Steve
Silencio
Demaciado silencio que no ayuda con los malditos nervios y el miedo que me estan matando por dentro. Camino freneticamente por todo el pasillo del hospital pasandome una mano por el pelo sin apartar la mirada de la puerta de metal de la habitacion privada en donde Beth ha estado durante horas dando a luz a nuestro hijo.
¿Porque hay tanto silencio en este maldito hospital? O para ser mas especificos, en este pasillo. Han pasado horas desde que Beth fue internada y ninguna enfermera ha salido de esa habitacion para informarme como estan Beth y mi hijo.
Estoy a punto de perder mi mierda y entrar a esa habitacion aunque sea prohibido.
Mientras mas pasa el tiempo, mas cerca me siento de la locura. No solo porque me niego a estar separado de ella por mucho tiempo, tambien porque se lo peligroso que puede llegar a ser el parto. Sobre todo cuando el embarazo tiene cierto riesgo.
Cuando Beth me llamo para decirme que habia roto fuente, entre en panico. No recuerdo nunca haber estado tan asustado como lo estoy en estos momentos. Cuando supimos del embarazo, el medico nos advirtio que el embarazo seria algo delicado. Desde entonces le he tenido miedo a este momento por la posibilidad de perder a Beth o a nuestro hijo.
No podre volver a respirar hasta que tenga a mi Beth y a mi hijo sanos y a salvo en mis brazos. Solo tenerlos entre mis brazos hara que los demonios desaparescan.
Siento que una pequeña mano toma la mia y me detengo abruptamente.
—Mi tia Beth estara bien, no tiene nada de que preocuparse, tio Steve. —Miro hacia abajo para encontrarme con el mini demonio de pelo rojo y ojos azules que me miran calidamente.
La tomo entre mis brazos y le alboroto el pelo como a ella tanto le gusta.
—¿Eso crees, pequeño diablillo?
—Si! Mi tia Beth es muy fuerte!
—Ella tiene razon. —Interviene Rose acercandose a nosotros con dos tazas de cafe. Me entrega una y se lo agradeszo. —Mi hermana de otra madre estara muy bien. Ella esta bajo el cuidado de los mejores medicos de este pais. Sin mencionar que este es el hospital mas prestigioso de todo Londres.
—Eso no disminuye mi preocupacion. —Gruño llevandome la taza de cafe a los labios y tomo un sorbo.
—Eres tan paranoico...
—Eso es completamente normal Rose, yo tambien estaba muerto de miedo cuando tu estabas en el quirofano dando luz a nuestra hija. —Dylan, el hombre que una vez trato de robarme al amor de mi vida hace años atras aparece en el pasillo y se coloca al lado de Rose rodeandole la cintura con sus brazos.
—Eso es cierto, y cuando viste a la bebe casi te desmayas. —Rose le aparta un mechon rubio de la cara y sus ojos brillan.
El kent fabricado suelta una carcajada
—Estaba tan aliviado de que todo salio bien en el parto que estuve a punto de desmayarme. —Le toma el rostro a Rose con las yemas de sus dedos y la mira directamente a los ojos. —Tu y nuestra hija son mi mundo.
Obervo en silencio al kent fabricado y a su escandalosa mujer que se miran mutuamente como si quicieran arrancarse la ropa y procrear a otra criatura. Jamas admitire esto en voz alta pero, agradesco la presencia de ambos en estos momentos. Hace una semana que llegaron aqui a Londres a pasar las vacaciones como lo hacen todos los años y fueron ellos quienes trajeron a Beth al hospital cuando rompio fuente.
—Si van a empezar a besarse, vayanse a otra habitacion. —El pequeño demonio reprende a sus padres con su pequeño ceño fruncido y luego se gira completamente hacia mi rodeandome el cuello con sus brazos. —Tio Steve, ¿cuando conocere a mi primito? —Ella hace pucheros y casi me rio por lo adorable que es.
—Muy pronto, pequeño diablillo, estoy seguro que... —Mi voz se apaga al ver que el doctor Myers sale de la habitacion y camina hacia mi. Lo primero que noto son sus guantes ensangrentados y siento que me voy a desmayar aqui mismo.
—Señor Jones, muchas felicidades, ha tenido a un hijo muy sano y muy fuerte. —El doctor me da una palmada en el hombro y siento como la tension que he tenido durante horas va disminuyendo. —El parto fue un poco dificil ya que la señora Beth es primeriza y su embarazo tenia riesgo pero, el niño nacio perfecto y tanto el como la señora Beth estan muy bien.
