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—Me encontré con Seungcheol en el supermercado— comentó su madre mientras guardaba las compras en las alacenas.

—Bien por ti. Ya me voy— dijo Jihoon  mientras abría el refrigerador para tomar una soda antes de salir de casa.

—Vendrá a cuidarte mañana.

Jihoon sacó la cabeza del refrigerador sin cerrar la puerta y miró a su madre con seriedad —estás bromeando, ¿cierto?

—¿Por qué lo haría? Tú no bromeaste cuando rompiste anoche el rompecabezas de tu padre, estaba a cinco piezas de terminarlo.

—¡Eso sí era una broma!— se quejó.

Su madre alzó una ceja —Jihoon has estado portándote mal desde que entraste a la pubertad, tu comportamiento no puede seguir de esa manera.

—¿Y qué? ¿Seungcheol vendrá y mágicamente todo se arreglará?— se quejó cruzándose de brazos, aún sin cerrar la puerta del refrigerador.

Su madre caminó hacia él, metió la mantequilla y cerró la puerta haciendo que Jihoon se apartara —no, sólo vendrá a evitar que hagas desastres.

—Por dios, Seungcheol es casi un año mayor que yo, no va a impedir que haga lo que se me plazca. Por favor mamá, dile que no venga.

—¿Por qué no? Es un chico bueno, tal vez aprendas un poco de él.

—Mamá— suspiró —si dejas que venga a la casa como mi niñero, harás que pase la peor vergüenza de mi vida, todo mundo se burlará de mí en la escuela cuando se enteren, ¿quieres que me hagan bullying y me suicide a los diecisiete años?

—Por dios Jihoon, no digas esas cosas, no necesitas ser fatalista.

—No soy fatalista mamá, estoy siendo realista. No puedo tener una niñera, o niñero a esta edad, es un suicidio social, ¿quieres que viva marginado?

—¿Creí que te suicidarías?— dijo levantando una ceja.

—Lo haré luego de que me marginen.

—No seas dramático hijo— caminó por la cocina, mientras seguía guardando las compras —estará todo bien, él vendrá, se asegurará de que no causes problemas y se irá.

—Mamá— chilló y frunció el ceño.

—Ya está hecho, saca la basura antes de que te vayas.

Jihoon empuñó las manos y salió de casa sin obedecer, de todas formas sería castigado con Seungcheol siendo su niñero.

No es que le importara que el chico más sexy de toda la escuela fuese a su casa el sábado por la noche y sin padres en casa, de hecho, sonaba a una idea estupenda, si es que no fuera para cuidarlo. ¿Por qué humillarlo de esa forma? Seungcheol seguramente le dirá a todo su equipo de baloncesto que irá a casa de los Lee para cuidarlo, ellos les contarán a las porristas, y ellas harán todo el trabajo de decirle al resto de la escuela lo que sucedía.

Tendría que comenzar un plan: cambiarse de escuela, mudarse de ciudad, tal vez de país sería más efectivo, cambiarse el nombre y si no funcionaba, se operaría el rostro para que nadie lo reconociera jamás en la vida. Eso o tal vez sea mejor morir, así no le importaría lo que los chicos populares hablaran de él, también obtendría un poco de popularidad, al menos muerto todos hablarían bien de él, dirían que fue una buena persona y que... No, dirían de todo menos eso, pero no le importaba.

Ya imaginaba la conversación de su mamá con Seungcheol en el supermercado:

—Hola Seungcheol, fíjate que estoy buscando maneras de humillar a mi hijo ¿y sabes cuál fue la mejor idea que encontré?

—No señora Lee, por favor dígame, también quiero colaborar.

—¿Por qué no eres su niñero? No hay nada más vergonzoso que tener un niñero a los diecisiete años y peor aún, que el chico vaya con él en la escuela, así podrá compartirlo con todos y todos se burlarán.

—Me encanta la idea señora Lee, ¿cuándo quiere que vaya?

Jihoon hacía rabietas al pensar en ello mientras caminaba por la calle hacia sus clases de música, todo mundo confabulaba en su contra para verlo sufrir... Pero en realidad las cosas no se dieron así, Jihoon lo único que hacía era elevar sus fantasías hasta lo peor del mundo, cuando realmente no había afán por molestarlo, al menos no mucho por parte de su madre.

Esa tarde luego del trabajo, la madre de Jihoon pasó al supermercado para comprar cosas que le hicieron falta en la compra de hace unos días, estaba haciendo fila esperando su turno para pagar, cuando vio a Seungcheol en la fila de al lado. Recordaba que él estudiaba con Jihoon, o al menos compartían una o dos clases, antes creía que él y su hijo eran amigos, pues Seungcheol siempre la saludaba con amabilidad, pero cuando le preguntaba a Jihoon por él, la respuesta era la misma: "no lo sé, no es mi amigo".

Ambos se miraron y Seungcheol se acercó para saludarla —hola señora Lee, ¿cómo está?

—Hola, bien, haciendo compras de lo que hacía falta— respondió con una sonrisa —¿estás acompañando a tu mamá?

—Sí, siempre la acompaño para hacer las compras.

—Oh que bueno, yo quisiera que Jihoon me acompañara, pero dice que es muy aburrido, y para estar molestándome con él, mejor no le digo nada.

Los dos rieron ligeramente y Seungcheol continuó la conversación —¿y cómo está él?

—Ay, más rebelde que nunca— suspiró —ya no sé qué hacer. Temo dejarlo solo y que la casa termine incendiada. Ni si quiera voy a poder ir a la cena del trabajo de mi esposo, estoy segura de que algo pasará si se queda solo en casa.

—¿Por qué no contrata a alguien para vigilarlo?

—Lo he intentado, y ha superado su récord, ni diez minutos y nos han llamado para regresar.

Seungcheol sonrió —tal vez no cause tantos problemas si un chico de su edad o un amigo se queda con él, podría ser como una visita a casa, sin que sepa que va a ser cuidado— sugirió.

—No lo había pensado— murmuró y la fila avanzó un lugar —tienes razón, pero tampoco confío en sus amigos, ellos... bueno, seguro nos quedamos sin casa.

El pelinegro sonrió —yo podría hacerme cargo— se encogió de hombros —no le vendría mal que lo haga hacer cosas productivas, o que haga otras cosas que le impidan hacer travesuras.

—¿Lo harías?— preguntó con un tono de esperanza —claro que te pagaría, cuidar a un demonio como Jihoon no será fácil, así que te pagaré bien.

—No es necesario el dinero, señora Lee— sonrió.

—No, no, no, debo remunerarte bien si haces que Jihoon se comporte.

Nuevamente Seungcheol sonreía. En ese momento su mamá lo llamó, ya era el turno de ellos y debía ayudarla —¿cuándo voy?

La señora Lee sonrió —mañana, a las siete de la tarde.

—Ahí estaré puntualmente— dijo con una sonrisa —nos vemos señora Lee, tenga una buena tarde.

—Gracias Seungcheol, tú también, salúdame a tu mamá.

—Claro— dijo y se retiró.

[♥]

Mi niñero Seungcheol [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora