Como era de esperarse, estos últimos días de estas últimas semanas han sido una completa locura para todos y cada uno de nosotros. Steve eta histérico por la presentación de su nuevo dispositivo que cada ve esta mas cerca. Esta histérico por mi seguridad debido a las malditas fotografías y las notas anónimas de aquella tarde que sali con Rose. Peter y Henrry no me dejan sola ni un minuto ni para ir al maldito baño y yo, pues, cada vez que salgo de este apartamento tengo la sensación de que me esta vigilando.
La buena noticia de todo esto es que los hombres de Peter lograron capturar al tal Ralph y declaro ante la policía que no tiene nada que ver con el jodido yonqui. Solo es un insignificante paparazzi que pretendía vender las fotografías a la revista Pop Start. La mala noticia es que no hemos sabido absolutamente nada del jodido yonqui.
Es como si se lo hubieran tragado la tierra.
Lo que me preocupa y mucho porque podría estar escondido quien sabe dónde. Lo único que me mantiene con la mente ocupada son los difíciles deberes de la universidad. Y el nuevo contrato que he firmado con el señor Benedith para publicar la continuación de Destino. Nick y yo hemos comenzado con la edición del libro hace dos noches atrás y me alivia que hemos comenzado con el pie derecho.
A todo esto le tengo que agregar que Destino oficialmente será lanzado a la venta en los países de habla hispana dentro de dos semanas. Mis padres, Rose, Dylan, Nick, el señor Benedith y sobre todo Steve están realmente entusiasmados por esto. Lo que me llena de felicidad y entusiasmo.
Termino de preparar la pasta a la boloñesa y al girarme, veo que Steve entra en la cocina pasándose una mano por el pelo observando la pantalla de su teléfono. El se corto el pelo hace días bajo mi supervisión y nuevamente le está creciendo demasiado rápido.
Al levantar la vista, me ve y se le ilumina la mirada. Se acerca a mi y me da un beso en los labios.
–Hola cariño mío. –Me pellizca la mejilla y me coloca un rizo tras la oreja.
–Hola tú. –Murmuro rodeando el cuello con mis brazos. –¿Qué tal tu día?
–Perfecto ahora que te tengo aquí conmigo. –Me da otro beso rodeándome la cintura con sus brazos. –¿Cómo estuvo la universidad?
Hago una mueca de disgusto.
–Estuvo muy pesado. –Resoplo. –Cada semestre que pasa los profesores se vuelven más y más exigentes y las asignaturas más difíciles. –Camino a la alacena y tomo platos y cubiertos. –¿Tienes hambre? He preparado pasta a la boloñesa.
A el se le ilumina la mirada.
–Pasta a la boloñesa suena genial. Muero de hambre.
–Entonces a comer. –Llevo los platos y cubiertos a la mesa y sirvo la comida.
–Cariño, hay algo que debo decirte. –El deja la copa sobre la mesa con semblante serio y entrelaza sus dedos.
Dejo el tenedor a un lado y lo miro con el ceño fruncido.
–¿Y qué es eso lo que me tienes que decir? –De seguro se trata de algo importante. De lo contrario no se pondría tan serio.
El carraspea.
–Pasado mañana tengo que viajar a Alemania para reunirme con directivos de varias empresas que quieren adquirir mis dispositivos de alta seguridad.
–Ah. –Susurro.
–Y quiero que vengas conmigo.
¿Qué?

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Destino encontrado
RomanceNO admito: 1. Plagio 2. fotocopia 3. adaptación 4. cambios 5. similitudes con otras obras en esta plataforma o cualquier otra plataforma. 6: Transcripción 7: Reproducciones ilegales sin mi autorización. Esta obra es...