Los padres de Jihoon llegaron, les extrañó el hecho de que Seungcheol no estuviera en la sala, así que fueron a la habitación de su único hijo, pensado que también estaría vacía, pero se llevaron una gran sorpresa al encontrarlos durmiendo desnudos y abrazados. Enfurecidos los despertaron, los regañaron y sermonearon hasta el cansancio.
Bueno, eso no pasó.
Jihoon agradecía haberse despertado por el hormigueo en sus piernas, estaban dobladas hacia atrás, pero pegadas hacia su cuerpo, por lo que ahora entendía porqué las sentía entumidas, sus padres aún no llegaban, así que fue una gran fortuna haber despertado en ese momento. Se levantó del pecho de SeungCheol y lo miró desnudo bajo su cuerpo, creyó que todo había sido un buen sueño, pero no, estaba siendo tan real como el ruido del auto en la entrada de la casa. Jihoon se alarmó y despertó a SeungCheol.
—SeungCheol, Seungcheol, Seungcheol, despierta, mis padres llegaron— dijo mientras sacudía el cuerpo del mayor. Al terminar de hablar, se levantó del regazo de SeungCheol para vestirse, pero cayó al suelo por sus piernas que aún estaban dormidas.
SeungCheol se sentó en la cama de golpe, tratando de abrir los ojos, no entendía bien qué pasaba, pero el ruido de algo al caer lo despertó. No veía a Jihoon por ninguna parte, pero de pronto apareció y lo vio encendiendo la luz; cerró los ojos por lo fuerte que era al no estar acostumbrado toda vía.
Jihoon agradeció que el mayor aún estuviese lo suficientemente dormido para no haberse dado cuenta de su caída, buscó su ropa por el suelo y volvió a hablar —mis padres llagaron, debes vestirte— comenzó a vestirse.
Aquello alarmó a SeungCheol y se levantó de la cama buscando sus prendas —¿dónde esta mi ropa interior?
—¿Qué importa? Ponte los pantalones, no van a inspeccionar nada— dijo mientras trataba de arreglar su ropa y cabello.
SeungCheol no tuvo de otra que ponerse los pantalones y la camisa, estaba seguro de que sus bóxers estaban ahí, pero ahora no estaban. Salió corriendo de la habitación y fue a la sala, tiró las palomitas de maíz a la basura de la cocina al darse cuenta de que ni fueron tocadas y luego se lanzó al sofá, para poner algo en la televisión y pretender que estaba viéndola.
Jihoon no salió de su habitación, pensaba en hacerlo, pero no tenía sentido que haya disfrutado de la compañía de SeungCheol, así que se acostó en su cama con el móvil en la mano. Las sábanas estaban desordenadas y aunque no sería algo nuevo que estuviese un poco descuidada, le pareció que debía alisar al menos un poco la superficie, así que terminó haciéndolo antes de volverse a recostar.
La puerta de la entrada se abrió y SeungCheol se levantó apagando la televisión —que bueno que llegaron bien— dijo con una sonrisa.
—Gracias, ¿qué tal la noche? ¿Jihoon se portó bien?— preguntó la mamá de Jihoon, conteniéndose a preguntar por qué tenía el cabello revuelto, pero suponía que se había recostado y quedado dormido por algún tiempo, ya que habían tardado más de lo que habían planeado.
—Todo bien, intentó escapar por la puerta trasera, pero lo detuve. Está en su habitación, espero— agregó en broma y los dos adultos rieron.
—¡Jihoon, ya llegamos!— gritó la señora Lee comenzando a quitarse los accesorios.
Jihoon tardó unos segundos en levantarse, pero lo hizo y salió de la habitación —¿no quieres avisarle también al vecino de la esquina?
—¿Qué estabas haciendo?
—Pudriéndome en mi habitación. ¿Ya se puede ir?— preguntó al no poder evitar mirar a SeungCheol y que su mamá se diera cuenta de la rápida mirada; quería decirle que se quede y pase la noche con él, pero obviamente sus padres no debían saber aquello.
—No seas grosero— regañó su madre —cielo, dale el dinero— dijo mirando a su esposo, quien sacó la billetera y le dio su paga a SeungCheol.
Jihoon lo miró con los ojos entrecerrados, esperaba al menos una cita en un lugar lujoso con esa paga que recibió. SeungCheol tomó el dinero y se marchó de la casa, la madre del menor lo acompañó a la puerta y cuando regresó, Jihoon ya no estaba en la sala.
El de cabellos morados colocó el seguro a su habitación y comenzó a buscar la ropa interior de SeungCheol, debía devolvérsela, ¿no? Mientras buscaba por los pies de la cama se encontró con el condón amarrado, conteniendo todo el semen de Seungcheol; sonrió con satisfacción y lo puso en el cesto de la basura, pero primero sacó un poco de los papeles que habían para que quedara oculto por si a su mamá se le ocurría mirar el contenido al sacar la basura.
Continuó con su búsqueda y terminó encontrando el bóxer bajo la cama, o algo así, en realidad la sábana de su cama se había caído un poco por la acción que tuvieron, así que quedó oculto bajo esta y fue arrastrado un poco hacia abajo de la cama cuando se movió hacia arriba. No pudo evitar mirar a sus costados, asegurándose de que la puerta y las cortinas de las ventanas estaban cerradas, antes de llevar la prenda a su nariz; no olía como pensó, creyó que tendría un olor fuerte a... bueno, a genitales, pero en realidad el bóxer estaba perfumado con el característico aroma de SeungCheol, seguramente el mayor se había bañado (no literalmente) de su colonia antes de ir a su casa.
No se vieron ni hablaron durante todo el fin de semana, no tenían sus números telefónicos pues hasta ahora no habían tenido necesidad de intercambiarlos, así que eso los dejaba ante la incertidumbre y expectativa. Ni siquiera conversaron de lo bueno que fue todo, o si comenzarían a salir, o si únicamente sería esa ocasión, algo como sexo sin compromiso de una sola noche, o si en realidad era una broma que había llegado demasiado lejos; ninguno estaba seguro de cómo actuar al respecto, pero de lo que estaban seguros era que querían volver a hacerlo.
No podían hacer más que esperar a que llegara el lunes, Jihoon estaba ansioso por saber si Seungcheol diría algo al respecto con sus amigos (y no pensaba precisamente del sexo), así que esperaba llegar a la escuela y tener todas las miradas encima, juzgándolo y burlándose de él. Por otro lado Seungcheol también se cuestionaba si Jihoon hablaría de lo ocurrido con sus amigos y qué es lo que les diría, aunque disfrutaron del sexo (al menos él creía que los dos lo hicieron, sin poder saber realmente si Jihoon lo disfrutó o no), pudo haber cometido un error lo suficientemente grande para que todo mundo se burlara de él.
Sí, los dos estaban esperando lo peor cuando regresaran a clases la siguiente semana, pero ninguno de los dos quiso mencionarle a sus amigos qué habían hecho el sábado por la noche, a pesar de que se morían por compartirlo y decirles que habían tenido sexo.
[♥]
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Mi niñero Seungcheol [JiCheol]
Fiksi PenggemarLa preparatoria es un lugar salvaje, donde hasta el más mínimo error te pone hasta el final de la "cadena alimenticia". Jihoon no es de los primeros en esa cadena, pero al menos está en un lugar donde nadie se mete con él. Sin embargo, su mamá se em...