Capitulo 26

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     Al llegar al hotel me quedo con la boca compeltamente abierta.

Henrry no bromeaba cuando decía que todo el lugar estaría rodado por agentes de seguridad y guardespaldas. Joder. Están por todas partes. Maldita sea. Creia que estarían un poco menos... ¿notorios? Si Steve lleha y ve este monton de guardespaldas y agentes de seguridad sospechara algo.

Henrry me bare la puerta del coche y me ayuda a salir.

–Henrry, diles a los guardespaldas y los de seguridad que sean menos notorios. Steve vendrá en media hora y si los ve podría sospechar algo.

–Como ordene, señorita. –Cierro la puerta tras de mi.

Los dos entramos en el edificio y vamos directo hacia el ascensor. Entramos junto a un para de mujeres que dejan de hablar entre si para reparar toda su atención en mi. O mas bien, en mi vestido.

Las ignoro por completo.

El ascecnsor se detiene y al abrir sus puertas Henrry y yo salimos de inmediato hcia el pasillo y caminos en total silencio hasta el salón. Al abrir las puertas, una melodiosa música instrumental inunda mis oídos y frente a mi veo un salón preciosamente decorado y ambientado lleno de personas charlando animadamente entre si.

–¡Beth! –Rose corre hacia mi y me rodea los hombros con sus brazos. –¡Estas increíble esta noche! –Se separa de mi y me inspecciona de arriba abajo con las cejas arqueadas.

Sonrio ampliamente.

–¡Gracias! Tu tampoco estas nada mal.

Le hago un repaso.

Se ve preciosa con su vestido azul marino entubado si mangas con piedrecillas en el cinturón. El vestido es corto lo que permite ver sus increíble puernas y zapatos de tacon negros.

Estiro mi mano y le acaricio su ligeramente abultado vientre.

–Te ves genial esta noche...

–Oh, muchas gracias. –Susurra Dylan a mi oído.

Me giro hacia el y lo veo vestido con un elegante esmoquin negro y su pelo rubio esta perfectamente peinado.

Arqueo las cejas.

–Vaya, vaya Dyl. No estas nada mal. –Le rodeo el cuello con mis brazos dándole un fuerte abrazo.

–Bueno, tarde una hora en encontrar este esmoquin.

–Literalmente tuve que obligarlo a que se lo ponga. –Interviene Rose. –¿Puedes creer que quería venir a la fiesta con vaqueros y camiseta?

Miro mal a Dylan.

–Menos mal que tiebes a Rose a tu lado para que te asesore. –Me cruzo de brazos sobre mi pecho.

–Oh, vamos, ¿tu también?

Se queja pero no le presto atención porque justo en este momento veo a Nick entrar al salón junto con el señor Benedith y su mujer.

–Disculpen un momento.

Me disculpo con Rose y Dylan y me dirijo a los nuevos presentes.

–Buenas noches. –Los saludo a los tres feliz de verlos.

–Buenas noches preciosa. –Nick me toma entre sus brazos y me da un giro. –Estas deslumbrante esta noche.

–Oh, muchas gracias. –Me acomodo el vestido sonrojándome un poco.

–Es verdad. Cuando el engreído de tu novio te vea, se va a morir. –Benedith se acerca a mi y me da un beso en la mejilla. –No teinia idea de que habias invitado a tanta gente. –Comenta mirando el salón.

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