♡; IV

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SeungCheol podía ver lo hermosa que era la piel blanquecina de Jihoon a pesar de la poca luz de la habitación, su pene estaba rodeado de sus vellos púbicos y eso lo hacía todavía más excitante, eso y el hecho de que Jihoon llevó sus manos a sus testículos, sosteniéndolos y dejando un hueco entre sus dedos pulgares e índices, haciendo que su pene saliera de entre ellos. Ahora se sentía un poco estúpido por deshacerse de sus vellos púbicos, sin darse cuenta de que Jihoon trataba de cubrir los suyos.

Jihoon se mordía el interior de su labio esperando que Seungcheol se arrepintiera, o se burlara de él, o que finalmente le dijera que sí estaban en una cámara escondida y que eso nunca iba a pasar, pero nada de eso sucedió. Seungcheol se acercó y besó sus labios de una forma lenta, húmeda, sensual y excitante, robándole todo el aliento a Jihoon.

—Te ves precioso— murmuró Seungcheol sobre sus labios cuando se separaron ligeramente; sus manos se habían posado ligeramente sobre las caderas del bajito.

—Estoy muriéndome de la vergüenza— dijo en voz alta cuando eso debió haber sonado únicamente en su cabeza, abrió los ojos sorprendido por haberse escuchado, se mordió el labio inferior y llevó su mano a su rostro para cubrir sus ojos.

Seungcheol sonrió —también yo.

—Esto es muy ridículo— negó aun sin dejar de cubrir sus ojos —pensé que sería más sexy o algo así.

—También lo pensé, pero si eres sexy— bajó el tono de su voz a uno grave y ronco, haciendo que la piel de Jihoon se erice; sus manos se deslizaron por los costados de su torso, la piel era suave y se sentía tan bien que no pudo evitar acariciar la zona con suavidad.

Jihoon no pudo evitar jadear por el beso que recibió en el cuello, sintió su cuerpo estremecerse y ladeó la cabeza sólo para dejar que Seungcheol continuara besándolo, comenzando un recorrido hacia sus clavículas y hombros. Jihoon deseaba ser comido por Seungcheol quien estaba dispuesto a hacerlo y se lo hizo saber cuando llevó sus manos hasta su trasero, apretando ligeramente y haciendo que sus cuerpos se unieran más mientras sus labios seguían saboreando la piel contraria.

Las manos de Jihoon se volvieron un poco inquietas, acariciando la piel de los brazos, los costados del torso de Seungcheol, e incluso la espalda, quería conocer cada centímetro de piel pero estaba apresurándose demasiado. El mayor levantó a Jihoon y lo sostuvo del trasero, haciendo que enredara sus piernas en su cadera, seguía besando su piel, esta vez el pecho de Jihoon quedaba a la altura de sus labios, así que no dudó en continuar sus besos en esa zona.

Respiraban demasiado rápido, emitiendo sonidos eróticos con sus labios, uno al estar besando la piel contraria y el otro por dejar escapar sus jadeos y leves gemidos. Seungcheol se sentó en la cama con Jihoon sobre de él a horcajadas, apretujó una vez más las nalgas del menor y deslizó sus manos hasta la pequeña abertura, donde comenzó a acariciar, aún sin introducir su dedo. Se separó de Jihoon sólo para apreciar las expresiones de su rostro, quería ver en él el placer que sentía, pero el menor no se lo permitió, pues bajó la cabeza, dejándola sobre su hombro y dejando ligeros besos ahí.

—¿D-deberíamos decir algo?— preguntó Jihoon al darse cuenta de lo muy silencioso que era todo, claro, exceptuando los sonidos lascivos de sus bocas.

—Tal vez podrías gemir mi nombre.

—Lo haré cuando...— tragó en secó antes de continuar con lo que iba a decir —tu pene me esté rompiendo el culo— un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el dedo inquieto de SeungCheol rozando su entrada con la intención de penetrarlo.

Seungcheol sonrió y sin contestar a aquello, chupó rápidamente un par de dedos y llevándolos nuevamente a la entrada de Jihoon, introdujo uno de ellos. Jihoon separó los labios, frunció el ceño y dejó escapar un gemido casi inaudible; se sentía raro, pero se sentía muy bien.

—¿Ahora puedes gemir mi nombre?— preguntó llevando su dedo más profundo, sólo estaba introduciéndolo, aún no lo movía, ni acariciaba las paredes anales.

Oh sí... esto merece un gemido con tu nombre... ah Seungcheol.

—Más obsceno, por favor— dijo con voz grave, haciendo círculos en el interior.

Ah mgh... Suengcheol...— en realidad no gimió como el mayor se lo había pedido, sólo lo hizo por lo bien que se sentía.

Seungcheol supuso que no obtendría lo que quería a la primera, pero estaba seguro que en cuanto su pene entrara en el ano de Jihoon, este gemiría su nombre como él quería tanto. Le dio una fuerte nalgada, poniendo colorada la piel y haciendo que Jihoon saliera de su escondite en el hombro y cuello, se miraron con intensidad y Jihoon prácticamente se abalanzó sobre Seungcheol, haciéndolo recostarse en la cama.

Se besaron con lujuria, haciendo que sus penes se frotaran lo que provocó que gimieran en medio del beso; el dedo de Seungcheol escapó del interior del menor, pero no desaprovechó para dar un par de nalgadas en ambos glúteos antes de volver a introducir el dedo, aunque en esta ocasión fue acompañado de otro. Los dedos se movían buscando más y más profundidad para alcanzar ese punto en el que Jihoon se volvería loco.

Tuvieron que dejar de besarse, pues los labios de Jihoon se separaban cada vez más por aquellos gemidos que escapaban, impidiendo que continuaran con el beso. El menor arqueó la espalda y se separó de Seungcheol, apoyando sus manos en su pecho; sus manos se cerraban, como si quisiese aferrarse a la piel, pero sólo conseguía dejar ligeros rastros de sus uñas rasgando la piel.

Mientras una de las manos de Seungcheol se ocupaba de dilatar la pequeña entrada, la otra tomó el pene de Jihoon, no pudo resistir a tocarlo teniéndolo frente a él: tan duro, venoso y húmedo. El placer de Jihoon aumentó, pero lo hizo también por el tercer dedo que se hacía paso en su trasero; dejó caer su cabeza entre sus hombros y pudo ver la mano de Seungcheol masturbándolo, al tiempo que se rozaba con el miembro del otro.

Ninguno de los dos supo cuánto tiempo estuvieron así, manoseándose, besándose un poco y meneando sus cuerpos en un lento vaivén, mientras los gemidos, suspiros y alguna que otra palabra salía de sus labios. Jihoon podía imaginar qué tan enrojecidas estaban sus mejillas y seguro las expresiones de su rostro no eran tan sexys como creía, pero Seungcheol lo miraba con cierto brillo en los ojos, que no le importaba lo mal o vergonzoso que se podría estar viendo.

—D-deberías... p-penétrame ya ahh— pidió Jihoon.

[♥]

Mi niñero Seungcheol [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora