Capitulo 29

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     –Entonces, ¿estuviste todo el fin de semana en compañía de tus suegros? –Me pregunta James en cuanto salimos del salón de clases.

Asiento con la cabeza y me acomodo mi bolso sobre el hombro.

–Si. Estuvieron aquí en la ciudad todo el fin de semana. –Me encojo de hombros como quitándole importancia al asunto.

–Wao. –Exclama abriendo mucho los ojos.

–¿Qué?

–Nada, es solo que, las cosas parecen muy serias entre tu y el tal Steve Jones.

Me detengo y frunzo el ceño.

Bueno, se que ha simpe vista parece muy seria nuestra relación, pero si me pongo a pensar con detenimiento, creo que nuestra relación fue algo seria desde el inicio. Ni Steve ni yo nos hemos andado con rodeos.

–Si, supongo que vaos muy enserio.

Reanudamos nuestro camino hacia la salida.

–Imagino que...

Mi teléfono empieza a sonar dentro de mi bolso. Lo saco y al ver la pantalla frunzo el ceño al ver el nombre de mi padre biológico.

Le contesto de inmediato.

–Hola Oliver, ¿Qué tal?

–Hola preciosa. Estoy muy bien aunque necesito un enorme favor tuyo.

Me paro en seco nuevamente.

–¿Qué clase de favor?

–Veras, te llamaba para preguntarte si podrias cuidar de Alany y Drake por un par de horas.

¿Qué?

–¿Cuidar a los niños? –Casi me atraganto con las palabras. –Pero crei que tenían niñera.

–Y la tienen. El problema es que su madre se enfermo y tuvo que llevarla al hospital. En estos momentos no encuentro a nadie disponible para que los cuide.

Mierda.

Me paso una mano por el pelo y noto de reojo que James me mira algo preocupado.

Yo, ¿cuidar de mis medios hermanos?

Lo cierto es que no tengo ninguna experiencia cuidando niños. Jamas lo he hecho. Pero son mis medios hermanos y no puedo decirle que no a Oliver cuando soy la única personas con la que cuenta.

Maldición.

–De acuerdo, yo los cuidare el tiempo que necesites.

–¿De verdad? Joder Bethy, muchas gracias. –Noto el gra alivio en su tono de voz. –¿Te parece bien que los lleve a tu apartamento?

–Si, llevalos allí. Voy de camino y llegare como en unos quince o veinte minutos.

–Perfecto. Nos vemos ahí, cariño.

–Bien. –Cuelgo soltando un resoplido.

–¿Problemas? –James se acomoda la mochila en su hombro.

–No. Solo hare de niñera. –Le doy una palmada en el hombro. –Nos vemos mañana. Ya me tengo que ir.

–Claro, nos vemos mañana. –Se despide de mi y se marcha hacia su coche.

Miro a mi alrededor y de inmediato localizo a Henrry en el estacionamiento esperándome fuera del coche.

Me dirijo a el rápidamente.

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