Confeciones... Y DONDE ESTAS?!

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Su casa era a las afueras de la ciudad, con un estilo rústico pero moderno, tenía ventanales enormes que daban al bosque el cual quedaba a unos cuantos metros, las paredes eran de similitud de madera al igual el piso, los muebles era de cuero color café claro, una televisión de 40 pulgadas, y abajo de ella una repisa con fotos (que suponía yo) de su familia, a lado de un mueble había una colección de libros, tanto de medicina como de investigación científica, era una bella casa, pero muy enorme para una sola persona.

Edward me acompaño hasta un mueble, mi mente estaba trabajando pensando como explicarle todo lo que hice, nos sentamos frente a frente, ¿tenía miedo? Si, de perderlo y no volverlo a ver jamás.

-Sophi, sabes que no me importa tu pasado, yo te amo tal y como eres...- no lo deje terminar ya que puse mi mano sobre su boca

-Para mi es importante- dije en un susurro, tome aire y exhalé - sabes que desde pequeña tuve problemas de corazón lo cual provoco que mi madre me sobreprotegiera demasiado... era apenas una niña de 10 años... lo que yo más deseaba era jugar como las demás, ser... libre como ellas, pero en cambió tenía que ser más cuidadosa, no podía correr porque si me agitaba me podía dar un paro cardíaco y morir, no podía jugar a las atrapadas por miedo a que me golpearan y pasara algo, no podía hacer muchas cosas por miedo a que algo pasara era desesperante, pero aún así obedecí, cuando tuve 12 años era una niña gordita muy feliz... -me detuve recordándome caminar siempre con una sonrisa por la escuela, hasta que llego ese horrible recuerdo- hasta que apareció Melissa... ella se encargó que durante mis 6 años de estudia fueran una miseria, ella era delgada, con una hermosa sonrisa y un cabello hermosa, ya sabes la típica chica popular que se siente superior a todos. A los 13 años ella decidió que era el año de hacerme sentir como inservible, alguien que no valía, alguien quién no merecía vivir, y así sucesivamente... me acuerdo que yo ya no quería seguir en la escuela, fingía estar enferma para no toparme con ella y me siguiera diciendo esas cosas... nada funcionaba para alejar a Melissa hasta que empece a creer que era cierto todo lo que decía, que era alguien fea, alguien de quien nunca se iban a fijar. Y pensé que no valía la pena que siguiera viviendo... Edward... me volví una chica suicida, me cortaba para así sentir dolor físico y olvidarme del emocionar, hice varias veces el intento de ahorcarme, lamentablemente todas las veces fallaron. Quería hablar con alguien, que me aconsejara, me sentía perdida... en un hoyo negro, y tenía miedo de si le decía algo a alguien me tomara como loca, y no me ayudara sino al contrario más me hundiera, era horrible verme en un espejo, mis brazos, piernas y estómago tenían todas cortadas. Se que te preguntarás que pasaba con Isabella porque ella no me ayudo... yo no quise, no quería que mi hermanita se decepcionara de mi, era algo que no hubiera podido soportar. Fue así hasta los 18 años, después de la humillación que ella me hizo que decidí cambiar... fue cuando adelgace... me volví anorexia, estuve apunto de morir si no fuera porque Isabella me empezó a obligar a comer, me dolía ver como los ojos de mi hermana me miraban con lástima... cuando conocí a Tony todo mejoro, el me ayudo en mucho, evito que volviera a decaer, Melissa ya no se metía conmigo gracias Tony, todo fue un gran cambio, hasta que pasó lo de mi hermana que volví a decaer, hasta hace un año o tal vez menos deje de cortarme, ya que yo en secreto me metí a una terapia psicológica donde me apoyaron demasiado, Edward... no quiero para ti una esposa que pueda decaer y volverse otra vez suicida, tu no mereces eso, eres una excelente persona para que te atormente algo con esa gravedad, te amo y por eso te digo que reconsideres tu propuesta, si decides dejarme no te detendré, por que yo tampoco me casaría conmigo misma- no me había dado cuenta que estaba llorando a mares, no le había contado esto a otra persona que no fuera mi psicóloga y era doloroso abrir la herida una vez más, levanté la cara de mis manos para ver a Edward mirándome fijamente

-Nunca te has dado cuenta porque estoy enamorado de ti ¿verdad?- fruncí el ceño sin entender a dónde iba eso - Sophia desde que te conocí me di cuenta de tu auto-desprecio, eso fue lo que más me provoco estar contigo, quería protegerte de todo y de todos, porque... tal vez haciéndolo no me sentiría culpable de no haber cuidado bien a mi madre y hermana, no me lo tomes a mal mi amor, te amo con todo mi corazón, eres la mujer de mis sueños... nunca te lo conté por miedo de que pensaras que era algún psicópata o algo por el estilo, pero desde pequeño soñaba con una niña mucho menor que yo, siempre yo le pedía matrimonio y ella me pregunta mi nombre, nunca se lo dijo, no se porqué sólo le decía que cuando estuviera lista ella lo iba a saber, y tu eres ella, lo se, lo siento en mi corazón y mi propuesta sigue en pie, si decaes yo estaré a tu lado para levantarte, encontré el amor de mi vida y no lo dejaré ir tan fácil, así que amor, quita esa idea tan absurda que no te voy a dejar, te amo tanto que sin ti sentiría que me muero- dijo Edward tomando mis manos las beso - eres como Afrodita, estoy hipnotizado por tu belleza, tanto interior como exterior, te amo Sophia y si quieres lo grito por un puente para que todos los que pasen sepan que eres la única en mi vida- dijo poniendo una de mis manos en su corazón- sólo tu tienes esto, nadie más te lo va a quitar- estaba anonadada, una sonrisa se cruzó por mi cara

La Nana (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora