Jihoon estaba en su habitación golpeando su mesa con sus baquetas, tenía puesto los audífonos de casco, escuchando su canción favorita del momento. Podría ser el peor en matemáticas o en literatura, incluso en lengua sacaba malas notas, pero la música era su pasión y desde que tiene memoria tiene un don natural para ella. No escuchó cuando su madre lo llamó, hasta que la puerta fue abierta de golpe y su padre apareció con los brazos empuñados a su cadera y con una expresión molesta, en realidad tampoco se habría dado cuenta de su presencia si no hubiera sentido el ligero viento que la puerta creó al abrirse.
Jihoon volteó a ver lentamente hacia atrás y se quitó los audífonos dejándolos alrededor de su cuello para escuchar lo que su padre iba a decirle.
—Te habla tu madre, ahora— dijo con voz grave y molesto antes de salir de la habitación.
El de cabellos morados refunfuñó, dejó las baquetas y se quitó los audífonos del cuello con lentitud antes de ir a la habitación de sus padres. Al llegar vio a su madre maquillándose frente al espejo, aún en bata y con tubos enredados en su cabello, se sentó en la cama para escuchar lo que su madre tenía para decirle.
—Por favor no seas grosero con Seungcheol, no lo ahuyentes, no le enseñes tu truco de magia donde le escupes a la gente en la cara, no le digas "¿quieres ver cuanto duran tus pantalones antes de hacerse cenizas?"— terminó de maquillarse y comenzó a quitarse los tubos del cabello —ofrécele comida, o frituras, déjalo ver la televisión, incluso siéntate junto a él a verla, hagan una maratón de Marvel, con eso te entretendrás.
Los ojos de Jihoon rodaban con cada cosa que mencionaba su madre, a ese paso sus pupilas quedarían atorados en la parte de arriba o detrás de sus ojos.
—No lo incites a ver pornografía, no lo golpees, no le digas que la casa está embrujada...— suspiró —sólo quédate así cómo estás ahora— dijo mirándolo —callado y sin hacer nada.
Jihoon la miró con ojos de aburrimiento —no prometo nada.
—¡Jihoon!— regañó —no he salido en meses por estar cuidándote, es mi momento de ver la sociedad fuera del hospital, así que no lo arruines. Compórtate o te castigaré.
—¿Cuál será el castigo? ¿Encerrarme en mi habitación sin salidas? Acepto si incluye no ir a la escuela luego de esta gran vergüenza que pasaré.
—No, no incluye faltar a la escuela.
—¿Lista cariño?— preguntó su padre terminando de atar su corbata.
—Me pondré el vestido— le respondió —ya puedes irte Jihoon.
El menor huyó de la habitación en cuanto su mamá abrió su bata para ponerse el vestido, por nada del mundo planeaba quedar traumatizado con su mamá en ropa interior. Fue a la cocina para preparar palomitas de maíz, se sentaría frente al televisor e ignoraría la presencia de Seungcheol, o tal vez sentaría al mayor para que se entretenga y él escaparía por la puerta trasera de la cocina, lo que sea para no humillarse.
El timbre de la casa sonó cuarto para las siete, Jihoon supuso quién era, pero no se levantó del sofá y siguió comiendo de sus palomitas hasta que escuchó a su madre gritar desde la habitación. Suspiró y se puso de pie para abrir la puerta, ya habían pasado al rededor de cinco minutos desde que fue tocado la primera vez, así que ya lo había hecho sufrir lo suficiente.
—Hola— saludó el mayor cuando finalmente la puerta fue abierta.
Jihoon hizo un gesto en su rostro y levantó la cabeza en un movimiento rápido, saludándolo sin decir nada. Se alejó de la puerta dejándola abierta y Seungcheol entró, cerrándola después de él.
—Mira, no sé de quién haya sido la idea de humillarme, pero no lo conseguirás— dio la vuelta y se cruzó de brazos antes de que Seungcheol entrara más en la casa —en cuanto mis padres se vayan me iré, cuidarás la casa de ladrones o lo que sea y yo me iré a una fiesta, cuando mis padres regresen tú dirás que yo me porté bien...
—¿Como si no hubieras estado?— interrumpió.
—Claro puedes decirlo... y todos felices— continuó de hablar.
—Creo que hay un problema con tu plan— dijo y dio un paso hacia adelante, pensando que Jihoon lo retrocedería al sentirse intimidado o algo por el estilo, pero se quedó ahí sin inmutarse —yo no tendré un final feliz.
Jihoon sonrió de lado —claro, porque no podrás humillarme, bueno, así es la vida, no todos consiguen la felicidad— apretó sus labios en una sonrisa y levantó las cejas al tiempo que se encogió de hombros.
Seungcheol negó y dio otro paso hacia adelante, se inclinó y separó los labios —tengo otros planes para nuestra noche, ¿sabes?— sonrió lascivamente y terminó la distancia entre sus rostros al unir sus labios en un beso torpe... si es que eso era un beso.
Había imaginado que ese beso sería más intenso y que haría temblar las piernas de Jihoon, pero el menor fue rápido en reaccionar y se alejó apenas sus labios se chocaron, ni siquiera había sido un suave roce. Jihoon tenía los ojos abiertos en sorpresa, y no supo en qué momento su mano había tocado el musculoso pecho de Seungcheol, ¿acaso estaba soñando? Sólo en sus fantasías más locas el candente, sexy y popular líder del equipo de baloncesto se abalanzaría hacia él para besarlo. Seguramente estaba soñando, ¿no? ¿En que mundo pasan esas cosas?
—Bien cariño, nos vamos— dijo su madre al aparecer en la sala.
Jihoon sobre reaccionó, bajó la mano y se alejó como si los hubieran atrapado teniendo sexo o algo así, no respondió a ello y dejó que su mamá lo besara en la cabeza y, por primera vez en mucho tiempo, no se quejó.
—Gracias por hacer esto, Seungcheol— dijo y también le dio un beso en la mejilla al pelinegro —nos vemos chicos, pórtense bien.
—Nos vemos— fue lo único que el padre de Jihoon dijo.
Seungcheol acompañó a los mayores hasta la puerta y la cerró. Suspiró y cerró los ojos, se sentía tan idiota por ni siquiera poder saborear los labios de Jihoon; en su mente, ese momento iba a ser candente, tanto que sus penes reaccionarían y se levantarían, para que al final de la noche, terminaran envueltos en las sábanas de la cama de Jihoon. Dio la vuelta y miró al menor, quien parecía estar en estado de shock.
—En mi mente sí funcionó bien— dijo en medio del incomodo silencio.
—¿E-el qué?— estaba completamente fuera de sí.
—El beso...— frotó su mano en su nuca y desvió la mirada.
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Mi niñero Seungcheol [JiCheol]
FanficLa preparatoria es un lugar salvaje, donde hasta el más mínimo error te pone hasta el final de la "cadena alimenticia". Jihoon no es de los primeros en esa cadena, pero al menos está en un lugar donde nadie se mete con él. Sin embargo, su mamá se em...