Esta vez tuve un sueño diferente. Ya no se me hacía difícil llegar hasta a Mason. Al contrario. Esta vez él llegaba abrazándome por detrás y al dar la vuelta para tocarle la cara, él se hacía humo, al parecer aún no podíamos estar juntos. Tal vez es mi inseguridad, mi miedo. O el simple hecho de no querer quererlo.
Que bueno que hoy es sábado porque en serio no quiero ver a Mason. No tengo ganas de ver a nadie. Era uno de eso días en los que me ponía a pensar en mi familia. En especial en mi hermano. Lo amaba tanto, en serio. Él me ha enseñado casi todo lo que sé. A como defenderme, a como aprender a controlar mi fuerza-porque incluso siendo dividida y no semi-dividida-siempre he tenido mucha fuerza y a veces se me iba de las manos-a cazar incluso a como no golpear al primero que me sacaba de quisio. Él nació ciendo un vampiro completo, yo una divida y mi hermana Anastasia humana. Sí tenía una hermana pero la mataron. Como dije soy hija del último Zar de Rusia. Nicolás II. Yo soy la hermana que casi nunca sobresalía, tampoco mi hermano. Yo soy la menor. Irina de Rusia Fiodoróvna. Ese es mi verdadero nombre. Síp de Rusia ¿Irónico, no? No creo que Mason sepa todo esto, puede que sepa desde que mude San Petersburgo y desde que maté a mis padres. Puede que de ahí en adelante pero no creo que sepa. Lo que viví cuando era feliz. Cuando tenía a mis hermanos cerca, a mi familia unida.
Odio tanto a James. Él sabía que mataría a las primeras personas que viera una vez que me mordiera y esos fueron mis padres. Lo que nunca llegué a entender es como no me convertí en vampiro completo después de su mordida. Tal vez su veneno no era tan fuerte, o mi mitad de humana lo era más. No lo sé. Pero el latido de mi corazón, revela que hay algo humano dentro de mí. Es un latido por hora. Para poder mantener lo poco de sangre que tengo en el cuerpo. Es tan escasa que ni siquiera tiene olor. James juró volver a buscarme para volver a hacerme suya. Al menos hasta ahora no me ha encontrado. Y espero que jamás lo haga.
Afuera está lloviendo a cántaros. Decidí ir al estudio de ballet para bailar un poco. Saqué mis zapatillas de punta, mis calentadores y salí de mi departamento. Decidí ir a pie y con paraguas, ya que en el estudio no te dejan entrar si estás mojado. Dicen puedes resbalarte o eso.
Al llegar me tiré en el suelo. Me puse mis zapatillas y comencé a calentar en la barra. Algo básico primero.
Tenía la vista fija en mis pies, necesitaba ver si mis tobillos estaban en buena poscición, hasta que sentí uns brazos rodear mi cintura. Levanté la vista hacia el espejo, esperándo encontarme con Mason. Pero no. Era Jonathan.
Me solté de su agarre y me di vuelta.
-Reservé el estudio hasta las seis. Fuera.
-Todos están llenos y necesito ensayar mi Pas de deux.
El pas de deux. En español: Paso de dos. Como su nombre lo dice es el baile en parejas en el ballet. Por eso no pude evitar soltar una risita. ¿Él bailar? No tenía para nada la pinta de ser bailarín.
-¿Y tú pareja?-le pregunté con una sonrisa en el rostro.
-Está fente a mí.
-No. yo bailo sola, gracias.-dicho esto me di vuelta y seguí calentando en la barra.
-¿Qué? ¿Te quedaste atrás bailando sólo clásico que no te atreves a bailar un contemporáneo con este chico?-dijo riéndose.
-Pon la música.
Odio que me reten y peor que me digan que me quedo atrás.
-Sólo déjate llevar.-dijo poniéndose detrás de mí. Ya estábamos en medio del estudio frente al espejo.
-Sé que hacer.
-Puntas.-me indicó.
Me paré firmente sobre mis dedos. Él puso una de sus manos en mi cintura y la otra se posó sobre mi mano izquierda y la música comenzó a sonar.
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NO ME MIRES
VampirDespués de haber follado con James, y haber asesinado a sus padres en un estado fuera de control por culpa de ese maldito bastardo. Irina de Rusia Romanova Fiodoróvna tiene que huir de Rusia para no volver nunca más. Ya no tiene nada ahí. Una vez...