En mi cabeza se estaba formando una historia por si el señor Robert no sabía dónde podían estar los niños.
"Hola señores, les tengo dos noticias, la buena es que su casa es asombrosa, han trabajado muy duro para tener una casa muy grande para ustedes dos y la mala es ... perdí a sus hijos", no, definitivamente no puedo decirles eso, ay dios mío, por favor que sepa dónde están los niños.
Corrí a la cocina junto con la señora como última esperanza y suplicaba que el señor supiera algo y todo esto solo fuera una broma, vi a Robert cocinando muy tranquilo, pero no había ninguna señal de los niños, ya en ese punto estaba al borde de un colapso nervioso.
- Disculpe, ¿de casualidad, sabe dónde puedan estar los niños? - pregunte tratando de hablar lo más calmada y casual posible.
- No señorita, pero ¿ya checo en el Aero?, siempre van al techado para jugar bromas - dijo el señor con una sonrisa, asentí y salí corriendo a ver, ¿tienen un Aero? Porque será que no me sorprende de esta gente rica.
Subí las escaleras lo más rápido posible, debo tranquilizarme o me hará daño el agitarme mucho, cuando estuve arriba vi la puerta que te llevaba al techado, la cual se encontraba entre abierta, sin casi aire la abrí y vi que estaba un aeropuerto en el techado, pero...
-Si hay un Aero donde está el... ¡¡NIÑOS!!- grite desesperada al viento, hasta que escuche carcajadas a mi espalda, lentamente voltee y vi a los cuatro demonios riéndose de mi- ¿que no estaban en el avión? - pregunte tratando de calmar mis nervios, están bien.
- ¡JAJAJAJA! estás loca, mis padres siempre se llevan el avión, nunca nos lo dejan - dijo Margaret quitándose las lágrimas de tanta risa, todos seguían riéndose, tome aire y poco a poco la desesperación junto con los nervios se fueron y fue remplazada por el enojo.
Por una parte estaba aliviada de que los 4 estuvieran bien, se me había quitado un peso de encima, pero por otra no iba a dejar pasar que bromearan así conmigo.
-¡NIÑOS DEL DEMONIO! NO SABEN EL SUSTO QUE ME DIERON, FUE EL PEOR DE MI VIDA, PERO ¡¿QUE LES PASA?! NO PUEDEN IR POR LA VIDA HACIENDO LAS COSAS QUE LES PLAZCA SOLO PORQUE TIENEN DINERO, DEBEN APRENDER A COMPORTARSE, NO SIEMPRE HABRÁ ALGUIEN QUE QUIERA ESTAR CON USTEDES Y SE QUEDARAN SOLOS SI SIGUEN CON ESA ACTITUD - dije enojada mientras los miraba, a ellos no les importo lo que dije y se siguieron riendo, mi enojo fue tal que pase por su lado diciendo de todo menos bonito, baje del techado aun diciendo cosas.
Al bajar de las escaleras pude notar algo, aunque estaba hecha una furia, me sentí extraña cuando no tenía a los niños, puede que sea porque de ellos depende mi trabajo, pero mientras más lo pienso sé que esa no es la respuesta, y no quiero pensar en que me he encariñado con ellos, porque no puedo tolerar otro abandono, no cuando mi vida está empezando de nuevo.
"Estas estúpidas, ¿te falta un tornillo o que pedo? no te encariñes, porque vas a salir lastimada y ellos también, es un juego donde nadie va a ganar y lo sabes".
Ay odio que Tuqui tenga razón, perdón, quiero decir, que mi conciencia tenga razón, pero es verdad, si me encariño con ellos cuando me vaya, todos saldremos lastimados, y dudo que eso... lo pueda soportar, así que me resigne y descarte esa idea.
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Para: Sophia
¿Qué tal va tu primer día de trabajo?
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Pensé en decirle que viniera por mí, que ya no quería trabajar aquí y así poderme largarme de este lugar, para poder pensar bien las cosas, pero no, tengo que ser madura y ser una profesional.
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Para: Tony
Bien
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Para: Sophia
¿Ocurrió algo? ¿Te sientes mal? Recuerda estar tranquila, todo pasara, solo inhala y exhala
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Me dio ternura que él se preocupara por mí, siempre estaba al pendiente de todo lo que yo necesitaba, era lindo sentirse querida por alguien, una sonrisa tonta salió en mi cara.
Desde que me había ido de mi casa Tony fue el único que me abrió las puertas de su departamento, era alguien muy importante para mí, demasiado importante podría decir, él sabía todo de mi como yo de él, nos complementábamos perfectamente el uno con el otro, todos los que nos miraban siempre pensaban que éramos novios, pero lamentablemente, no era así.
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Para: Tony
Descuida, estoy bien, todo va bien, te veré mas de rato
XOXO
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Lo que más me emocionaba después de un largo día de trabajo era llegar a casa, sentarme a un lado de Tony en el sillón y ver una película mientras comíamos palomitas de maíz o esas noches donde podemos estar sentados a lado del otro hablando de todo y nada a la vez, guarde mi celular y con una sonrisa empecé a caminar.
A punto de llegar a la sala algo me hizo detener, un dolor punzante provoco que me doblara, era algo insoportable, como si me oprimieran el pecho tratando de asfixiarme, como pude empecé a tomar aire tratando de tranquilizarme, inhalaba y exhalaba, quería que el dolor cesara de una vez, después de unos minutos que para mí fueron eternos se pasó y al fin me enderece con delicadeza, camine lentamente al sofá más cercano y me senté.
Tenía casi un año sin sentir el dolor, ya hasta había llegado a pensar que podría vivir en paz, pero vuelve, como dándome a entender que no puedo tener la vida que siempre he deseado, y que no todas las heridas logran sanar con el tiempo.
Después de un rato donde sentía como me envolvía mi propia obscuridad, decidí ver donde se encontraban esos demonios, me sorprendí al verlos cada uno tranquilos en sus asuntos, eso me hizo sonreír, pareciera que nada había pasado.
- Esta lista la comida niños – anuncio el señor Robert, todos caminaron hacia la cocina donde les esperaba una infinidad de platillos, los cuales se miraban muy deliciosos.
Cada uno se sentó en sus respectivos lugares y empezaron a comer tranquilamente, aunque fuera extraño.
- Siéntese señorita, hice suficiente para usted también – agradecí y me senté a lado de Suzi para comer, era la mejor comida que había probado desde que me fui de casa, por un momento me sentí en casa.
Supongo que mis ojos de debieron de poner llorosos que solo pude notar como Suzi me pasaba una servilleta y me sonreía, fue ahí cuando supe que me iba a ser difícil alejarme de ellos ahora, ya que ellos me trasmitían esa sensación que yo estaba buscando.
La sensación de una familia.
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La Nana (en edición)
Novela JuvenilUno cuando necesita dinero puede hacer lo que sea, unos roban, otros entran a un trabajo, otros se vuelven oportunistas, pero en mi caso, me volví una niñera, mejor dicho una NANA, ya que los cuido las 24 horas del día los 7 días de la samana, la ve...