Llego el momento

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Estoy algo confundida, todo en mi cabeza da vueltas, mi cabeza piensa en Tony, en mis niños pero más que nada en las palabras de Edward, nunca creí que alguien se pudiera mortificar tanto por mi y en tan pocos días, cuando mi vida se empezó a volver complicada, si hace poco sentí que todo empezaba a ir en orden, mi mente está en tantas cosas que no me di cuenta de que entro alguien

-¿Podemos hablar?-voltee a ver a la persona y me encontré a mi madre quien tenía sus ojos hinchados y rojos

-Creo que la otra vez les deje claro que no me interesaba saber que me tenían que decir-dije volteándome a ver la ventana del cuarto el cual mostraba el hermoso crepúsculo del dia

-Hija se que hicimos mal pero…- la interrumpí no quería escuchar sus mentiras ni sus explicaciones falsas

-La puerta está detrás de ti, está muy grande así que puedes irte- dije mientras una lagrima traviesa pasaba desde mi ojo derecho hasta caer en mi almohada

-Solo dame unos segundos para explicarte que paso, si después de eso decides no volvernos a ver lo entenderé- se quedo callada esperando mi autorización, amaba a mi madre, por su puesto ella me otorgo la vida, pero si te pones a pensar tan bien fue ella la que mato mi vida, la que me corrió de la casa, la que me dijo en el último minuto ¨eres un estorbo en nuestras vidas¨ esas palabras no las puedes perdonar por más que intentes

-He dicho, te puedes ir-dije seria tratando de soportar todas las emociones que sentía dentro

-Hija nunca me perdonare el haberte hecho tanto daño, fui mala madre, lo sé, pero nadie tiene un libro donde te diga cómo puedes ser una buena madre, perdóname por favor- dijo con la voz quebrada

-Piensas que con un perdón todo se soluciona, estas muy equivocada- me volteé a verla y mis ojos estaban llenos de lagrimas – mamá si no hubiera sido por Tony tal vez no hubiera comido, hubiera vivido bajo un puente o quizás ahorita estaría muerta, ¿Y eso te preocupo? No, mientras tu disfrutabas con mi hermana yo lloraba por ustedes en un rincón culpándome de la muerte de mi hermana, diciéndome que era la peor hermana e hija del mundo, mientras ustedes celebraban los cumpleaños de mi hermana yo me ocultaba en la sombras y lloraba por no poder celebrarlo con ustedes, ¿Y eso les importo? NO! así que ahora no me vengas a pedir perdón por qué no los podre perdonar, jamás en mi vida, me escuchaste, ahora quiero que te largues y me dejes en paz- dije con tanto odio que hasta a mi me dolieron mis palabras mi madre estaba en un mar de lagrimas pero ya no me creía sus lagrimas, de mi boca se escapaban pequeños sollozos, me volteé y empecé a llorar, escuche como la puerta se cerraba y en ese momento supe que lo perdí todo

*Te sirve si te digo que yo estoy contigo*

Hay tuqui ahorita nada me anima pero gracias

*Ey sonríe estamos juntas*

Porque eres mi conciencia sino ya me hubieras abandonado también

*No, para mi eres alguien muy especial, solo… necesitas pensar un poco y acomodar todo, si eso, todo saldrá bien, ya lo veras*

Gracias tuqui

*Para eso estamos las conciencias*

-¿Puedo pasar?- dijo una voz melodiosa, voltee y forcé una sonrisa

-Claro Margareth, pasa- dije fingiendo una sonrisa, ella asintió y camino hacia mi cama, acomodo una silla a mi lado y se sentó, suspiro y luego me vio

-Yo… yo…- no pudo finalizar sus palabras ya que se ataco a llorar, tomo mi mano y se acuno en ella- yolosientomuchonoquisesermuyfeacontigoperomesentiamalpensabaqueteibasamorirencualquiermomentoynosibasadejartequieromuchoerescomounafiguramaternaquetengoynoquieroperderte- dijo entre llanto que no se le entendió nada, le sonreí y le sobe el pelo tratando de tranquilizarla

La Nana (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora