Mi niñero Seungcheol [JiCheol]

♡; XIV

SeungCheol movía su lápiz rápidamente, haciendo que la punta con el borrador golpeara en la mesa constantemente, él no se daba cuenta de lo molesto que era el ruido, aún cuando la biblioteca era tan silenciosa; sintió una mano sobre la suya que detuvo el movimiento del lápiz y miró a Mingyu, quien lo había detenido.

—Sabes que no me irrito fácilmente con los ruidos, pero él sí— susurró señalando a Seungkwan.

—¿Vas a decirnos qué tienes?— preguntó con cierto enfado el menor, pero hablando silenciosamente para que no fueran echados del lugar.

—Jihoon es mi novio— finalmente dijo y llamó la atención de los cuatro chicos que estaban en la mesa.

—¿Desde cuándo?— preguntó con interés JeongHan.

—Hace dos semanas y media.

—¿No es cuando comenzaste a sentarte junto a él en la cafetería?— preguntó Soonyoung.

SeungCheol asintió —el sábado antes de esa semana nos hicimos novios.

Él sabía que no era cierto, apenas llevaban una semana y cuatro días siendo novios oficialmente, pero aquel día fue el día que estuvo en su casa como su niñero y terminaron follando; le gustaba más pensar que ese fue el día en el que se hicieron novios, pues fue la primera vez que le confesó sus sentimientos, fue la primera vez que se besaron, fue la primera vez que durmieron juntos (aunque fuese por una hora), fue la primera vez que hicieron el amor... en resumen: fue la primera vez que sucedió todo, así que para él era especial, y aunque Jihoon lo negaba, también lo era para el bajito.

—¿Por qué no lo dijiste antes?— volvió a preguntar JeongHan.

—Jihoon quería guardar el secreto, así que no pueden decirle a nadie que lo somos.

Seungkwan dejó escapar una risa sarcástica y corta —no quiere arruinar su reputación de chico malo.

—¿A qué te refieres?— preguntó con el ceño fruncido el mayor de los presentes.

—Jihoon es un chico rudo, poco social, fácilmente le gana a cualquiera del equipo de lucha por más ilógico que suene, hace vandalismo y todo el tiempo está metido en problemas con sus padres y profesores, tiene bajas calificaciones, además ¡quién sabe si se droga!— expresó haciendo énfasis —y luego estás tú: un chico bien portado, estudioso, tiene una excelente relación con sus padres y profesores, es atleta, guapo, capitán del equipo de básquetbol, un chico popular y muy social— movió sus manos como si fuesen unas balanzas tratando de equilibrar el peso de las cosas que mencionaba —en resumen, no están hechos el uno para el otro.

SeungCheol frunció el ceño —¿y? Él puede cambiar.

—¿Tú cambiarias por él?

—¡Claro!— expresó con cierta molestia.

—¿Estarías dispuesto a hacer bromas por todos lados, golpear a cualquiera que te hable, escapar de casa y de la policía seguramente, bajar tus calificaciones, salir del equipo de básquetbol, sólo por Jihoon?— esta vez cuestionó JeongHan.

Ahora sí se cuestionaba si estaba dispuesto a cambiar por él, se quedó callado unos segundos y fue suficiente para que Seungkwan concluyera.

—Claro que no lo harías y él no cambiará por ti, simplemente son de mundos diferentes— se encogió de hombros.

—¿Estas seguro que de verdad te quiere?— pregunto Mingyu luego de un silencio —¿no eres sólo un juego para él?

SeungCheol se levantó molesto de la mesa, no estaba dispuesto a seguir oyendo cómo sus amigos criticaban sus diferencias sin ponerse a pensar en sus similitudes o cómo dudaban del amor que se tenían. Tal vez por eso no les había dicho nada antes, intuía que no aceptarían su relación con Jihoon por la forma de ser del menor, ¿y qué importaba? Estaba enamorado de él y sabía que Jihoon de él, por lo que habría algún cambio en las actitudes de los dos aunque fuesen mínimas.

Mientras caminaba por el pasillo perdido en sus pensamientos, fue arrastrado a un aula vacía; sonrió cuando la puerta fue cerrada y sintió los dulces labios de su novio sobre los suyos. Tomó al bajito de la cintura, deslizando un poco sus manos por el área para acariciarlo, mientras Jihoon tomaba de sus cabellos y cuello haciendo la misma acción.

Al separarse se miraron con una sonrisa mientras recuperaban el aliento y Jihoon preguntó —¿ya te sientes mejor?

—¿De qué hablas?

—Te veías triste y muy pensativo mientras caminabas por el pasillo, me dio una sensación de que algo te está afligiendo. Dime, ¿mi beso te hizo sentir mejor?

SeungCheol sonrió, asintiendo antes de suspirar y hablar —le dije a mis amigos de nuestra relación y creen que no estamos hechos el uno para el otro, además piensan que sólo juegas conmigo— bajó la mirada y se recargó contra la pared, atrayendo a Jihoon, quien se encontraba aún entre sus brazos.

—¿Por qué jugaría contigo?

—Porque eres un desastre Jihoon, incluso yo también llegué a pensar que todo esto era una broma o que en cualquier momento me dirías que te has divertido suficiente, pero...— suspiró— tengo la sensación de que no es así... no es así, ¿verdad?

Jihoon se acomodó entre sus brazos, mirando los atentos ojos sobre de él —yo pensé que tú eras el que estaba bromeando o que habías hecho una apuesta y que tal vez me estabas ilusionando para que luego probara de mi propia medicina. Sé que no soy la mejor persona, pero, no creo ser capaz de jugar con los sentimientos de alguien más, menos si sé que también están involucrados mis sentimientos.

Los dos se sonrieron cuando el mayor lo hizo primero y luego Seungcheol dijo —de verdad me gustas Jihoon.

—Y tú a mí— se paró de puntitas dejando un suave beso en sus labios.

—Volveré a hablar con ellos, o si tú les haces saber que...

—Mira— interrumpió y suspiró —seré honesto: a mí no me importa lo que tus amigos piensen de nosotros, tampoco me interesa tener una aprobación de ellos, no son cercanos a mí así que no es de mi prioridad hacerlos sentir bien. Si tú quieres puedes hacerles entender hasta el cansancio que lo nuestro es real y que estamos hechos el uno para el otro, pero yo no haré nada.

Seungcheol asintió —de acuerdo— dijo con tristeza.

Jihoon odiaba haberlo puesto triste otra vez, pero no se retractaría de sus palabras, así que lo único que hizo para volverlo a animar fue besarlo tan intensamente, haciéndolo olvidar esos malos pensamientos, al menos por unos momentos.

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