La Nana (en edición)

Familia

Han pasado ya 2 meses desde que ingresé al hospital, he tenido un avance sorprendente para la recuperación, pero lo mejor de todo es que ya puedo comer.

La voz ronca termino siendo un chavo muy guapo, demasiado diría yo, él me ha contado que es mi amigo (en pocas palabras me ha mandado a la friendzone), también me ha estado hablando sobre mí y llenando los espacios vacíos que lamentablemente no me acuerdo, este es el resumen, según me llamo Sophia y tengo 20 años, tengo un serio problemas de corazón (pero que se supone estoy en tratamiento), gracias a ese problemita es que me encuentro aquí, dice la voz ronca, mejor llamado Tony, que unos momentos antes de desmayarme había tenido un sentimiento muy fuerte, lo que provoco un pequeño paro cardíaco, los doctores le contaron que mi pérdida de memoria era por el hecho de "protegerme" (de que, no tengo idea), pero que podía ser sólo temporal y que muy pronto regresaría.

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- ¿Qué me puedes contar acerca de mi familia? no he visto que venga nadie más que tu - pregunte mientras comía una manzana deshidratada, que no sabía nada rica.

- Pues... la verdad es que no hay mucho que contar, tienes mamá, papá y hermanas, fin de la historia - Tony trato de evitar el tema, lo que me hizo sacar conclusiones, ¿no se llevará bien con mi familia? ¿mi familia no lo querrá? ¿tienen problemas entre ellos?

- Háblame de ellos, quiero saber de ellos - mi mejor opción para saber era insistir, así que haría lo posible para que me dijera.

- No hay mucho que decir - Tony se volteó dándome la espalda, este tema se estaba volviendo incómodo, pero aun así no dejaría de insistir.

- Por favor, es frustrante no saber nada de mí, siento que soy una idiota por no acordarme de nada y menos de mi familia, de ti, de todos, me siento en un laberinto sin salida, y la única persona que me puede ayudar evita la plática - el volteo a verme y suspiro, tomó mi mano y se sentó en la cama.

- ¿Estas segura? No quiero lastimarte – me miro con tristeza.

- Me lastima mas no saber de mí, además si son cosas que pasaron en mi vida por muy dolorosa que sea es necesario saber – Tony resignado asintió y así fue como me empezó a contar todo.

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- Así que... ¿mi familia me dejo? - pregunte con un nudo en la garganta, estaba soportando las lágrimas que amenazaban con salir.

- Pues dejar, lo que se dice dejar, no, más bien te corrieron de la casa... pero no te preocupes tienes un hogar conmigo - dijo Tony tratando de alegrar el ambiente.

- ¿Puedo saber porque lo hicieron? - trataba de ocultar mi voz entrecortada, que clase de padres le hacían eso a su hija, que pudo ser tan malo para que me alejaran de su lado.

- La verdad, es que... Sophia no me hagas hablar de esto, enserio, me dolerá el alma verte llorar otra vez por algo que ya pasó, son cosas que yo sé que vivirías mejor sin saber - Tony trato de me resignara, pero no quería vivir así, quería el saber el motivo, ¿qué fue lo que hice o me hicieron para que pasara esto?, pero tal vez aun no era el momento.

- Está bien, descuida, por hoy ya no hablaremos de eso, será mejor descansar mi mente, no es bueno tanta información en un día, pero bueno, dime una cosa, ¿quién más ha venido a verme aquí?, estoy segura de que he escuchado más voces a parte de la tuya cuando estaba inconsciente - pregunte, desde que había despertado tenía curiosidad por la voz chillona que escuche llorar, pero nunca logre saber de quién era.