–¿Por que demonio no me dijistes nada de esto? –Lo miro acusatoriamente.
Entiendo perfectamente lo que esta haciendo y por que. Incluso puedo entender lo del arma. Pero me molesta mucho que me lo haya ocultado. No tenia porque hacerlo. El me lo podría habe dicho con toda libertad.
El me toma de las manos.
–No quería preocuparte mas de lo que ya estas. Tienes demaciasdas cosasen la cabeza en estos momentos y no vale la pena angustiarte mas.
Oh señor, dame paciencia...
–Steve, sabes perfectament que no me gusta que me ocultes cosas como esta. Y menos si tratan de cosas sobre el jodido yonqui porque yo también estoy involucrada en todo esto.
El asiente con una mirada llena de arrepentimiento.
–Tienes razón. –Se inclina sobre y em da pico en los labios. –No volveré a ocultarte mas cosas como esta. Te lo prometo.
Respirp hondo.
–Bueno esta bien. Ya no hablemos de esto. –M e suelto de su mano y le aparto unos largos mechones de la cara.
El sonríe complacido al ver que quiero cambiar de tema.
–¿Quieres darte un baño de agua caliente antes de irnos a la cama y meternos mano.
Lo medito unos sgundos.
–Si. Me encantaría.
–Entonces ire al baño a prepararlo todo. –Me da unas palmadas en los muslos y se levanta de la cama. –Te estare esperando en el baño. No tardes. –Me da otro beso en los labios. Camina al armario, toma su toalla y sale de la habitación tarareando una canción que no logro descubrir cual es.
Me paso una mano por el pelo y me lo amarro en una cola de caballo con una liga. Todod este asunto del arma y los dicumetos del jodido yonqui me han dejado un poco choqueada. Si soy honesta conmigo misma me alegra un poco que Steve este investigando a ese hijo de puta. Nosotros debemos saber a que nos enfrentamos.
Con esta determinación, me levanto de la cama, tomo mi toalla del armario y salgo de la habitación.
–Buenos días, profesora Miller. –La saludo con una radiante sonrisa. –¿Cómo amanecio hoy?
Ella alza la mirada hacia mi.
–Buenos días Bethy. –Deja su taza de café sobre la mesa. –Hoy he amanecido muy bien. ¿Qué me dices tu?
–Pues un poco cansada por la falta de sueño. Pero esto es algo que se puede arreglar con una buena taza de café. –Alzo mi vaso de Starbucks lleno de un delicioso y humeante café. La profesora asiente soltando una carcajada.
–En eso tienes toda la razón. –Toma su taza y lo alza frente a mi.
Chocamos nuestras tazas y justo cuando estoy a punto de decir algo, un grupito de alumnos entran en el salón de clases que hasta entonces estaba vacio hablando animadamente sobre su fin de semana.
–Creo que ire a tomar mi lugar.
Me doy media vuelta y tomo lugar en una banca vacia al lado de la ventana. Dejo mi café con cuidado sobre el escritorio y saco mi laptop y mi agenda de mi bolso.
La profesora toma un sorbo de su café y se levanta de su puesto dando palmadascon sus manos para llamar la atención de los alumnos.
–Buenos días chicos. –Saluda al salón con entuciasmo por la cafeína mañanera. –¿Qué tal su fin de semana?
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Destino encontrado
RomanceNO admito: 1. Plagio 2. fotocopia 3. adaptación 4. cambios 5. similitudes con otras obras en esta plataforma o cualquier otra plataforma. 6: Transcripción 7: Reproducciones ilegales sin mi autorización. Esta obra es...