—Oh, gracias a Dios. —Suspira Rose que se ha colocado a mi lado.
—¿Puedo verlos ya? —Le entrego a Rose su hija y empiezo a caminar hacia la habitacion cuando el doctor asiente con la cabeza.
—Por supuesto, sigame. —Lo sigo hacia la habitacion con mi corazon golpeando contra mi pecho. Tiro el resto de mi cafe en el bote de la basura y me froto las manos con nerviosismo.
Cuando entramos, lo primero que veo es a las enfermeras rodeando la camilla en donde esta Beth impidiendome verla, luego un pequeño llanto resuena en toda la habitacion y me paralizo por unos segundos.
Las enfermeras finalmente se separan de la camilla y entonces la veo.
El amor de mi vida esta en la camilla tapada con la manta hasta la cintura. Una de las enfermeras la acomoda contra una almohada para que este mas comoda. Beth Tiene unos mechones de pelo pegados a la frente por el sudor y sus ojos estan llenos de lagrimas observando con profundo amor a nuestro hijo que tiene en sus brazos embuelto en una manta azul. Ella se inclina y le da in beso en la frente al bebe y este se calma de inmediato.
Jamas habia visto nada mas hermoso en mi vida. Ver al amor de mi vida sosteniendo a nuestro hijo recien nacido y observandolo con tanto amor es una imagen que estara en mi memoria hasta el dia en que muera.
Beth levanta la mirada hacia mi sintiendo mi presencia y su mirada llena de amor y de lagrimas de felicidad hacen que mi corazon se acelere a un ritmo enloquecedor. Joder, cuanto amo a esta mujer. Le devuelvo la sonrisa acercandome a ella. Le doy un profundo beso en los labios transmitiemdole lo mucho que la amo y lo orgulloso que estoy de ella.
—Bebe, quiero que conoscas a tu padre. —Le susurra al bebe y entonces lo miro.
El aire se me escapa de los pulmones porque el bebe es muy hermoso. Es el bebe mas hermoso que nunca habia visto. Es perfecto. Nuestro hijo tiene la piel muy blanca, como la mia, pelo negro y nariz recta como la mia. Nuestro hijo es identico a mi. Por un segundo, el bebe abre sus ojos y puedo ver que son totalmente grises, como los de su madre.
—Al menos saco mis ojos. —Bromea Beth por el hecho de que nuestro hijo es un clon mio.
—¿Que puedo decirte, amor? Los genes Jones son demaciados fuertes. —El pecho se me hincha lleno de orgullo por mi hijo. Me siento en la silla junto a la camilla incapaz de apartar la mirada del perfecto bebe que esta en brazos del amor del amor de mi vida.
Beth pone los ojos en blanco ante mi altaneria y le da otro beso al bebe en la frente. Luego me mira con una sonrisa.
—¿Quieres cargarlo?
—Por supuesto que si. —Me acerco mas a ella y con mucha delicadeza coloca a nuestro hijo en mis brazos.
Nuestro hijo.
Miro a este precioso bebe que tengo entre mis brazos y me parece tan surreal tenerlo por fin aqui con nosotros tras meses de dulce y angustiante espera. Un fuerte sentimiento de proteccion corre por mis venas y me inunda todo el cuerpo. Juro por mi vida que amare, protegere y cuidare de mi hijo aunque sea lo ultimo que yo haga.
Me inclino y le doy un beso en la frente a mi hijo.
—Bienvenido al mundo Connor Jones. —Le susurro a mi bebe y a mi lado Beth empieza a llorar. —Me inclino hacia ella y le beso las lagrimas. —Gracias, amor mio.
—¿Gracias por que? —Me mira con curiosidad limpiamdose las lagrimas.
—Por el mejor regalo que alguien me podria haber dado. Nuestro hijo.
—Oh Steve. —Ella empieza a llorar nuevamente y la rodeo con mis brazos. Le doy un beso en los labios transmitiemdole todo el amor que siento por ella.
Miro a mi hijo y veo que ha abierto los ojos nuevamente observandonos a su madre y a mi. Le sonrio y llamame loco pero casi puedo jurar que me devuelve la sonrisa. Le beso la frente. Tenerlo a el y al amor de mi vida entre mis brazos es lo mas hermoso que puedo sentir.
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Destino encontrado
RomanceNO admito: 1. Plagio 2. fotocopia 3. adaptación 4. cambios 5. similitudes con otras obras en esta plataforma o cualquier otra plataforma. 6: Transcripción 7: Reproducciones ilegales sin mi autorización. Esta obra es...