-¿Quién era?-me preguntó sin soltarme la cintura.
-Ah...es Kathija. Está esperándome en mi...departamento. -dije volviendo a guardar mi celular. No podía decirle lo del mensaje. No sabría que decirle.-Te llamo luego.
Le di un rápido beso en la mejilla y salí corriendo del instituto lo más rápido que pude. Estoy harta. Harta de todo ¿No puedo morir en paz de una vez? ¿Quién carajos es esta persona? Piensa Jessica ¿Con cuantos has follado? Ay no, me quedarìa recordando todo el día. Acaso... No él murió hace mucho. Ya no sé que pensar. No sé si ignorar esto o tomarle importancia. Decidì dejarlo cuando no tuve nuevas noticias en una semana. Pero justo cuando decidí en empezar algo mas o menos serio con Mason...
Ya. Ya pasó déjalo pasar. Has estado con muchos. Puede ser cualquiera... Sí, cualquiera...
~
De tanto pensar me había quedado dormida que no escuché el fuerte golpeteo de la puerta. Al abrirla me encontré con dos hombres de unos cuarenta años. Ambos vestían el mismo traje. Maldita sea. El FBI.
-¿Es usted Jessica Olson?-me preguntó el hombre más alto. El rubio.
Asentí despacio ¿Que mierda había hecho ahora?
-FBI.-me dijo el moreno enseñandome su placa-Necesitamos hacerle unas preguntas.
Entorné los ojos pero no dije nada. Sólo me hice a un lado para dejarlos pasar.
Me dirigì hacia el comedor. Creo que lo mejor en estos casos lo más formal es sentarse en la mesa a dialogar. Jalé la silla y me senté. Ambos hicieron lo mismo.
-¿Es usted la novia del señor DeLaurentis?-me preguntó el rubio, mientras el moreno sacaba una libreta para apuntar todo lo que declarara.
-No.
-¿Está segura de su respuesta? Tenemos pruebas de que usted y el señor Mason y usted están muy vinculados.
Sacó una fotografías de su maletín. En una estábamos Mason y yo hablando. Pero sólo eso hablando. La segunda fue la comprometedora. Estábamos parados en las afueras de un teatro en Times Square. Yo tenía mis manos alrededor de su cuello y el tenía ambas manos apretándome el trasero. Me sentía como una celebridad a la que le toman fotos los paparazis¿Que rayos? Maldita sea, ¿Mason, que hiciste? ¿Por qué te buscan?
-Bueno...-no sé que decir-Estamos saliendo.
-¿Sabía usted que el joven, asistía a terápia psiquiátrica?
¿Qué? Que estúpida. Él sabe todo de mi y yo nada. Nada de nada de él. Pero ¿terapia psquiátrica? que raro.
-No...¿Por qué asistía?
-¿No sabe con quién se está metiendo, verdad?-intervino el moreno bajando su libreta.
-No...-¡No en verdad no lo sé! y no me había dado cuenta hasta ahora. Sólo estaba con él porque... No sé. Me hace sentir... tan viva, tan segura. Me hace sentir que sí lo conozco.
-El tipo es un loco, señorita Olson.-exclamó el rubio y sacó más fotos de su maletín.
Me incliné sobre la mesa para poder verlas mejor. No me asqueaba ni nada lo que veía pero me sorprendía de parte de él. Había gente mutilada, despellajaday baleada. Estúpido. Jamás se debe matar humanos así, sólo mordiéndolos, de la otra manera es peligroso ya que pueden descubrirte y bueno, pasa esto. Tienes al FBI en tu casa. No me molestaba que Mason haya matado a esas personas. Digo, yo no soy la mejor de las personas, no soy una santa ni nada. También he matado gente con armas, pero he sabido hacerlo. No soy tan estúpida y dejor el cuerpo en cualquier parte como Mason.
-¿Loco por qué?-les pregunté riendome a lo que ambos me miraron extrañados.
-¡Asesinó brutalmente a personas inocentes, señorita Olson!-me recosté el respalda de la silla y me crucé de brazos.
-¿Y?
-¿Sabía usted que asesinó a su psiquiàtra hace tan sólo tres semanas?-gritó el rubio poniéndose de pie.
-No.-respondí lo más tranquila que pude.
-Pues ahora lo sabes y dado a su suma tranquilidad ante el caso, podémos acusarla de ser cómplice...
Antes de que terminara de hablar me puse de pie de un salto. Ya me estában comenzando a enojar.
-¿Cómo saben que fue él? ¿Acaso tienen pruebas?-exclamé.
-Ha muerto en las mismas condiciones que todas sus víctimas.-exclamó el moreno también poniéndose de pie-Sin una gota de sangre y marcas de dientes. Creemos que los muerde por que... bueno a estado en un hospital psiquiátrico por creerse Drácula.-Ambos comenzaron reírse.
Puse una mano sobre mi frente ¡estúpido! torné mis ojos color rojo y le clavé la mirada a ambos.
-¿Acaso ustedes no creen en drácula?-les pregunté y comencé a notar como se aterrorarizaban. Amaba ver esa expersión en los rostros de mis víctimas.
-Para nada. So-so-son tonterías, se-se-señorita Olson.-tartamudeó el rubio.
Me acerqué con rapidez inmortal hasta cerca del rostro del moreno. Le sonreí sin mostrar mis dientes. No me gusta que vean mis colmillos.
-¿Y tú no hablas?-le pregunté.
Antes de siquiera abrir la boca le soplé en la oreja provocando que cayera al suelo. Su cabeza comenzó a sangrar. Relamí mis labios y dirigí mi vista al rubio.
-Lo siento, pero no puedo dejar que le hagan daño a Mason y menos que lo alejen de mí. Él... él es todo lo que tengo y creo... que ya... es tarde para poder alejarlo de mí. Lo siento por tu familia.
Fueron mis últimas palabras antes de irme directo a su cuello en la vena yugular y sacar toda la sangre de su cuerpo. No sabía tan rico era algo grasosa. Pero aún faltaba la del moreno de ojos bonitos. Hice los mismo.
Me di el lujo de ensuciarme la boca para después pasar mi antebrazo por encima y limpiarme.
Llevé el cuerpo de ambos hasta un basurero. Lo hice de madrugada para que nadie molestara. Tambiñen había llevado el maletín con el historial de Mason. El cual releí un millón de veces, Pero no me asusta. Así somos los vampiros, nos gusta matar y ver la sangre correr, es nuestro extásis. Es inexplicable.
Tiré todo sobre los cuerpos. Las fotos, las armas homicidas, su historial. Todo. Todo con lo que se le pudiera vincular con algún crimen.
Abrí el galón de gasolina que traía conmigo y la eché sobre los cuerpos y todos los papeles. Saqué un cigarillo y lo puse en mi boca. Lo prendí con un fósforo. Le di unas cuantas caladas antes de aventarlo encima de todo.
Me senté en el piso y pegué mis rodillas al pecho. Y me quedé admirando toda la noche como todo lo que podía separarme de Mason ardía. Ya no podía tenerlo lejos. Ya era tarde. Creo que... Ya logró meterse bajo mi piel.

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NO ME MIRES
UpířiDespués de haber follado con James, y haber asesinado a sus padres en un estado fuera de control por culpa de ese maldito bastardo. Irina de Rusia Romanova Fiodoróvna tiene que huir de Rusia para no volver nunca más. Ya no tiene nada ahí. Una vez...