Capítulo 11

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Kita y Suna llegaron justo a la hora exacta en la que las visitas comenzaban en el hospital. Shinsuke estaba internamente emocionado y feliz, había estado preocupado por Osamu desde que lo hospitalizaron hace un mes y medio aproximadamente. Solo sabía de cómo estaba a base de mensajes de textos de Atsumu y eso era cuando el rubio se acordará.

Por otra parte, Rintarou también estaba algo ansioso de verlo. A diferencia de Kita, él no sabía casi nada del estado de Osamu, lo poco que sabía es que ya podía respirar bien por lo menos.

— Piso 4. Habitación 17 — exclamó la recepcionista cuando le pidieron la información del cuarto de su compañero. Ambos agradecieron la información y caminaron hacia el ascensor. Tocaron el botón del cuarto piso, para después comenzar a elevarse.

Había cierto silencio entre ellos, pero no era desagradable; de hecho, era habitual.

"Estoy seguro que cuando lo veamos, Kita va a parecer su mamá y va a comenzar a regalarlo como un niño "pensó Rintarou.

Las puertas se abrieron y ellos caminaron por el pasillo contando las habitaciones, hasta que llegaron al número 17. Kita tocó la puerta antes de abrir. Al entrar a la habitación fue seguido por Suna.

— ¡Hola! — exclamó con felicidad Osamu. Kita sonrió levemente y Suna hizo una seña de amor y paz.

— Te ves mejor — comentó Kita sentándose en el sillón.

— Estoy mejor, el doctor dice que si sigo mejorando podré salir en menos de tres semanas — respondió con emoción.

— Eso es bueno, Osamu. Te traje esto — habló Kita y sacó de la pequeña mochila que traía, saco una caja mediana y se la dio al peli negro.

"Que sea comida" pensó Osamu.

Él la abrió con tanta emoción. El contenido era unos frascos de medicina o algo.

— ¿Qué...? ¿Qué es esto, Kita-san? — preguntó confundido y decaído.

— Son vitaminas, para que te mejores más rápido — respondió con calma. Osamu sacó uno de los frascos blancos y observo la etiqueta, — pero son especiales.

Kita sonrió. En ese instante, Osamu le brillaron los ojos de nuevo.

— ¡Vienen en forma de gomitas! — exclamó feliz. Abrió el frasco, sacó unas tres gomitas redondas de colores y se las llevó a la boca, — ¡Saben a frutas! ¡Gracias Kita-san!

La tarde se pasó entre pláticas y una que otra risa. Realmente el ambiente era más agradable, pero el tiempo pasó muy rápido o eso le pareció a Osamu, que se sintió extraño cuando Ayu vino a decirles que pronto acabaría la hora de visita.

— Kita-san — llamó el peli negro cuando Ayu se fue. El mencionado lo volteó a ver, — ¿podría hacerme un favor?

El peli blanco asintió con una pequeña sonrisa.

— ¿Qué necesitas?

— ¿Podría decirle a Atsumu que me traiga un peluche la próxima vez que venga? — preguntó con una sonrisa.

Kita y Suna parpadearon un par de veces.

— ¿Por qué? ¿Acaso te da miedo en las noc-

— ¿Alguna especificación en el peluche? — preguntó Shinsuke, interrumpiendo a Rintarou.

— En primera, no es para mí — exclamo Osamu y miró a Suna, — en segundo, solo que no tenga como pelo artificial, de ese que pica

— Anotado — sonrió el peli blanco.

𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 //  ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora