio de inmediato veo a Steve apoyado sobre la camioneta de Peter cruzados de brazos. Es como ver a un actor porno y noto como algunas chicas lo miran asombradas como si Steve fuera una estrella de cine o algo parecido. Se lo comen con la mirada.

Pongo los ojos en blanco y camino hacia el. Al verme, sus ojos se iluminan como focos de navidad. Corro en su dirección y me lanzo sobre el que me atrapa entre sus brazos. Le rodeo el cuello con mis brazos y le doy un pico en los labios.

—Ya ansiaba salir. —Resoplo. —Las clases han estado muy pesadas. Ha sido un infierno.

El suelta una carcajada y me da un pico en los labios.

—Ya lo veo. —Me deja con cuidado en el suelo. —Sera mejor que nos marchemos. —Me abre la puerta del coche.

Sin pensarlo, me meto en el coche seguida por el.

—¿Iremos directamente al apartamento o iremos almorzar a un restaurante? —Coloco mi bolso junto a mi y lo miro.

El se encoge de hombros.

—¿Qué es lo que prefieres tú? —Posa su mano sobre mi muslo y me lo acaricia de arriba abajo.

Lo medito unos segundos.

Lo cierto es que no se me apetece ir a ningún restaurante en estos momentos. Se me antoja mejor ir al apartamento y comer algo allí. En la nevera tenemos comida de sobra como para no consumirla.

—Vamos directamente al apartamento. —Coloco mi mano sobre la suya.

Al asiente de acuerdo conmigo.

—De acuerdo. —Se dirige a Peter. —Llévanos enseguida al apartamento.

—Como ordene, señor.

Arranca el coche y nos introduce en las calles llenas de coches y de personas.

Veinte minutos después, ya estamos frente al edificio fuertemente custodiado por varios agentes de seguridad que miran todos a su alrededor bajo esos lentes oscuros. Peter aparca el coche, nos abre la puerta y los dos salimos hacia la fresca tarde. Miro hacia el cielo y suspiro aliviada al verlo completamente despejado.