Unos 20 días aproximadamente habrían pasado de su cumpleaños y milagrosamente él seguía vivo.
Osamu trató de disimular una sonrisa pese al dolor.
Le dolía el cuerpo, desde el interior al exterior.
Era horrible.
Se sentía cansado, demasiado pero no había podido dormir debido al dolor, de nuevo. Su cara se veía demacrada, casi la de un muerto.
Sin embargo, Kita y Aran vendrían a verlo, así que tenía que al menos disimular un poco. Al menos por el momento que vinieran a verlo.
La puerta de la habitación se abrió y entró Ayu con sus medicinas, ella le sonrió y él trató de devolverle la sonrisa. Sin embargo, ella sabía que estaba forzando su expresión, por lo que simplemente hizo su trabajo como de costumbre.
— Sé que es triste, he atendido muchas personas que pasan por lo mismo. Me rompe el alma verlos sufrir — murmuró ella mientras le inyectaba algo en la bolsa del líquido intravenoso. Osamu volteo a verla.
— ¿Entonces por qué sigue trabajando aquí? — preguntó él.
— Porque también está la posibilidad de que salve una vida, eso me llena de felicidad e igualmente me siento triste cuando alguien muere. Digo, no es como si alguien deseara morir en un hospital — luego abrió un frasco.
— ¿Alguno de sus pacientes murió feliz? — le preguntó.
— No, ninguno. Todos maldecían la vida que les tocó vivir y el final tan inesperado e injusto que les toco. Supongo que usted también está pensando eso — exclamó. Le inyectó los antibióticos en el brazo izquierdo de Osamu, luego pasó un algodón con alcohol por la zona.
— Si, no le voy a mentir, pero tampoco es que me gustaría morir así — anunció, — ¿me dice algo que pueda motivarme?
— Sonría, de verdad, vale la pena volver a ser feliz, aunque sea los últimos días de su vida — le sonrió antes de comenzar a caminar hacia la puerta de la habitación, posteriormente salió de esta.
"Tal vez tenga razón"
(...)
Kita llegó con un ramo de flores que puso en un florero sobre la mesita. Aran solo miraba a Osamu con tristeza. Es increíble que se conocían desde niños y ahora tendría que verlo irse.
— ¿Cómo están? — preguntó Osamu para hacer conversación, aunque veía a un caballo con peluca a lado de Aran.
— Bien, hemos estado bien — contestaron ambos al unísono.
— ¿Tú cómo te sientes? — preguntó Kita. Osamu suspiró.
— Me duele todo el cuerpo y estoy empezando con la disfunción orgánica; el hígado y los pulmones. Tengo cambios de temperatura — respondió tratando de sonar tranquilo.
— Yo... — balbuceo Aran, pues no sabía que decirle. Todo era tan incómodo, que le pesaba en el pecho. Lo mismo era para Shinsuke, aunque él lo disimulaba más. Miya notó esto.
— ¿Se acuerdan cuando Kita-san estaba haciendo la limpieza y yo y Tsumu nos tropezamos con las cubetas, y tiramos toda el agua en el suelo del gimnasio? — dijo de repente. Aquello fue un recuerdo bastante divertido para todos, así que soltaron una pequeña risa.
Luego Aran comenzó a platicar sobre una experiencia similar que le pasó con su equipo actual, y así siguieron. El ambiente se animó relativamente rápido, como un gran sol que estaba escondido por unas enormes nubes.
"Si me voy a ir, al menos espero hacer más buenos recuerdos que alimenten mi felicidad" pensó Osamu con una sonrisa.

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𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 // ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔
Fanfiction《Tᴜ́﹐ ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴍɪᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴍɪ́. Lᴀ ᴍɪᴛᴀᴅ ϙᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ sᴇʀᴇ́ ʏ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴀʀᴇ́》 La portada esta hecha por mí, no obstante, la imagen pertenece a @ cohum20180524