Un estridente ruido me despierta de golpe y abro los ojos gruñiendo y maldiciendo. Carajo. Como odio levantarme tan temprano y en sábado. Me froto los ojos y al enforcarlos bien, veo la penumbra que domina aquí en la habitación.
Esta todo oscuro y casi no se ve nada.
Tomo mo teléfono de la mesita de noche y apago la alarma ruidosa. La odio pero es la única cosa capaz de levantarme a las cuatro de la madrugada. Volteo la mirada a mi lado y em encuentro con un Steve totalmente dormido de lado frente a mi. Estiro mi mano y la entierro en su sueve y oscuro pelo enmarañado.
Me inclino sobre el.
–Steve, ya es hora de levntarse. –Le beso la oreja. –Tienes un vuelo que tomar en dos horas.
Le mordisqueo el lóbulo.
El gruñe despertando moviéndose a mi. Recorro su cuerpo con la mirada y cosnigo ver su erección matutina. Sacudo la cabeza divertida ante la imagen.
–A levantarse dormilon. –Le jalo suavemente el pelo y entonce abre los ojos.
En cuanto me ve, su mirada se ilumina y me sonríe ampliamente. Se estira de brazos y piernas soltando un largo bostezo y se incorpora quedando frente a mi.
–Buenos días cariño. –Me da un beso en los labios y me acaricia las mejillas. –¿Cómo se deperto la novia mas hermosa?
Arqueo las cejas.
–Estas muy meloso esta madrigada, ¿eh? –Me quito las sabans de encima y me levanto de la cama. –Steve, tu vuelo sale en dos horas.
El pone los ojos en blanco y se levanta de la cama de un solo salto. Se pasa una mano por el pelocamnando al armario. Toma su toalla blanca.
–Preparare el desayuno antes de ducharme y...
–Del desayuno me encargo yo. –Lo corto. –Tu arregkate y prepárate para el viaje. –Salgo de la habitación antes de que proteste en dirección a la cocina.
Tiene muchas cosas que hacer como para preparar el desayuno. De esto me encargo yo. Dentro en la cocina voy al refrigerador y sin pensarlo dos veces, saco todos los ingredientes necesarios para preparar wafles. Se me antojan mucho con huevos revueltos, jamon y tocino. Llevo las cosas a la isleta y comienzo a preparar el desyuno.
–Los wafles te quedaron muy bien. –Comenta Steve a mi lado colocabdo el resto de los trastes sobre el lavavajillas.
–Vaya. Me alegra saber que le hayan gustado, señor. –Bromeo abriendo la pluma. –¿Podrias encragarte de los trastes mientras yo me ducho y me preparo?
–Claro cariño. Ve. –Toma unos de los platos y comienza a lavarlos.
Yo salgo corriendo de la cocina y subo las escaleras de dos en dos. Ya en la habitación, me paro frente al armario. No tengo mucho tiempo para pensarlo asi que, tomo un sencillo y lindo vestido de color purpura sin mangas con detalles de encage en la cintura y en los dobladillos. Abro el cajón de ropa interior y tomo un conjuto de encage del mismo color que el vestido y una chaqueta negra solo por si acaso afuera hace mucho frio.
Dejo todas la cosas sobre la cama y me voy al baño a toda prisa en donde comienzo a arreglarme.
–¿Estas seguro de que tienes todo lo necesario? –Le pregunto a Steve en cuanto salimos del edificio.
–Cariño, po enésima vez, si. Tengo todo lo que necesito en la maleta. –Me mira perpiscas. –Tu te encárgates de eso. ¿Lo recuerdas?

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Destino encontrado
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