Capitulo 30

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     –¿Hola? –Gruño contestando el maldito teléfono que no ha parado de sonar en varios minutos.

–¡Hola cariño, ¿Cómo estas?

La voz estridente de mi madre me despierta del todo y me incorporo en la cama despacio para no despertar a Steve que esta profundamente dormido a mi lado con la cara enterrada en la almohada.

Miro el reloj de la mesita de noche y me froto los ojos para comprobar que no he visto mal.

–Joder mama, son las siete y treinta de la mañana. –Le gruño malhumorada.

Odio levantarme a esta hora un sábado.

–¡No me hables de ese modo jovencita! –Me reprende, pero noto un tono divertido en su voz. –Te llamo para avisarte que recién llego a Nueva York. Tengo un par de reuniones pero me gustaría que nos viéramos a la hora del almuerzo.

Suelto un botezo.

–¿Reuniones? ¿Qué reuniones?

–Reuniones con clientes, Bethany. –Resopla y desde aquí logro escuchar el repiquetar de sus tacones de aguja. –¿Almoramos juntas o que?

Me paso una mano por el pelo.

–Esta bien. Nos vemos para almorzar. –Acepto porque a pesar de mi malhumor mañanero, quiero pasra un rato con ella.

–De acuerdo cariño. Ya te dire donde nos encontramis. –Escucho a alguien que la llama con urgencia. –Escucha cariño, ya em tengo que ir. Nos vemos en la tarde.

–Nos vemos en la tarde. –Cuelgo y dejo el teléfono sobre la mesita de noche.

Me dejo caer sobre la cama observando el techo. Tomo uno de mis rizos y lo enredo en mi dedo. Cierro los ojos para tratar de dormir unos minutos mas pero el sueño ya ha desaparecido.

A mi lado, Steve se remueve un poco indicándome que ya se ha despertado.

Me giro hacia el y me encuentro con su sonrisa soñolienta.

–Buenos días. –Estiro mi mano y le aparto sus largos mechones de pelo de la cara.

–Buenos días cariño. –Me da un pico en los labios. –¿Qué haces despierta tan temprano un sábado?

Hago una mueva.

–Mi madre me ha llamado hace un par de minutos para decirme que esta en la ciudad y que quiere almorzar conmigo.

Steve pone cara de horror.

–¿Aquí en el apartamento? –Chilla.

–No. Obvio no. Ya ell me dira donde quiere que nos encontremos.

–Ah. –Susurra aliviado. –Entonces debemos aprovechar la mañana. –Pega sus labios a los mios y toma uno de mis pechos con su mano.

–Mmm...

Toma mi pezón entre sus dedos y me lo pellisca ligeramente endureciéndolo. Depega sus labios de los mios y de pronto lo tengo sobre mi cuerpo. Me remuevo un poco contra el colchón y suelto un gemido al sentir su erección contra mi vientre.

Me recorre mi cuerpo desnudo con la mirada.

–Eres una preciosura. –Murmura para si inclinándose sobre mi comenzando un reguero de besos desde mi boca, mandibula, cuello, clavicula hasta llegas a mis pechos y se mete uno de mis pezones a la boca.

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