Yo seria nada

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~Edward~

Haberme levantado riendo con Sophia, era una bella manera de levantarse, pero lo único que no me gustaba era que Sophia estuviera sólo con una camisa mis puesta y hubiera bajado con Alex así, confió en ella, pero no me gusta que mi prometida se paseé así por mi casa y más si hay otro hombre, no soy celoso, nunca me he considerado así, pero con Sophia no se que me pasa que me pongo así.

Baje a saludar a mi amigo, desde pequeños siempre estábamos juntos, éramos cómplices de aventuras, de TODO tipo de aventuras, si eso incluye en el plano sexual, el me presentaba chavas con las cuales yo tenía mis "asuntos"

-Hola hermano, ¿como estas?, ¿cuándo llegaste de Irak?- lo salude abrazándolo y me senté en la mesa

-Estoy bien, llegue hace unas horas, por cierto no sabía que tenías... "visitas"- Alex levanto las cejas, ya sabía lo que pensaba

-No, hermano, ella no es como esas... Ella es mi prometida- me sentía orgulloso de decir 'mi prometida' y más tratándose de Sophia

-¿Ella es de la que me hablaste?- pregunto Alex sorprendido

-Así es, se llama Sophia, es la chica ideal, la chica de mis sueños- sonreí sólo de pensar en ella, con su llegada había alumbrado mi vida, y esperaba yo hacer lo mismo con ella

-¿Así que ella es la chica?- Alex se puso serio, pero yo no le si importancia y seguí sonriendo

-Si. Una noche anterior había soñado con ella, es decir, la volvía a ver pero esta vez en una habitación, ella me preguntaba mi nombre y sólo yo le decía que cuando estuviera lista lo iba a saber, pero lo más raro es de que le pude ver la mitad de la cara, la luz del cuarto era pésima y cuando le vi la mitad de la cara fue... asombroso, ¿si me entiendes?, después de muchos años, le vi la cara a la chica de mi sueños, y cuando vi a Sophia... era ella, ¿acaso es eso posible?- estaba emocionado, es decir, Sophia era la chava que siempre soñé, la chava con la anhelaba encontrar, con la cual daría lo que fuera para que estuviera bien

-Entonces, te vas a casar con ella, hermano no te lo tomes a mal pero... no la conoces aún, llevan poco tiempo de conocerse- Alex dejo su plato con comida en la mesa y me miro serio, su actitud me desconcertó

-No me importa, yo la amo y se que ella me ama a mi y eso es lo que cuenta- estaba enojado, como era posible que se pusiera así, en vez de estar feliz por mi, se ponía serio

-Perdona mi insistencia, pero... ¿estas seguro? Quiero decir pudiendo estar con un montón de chavas guapísimas, y no te hagas que bien que las recuerdas, ¿porqué Sophia? No es que la chava este mal, no, hasta eso es muy bonita, pero por dios tenías detrás de ti un montón de chavas mejores- Alex seguía serio y mirándome fijamente, lo cual me enojó más, era imposible que dijera eso, era mi hermano, lo menos que esperaba de el era que me felicitara y me deseara una vida feliz a lado de Sophia

-Haber, deja te repito, tu dijiste TENÍA, en tiempo pasado, no me interesa nadie más que Sophia, ella me ha hecho feliz en poco tiempo, cosa que las otras chavas no han podido hacer en muchos años, creí que al decirte que encontré a la chava de mis sueños te ibas a alegrar por mi, no esperaba esta reacción de ti, pero que lastima, al parecer me equivoque- decir que estaba enojado, quedaba corto a lo que sentía en este momento

-Perdón, es sólo que... tal vez me siento celoso de que tu ya encontrarás a la persona ideal, enserio perdón hermano, no te quise hacer sentir mal, si Sophia te hace feliz, para esta bien- Alex me apretó el hombro y sonrió, yo lo seguí

-Me gustaría que la conocieras, es todo lo que un día desee- me pare de la mesa para ir a buscar a Sophia cuando escuche pasos a fuera de la casa, fruncí el ceño y camine hacia la puerta para ver que era, al llegar ahí, antes de abrir la puerta vi una hoja y el anillo de Sophia

La Nana (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora