Feria

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Ya pasaron dos semanas desde la operación y ya me dieron de alta, hoy es mi dia de relajación los niños están en su habitación, Suzi está jugando a las muñecas, Luca está practicando para su campeonato de esgrima, Pierth está inventando una aspiradora que se mueva sola sin necesidad de baterías ni de electricidad, y Margareth está buscando ropa, para que no sé, pero según ella será un gran dia, estoy tranquila en la habitación de servicio es más amplio de lo que pensarían, estoy a punto de dormirme cuando escucho la puerta

-Adelante- dije con los ojos aun cerrados, escuche como la puerta se abrió y se cerró, todo estaba en silencio algo que me incomodo y abrí los ojos, se encontraba frente a mi Edward con una sonrisa

-¿Te desperté?- dijo Edward sonriendo, yo negué con la cabeza y sonreí – me alegro, dime ¿tienes planes para este dia?-

-No que yo sepa, ¿se te ocurre algo?- le pregunte sonriendo

-Puede ser, así que levántate y arréglate que vamos a salir- dijo Edward levantándose de mi cama, me tendió la mano y la tome para levantarme de la cama, pero como era esperarse la torpe de Sophia se cayó, provocado que callera sobre Edward, estábamos a escasos centímetros

-Hay no- dije poniéndome roja como un tomate, Edward se ataco a reír

-Te ves hermosa sonrojada- dijo Edward tratamos de pararnos pero el intento fue fallido mi pie estaba atorado entre el colchón de mi cama y la madera

-Sophia ya estas lis… ¿Qué paso aquí?- dijo Margareth soportando la risa, detrás de ella se asomaban los niños y Suzi quien se tapaba su boquita para que no la viera reir

-Niños no es lo que parece, este… ¿alguien me ayuda?- dije nerviosa, Margareth se ataco a reír junto con los niños, a pero que buena ayuda

-Quédate quieta amor jajaja- dijo Edward para después levantarse y ayudarme sacar mi pie, cuando ya estaba mi pie desatorado me levante

-Bueno, ¿a donde iremos?- dije mientras me trataba de alizar mi pequeña blusa que mostraba mi ombligo

-Vamos a…. redobles por favor- dijo Edward sonriendo, Luca hizo el sonido de tambores- ¡LA FERIA!- soltó animadamente Edward, yo me emocione, nunca había ido a una feria

-¡AAAAAAAH! ¿enserio iremos a la feria?- dije emocionada, Edward asintió, grite emocionada y me avente a los brazos de Edward provocando que cayéramos de nuevo, todos nos atracamos a reír, después de un rato de dejaron sola para cambiarme, me puse una blusa blanca suelta con una chaqueta de mezclilla ¾ con un pantalón negro y mis tenis blanco con negro, en mi pelo me lo recogí en un moño y me solté mi fleco que llegaba hasta las cejas, me pinte los labios de un color coral y me puse rimen junto con delineador y lápiz de ojos, me mire en el espejo y sonreí, al salir de mi cuarto fui directo a la sala donde me esperaban los niños y Edward que al verme me hicieron halagos – hay ya que me pondrán roja- dije sonriendo

Después de una hora de camino llegamos a la dichosa Feria, era enorme tenia montañas rusas, una rueda de la fortuna, puestos de comida y de juegos, entre muchas mas cosas, estaba fascinada, yo parecía la niña en vez de la nana de los niños, entramos a la feria después de comprar los tickets, los cuales insistí en pagar pero Edward se negó rotundamente y prefirió callarme con un beso, el cual no voy a negar lo recibí con mucho gusto, se preguntaran que somos Edward y yo, bueno somos… somos… ¿Qué somos? No lo sé, pero lo que si se es que me encanta estar con el, los niños rápido se fueron a formar para la montaña rusa y Edward y yo los seguimos encantados, la montaña rusa era enorme, no lo niego estaba aterrada, tenía miedo de que algo malo me pasara ahí arriba

La Nana (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora