Abrí la puerta principal y del otro lado se encontraban mis jefes con una sonrisa.
- Pasan - tomé rápidamente el maletín que tenían y lo puse sobre la mesa principal que se encontraba a escasos metros.
- Niños ya llegamos- dijo el padre caminando hacia la sala de estar - ¿Cómo han estado? ¿Se portaron bien? -.
- Si, se portaron magníficos, son unos niños buenos – sonreí hacia mis jefes.
Los niños iban bajando las escaleras y se asombraron de ver que tan rápido habían llegado sus padres.
- Niños, ¿no les da gusto de que ya llegáramos? - dijo la madre con los brazos abiertos en espera de que la abrazarán emocionados, pero eso nunca paso.
- Pequeños, vayan a darles la bienvenida a sus papás - dije sonriendo, pero fue como si nunca hubiera hablado, los cuatro niños estaban parados en las escaleras sin moverse.
- Sophia, gracias por tu gran trabajo, supongo que tendrás cosas que hacer así que creo que ya te puedes ir, iré a hacerte un cheque - dijo el padre caminando hacia su estudio.
- Niños, ¿les pasa algo? - pregunto la madre preocupada, pero en un abrir y cerrar de ojos ya me estaban abrazando, todos hablaban al mismo tiempo, pero siempre repetían una cosa "no te vayas".
Estaba en shock al igual que la madre de los niños, me daba gusto que me quisieran tanto, pero me sentía mal por su mamá, ya que ella había estado a fuera todo este tiempo y seguramente los extrañaba mucho, no es como si por gusto los tuviera que dejar, ellos trabajan y son el sustento de la familia.
- Pequeños, yo los quiero mucho, pero me tengo que ir, sus padres ya llegaron - les susurre y trate de zafarme de sus brazos, pero en vez de liberarme me abrazaban más fuerte.
-No, Sophi, quédate- dijo Luca con lágrimas en los ojos, ver eso me rompió el alma.
"Te lo dije, ambos iban a sufrir"
Suspire e intente nuevamente a zafarme, poco a poco me soltaron lo que permitió que me pudiera hincar frente a ellos para estar a su altura.
-Luca... me tengo que ir, no me puedo quedar, además, ya están aquí sus padres, podrás enseñarle todo lo que has aprendido en estas semanas - dije aun manteniendo las lágrimas en los ojos, le sonreí y Luca me abrazo a lo que yo le correspondí.
-Te extrañare Sophi - dijo Luca en mi oído, yo lo abrace muy fuerte y le bese en la cabeza, sin previo aviso las lágrimas salieron de mis ojos.
- Y yo a ti Luca - dije separándome de él, le di un beso en la frente y le limpie sus lágrimas - No llores, no te ves guapo si lloras - eso provoco que Lucas sonriera, mire a Pierth quien tenía la cabeza agachada.
- Sophia, yo... - dijo Pierth y se atacó a llorar, lo abracé y lo consolé, enserio me dolía verlos llorar, no estaba acostumbrada a verlos así.
- Ya corazón, no hace falta que llores, los niños genios no lloran - dije sobándole la espalda, lo separe de mí y le toque la cara que estaba manchada de lágrimas.
- Es que... Te quiero demasiado – otra vez se recostó Pierth en mi hombro y le seguí sobando la espalda para tranquilizarlo.
- También te quiero mi pequeño Einstein - me aleje de él un poco y le di un beso en la frente, mire a mi pequeña quien me miraba con sus enormes ojos - Suzi, mi niña, prométeme que si me necesitas me llamaras, no importa cuando ni donde, tú me llamaras - le dije, ella solo asintió y me abrazo fuerte del cuello, le correspondí el abrazo, en este momento sentía como todo dentro de mí se rompía a pedazos.
-Te lo prometo, te lo prometo- dijo Suzi entre llanto, pequeños sollozos se escapaban de mi boca, me puse de pie y miré a Margaret, ella no mostraba ninguna emoción en su rostro, y eso no sabía si debía alegrarme o entristecerme más.
-Margaret, cuida de tus hermanos, eres la mayor, tienes que demostrarlo, está bien, tienes tú también que cuidarte, haz lo que más te gusta y cualquier cosa que suceda tienes mi número, márcame – dije mientras me acercaba a ella y quedábamos cara a ella, ella solo abrió la boca pero ninguna palabra le salió, me sorprendió de que rápido se abrazó de mi tórax, y lloro en él, le correspondí el abrazo -prométeme que cuidaras de ellos - le dije y ella asintió.
-No te vayas, por favor, te lo suplico- dijo Margaret abrazándome más fuerte, siguió llorando en mi tórax, le sobé el pelo.
-Cariño, mi trabajo aquí se termina cuando llegan sus papás, tu lo sabes mejor que nadie, esto no depende de mí - dije abrazándola, este trabajo era temporal, y tanto ellos como yo lo sabíamos, siempre era así y ellos me lo habían dicho, una niñera nueva cada vez que sus padres se iban.
- ¡ERES IGUAL QUE TODAS, NOS ENCARIÑAMOS Y SE VAN, POR PRIMERA VEZ PENSE QUE SERIA DISTINTO CONTIGO, ¿QUE ACASO NO SIENTES LASTIMA POR NOSOTROS?!- grito Margaret alejándose de golpe de mí, en su mirada veía pura tristeza más nunca vi un poco de odio en sus ojos.
- En este momento siento de todo menos lastima por ustedes, enserio los quiero a los cuatro - dije llorando, traté de acercarme a ella y ella alejó mis manos, se hizo para atrás.
- No es cierto, pero bueno si te quieres ir, vete, no te necesitamos, eres solo otra más de la lista, te odio - dijo Margaret alejándose, su voz había salido con tanto deprecio que había penetrado sus palabras hasta mi corazón, corrió subiendo a su cuarto, mi miraba siguió por donde ella se había ido, esa no era una despedida que yo hubiera querido.
- Si nos quiere, ¿verdad? - dijo Suzi, me voltee para ver a la pequeña y su carita estaba manchada de lágrimas, me agache para estar frente a ella.
- Claro mi niña, los adoro con toda el alma - dije, mire la carita de los niños y sentí que todo lo bueno que apenas había tenido se acababa aquí, con ellos, mire a mi alrededor y vi a Tony en la puerta, el sólo me vio y negó con la cabeza, él sabía que había cometido un gran error en encariñarme de los niños, y que estas emociones no me hacían nada bien, seguí mi mirada y encontré los padres, estaban a un lado mirando la escena.
Poco a poco tome mis cosas y camine hacia los padres, los cuales me entregaron un cheque con 5.000 dlls, les di las gracias y lo tome, me voltee con Tony, rápido el tomo mi maleta y me sonrió tristemente, voltee por última vez a ver a los niños, los cuales estaban llorando a mares, me voltee rápido y cerré los ojos fuertemente, camine hacia la puerta y salí de la casa, mientras más me alejara estaría bien, pero algo dentro de mí se rompió, y poco a poco sentí un calor por todo mi cuerpo y como mis piernas dejaban de caminar, solo escuche un grito de mi amigo Tony y perdí totalmente la conciencia de mí.
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La Nana (en edición)
Teen FictionUno cuando necesita dinero puede hacer lo que sea, unos roban, otros entran a un trabajo, otros se vuelven oportunistas, pero en mi caso, me volví una niñera, mejor dicho una NANA, ya que los cuido las 24 horas del día los 7 días de la samana, la ve...