Capítulo 6

428 73 14
                                    

Si algún policía lo hubiera visto, li más probable es que lo multará por exceso de velocidad. Atsumu tenía el corazón en la garganta.

"Algono está bien. Algo no está bien"

Se repetía a sí mismo. Algo, en su interior, tal vez un poder de hermanos o una cosa así, pero él sabía que Osamu estaba muy mal. Era una intuición muy grande.

Apretó muy fuerte el volante que casi sus nudillos se ponen blancos, el acelerador no descansaba ni un segundo. Trataba de tomar los caminos más rápido al hospital de Medicom, que es donde le indicaron que estaba.

Sin embargo, a media avenida se detuvo por queel auto de enfrente no se movía y así con el siguiente auto, y con el siguientey así. Había un inmenso inmenso tráfico.

— ¡Mierda! — exclamó con rabia. Trato de calmarse. Entonces fue cuando comenzó a llover sobre el cielo nocturno.

"Nada más faltan los truenos"

En efecto, justo cuando lo pensó; se escuchó por todo el cielo, que caía un trueno. Gruñó y dejó caer su frente en el volante.

Suspiró, alzó la cabeza y sacó de debajo de su asiento, un disco. Abrió su radio. Metió el disco, toco 123 en los botones. Instantáneamente su auto comenzó a llenarse de esa canción, la de la chica que escuchó aquella vez cuando fue por su hermano al hospital.

"Creo que se llamaba Lost on you"

(...)

— ¡Al fin llegas! — exclamó Kita, con una cara de preocupación. Suna estaba sentado con los brazos cruzados, Aran estaba igual pero sus antebrazos estaban sobre sus muslos y Kita iba de un lado a otro.

Atsumu estaba todo empapado de la lluvia, porque en cierto punto del tráfico se desesperó y estacionó su auto, bajo del mismo, sacó un paraguas y fue a pie hasta el hospital.

— ¿Cómo está? ¿en dónde está? ¿qué pasó? — preguntó tratando de verse sereno y tranquilo, aunque en el interior tuviera una selva incendiándose.

— Me dijo que iba al baño y cuando regresó, estaba tambaleándose, tenía la cara de muerto, horrible y luego se cayó al piso. Corrimos hacia él, y Kita vio que no estaba respirando. Llamamos a la ambulancia, y he nos aquí — respondió Suna.

— Aún no nos han dicho nada de cómo esta — añadió Shinsuke. 

Atsumu sentía algo en el estómago, tal vez ansiedad. Sin embargo, no podía hacer mucho ante esa situación, solo esperar. Los demás lo notaron. El rubio se sentó a lado de Ojiro y luego hecho la cabeza hacia atrás.

"Maldito Samu, pedazo de basura humana. Solo me estás preocupando"

— ¿Cómo te fue en tu partido? — preguntó Rintarou, para cambiar de tema.

— Ganamos — le respondió.

Antes de que siguieran hablando, de un pasillo salió el médico que atendió a Osamu y Kita reconoció. Suna también lo reconoció, y se levantó puesto que el médico se veía que iba hacia ellos.

Aran y Atsumu los imitaron.

— ¿Cómo sigue? — murmuró Shinsuke.

El médico se cruzó de brazos. Miro a los cuatro jóvenes, y noto que uno se parecía a su paciente, por lo que dedujo que era su hermano gemelo.

— Bueno, por ahora está bien y, de hecho, se despertó y lo llevé a hacerse unos estudios. Solo que estará aquí hasta que se recupere — respondió con una sonrisa serena.

— ¿Qué es lo que tenía? — preguntó Atsumu. El doctor suspiró.

— Por lo que me comentó el joven — señaló a Kita, — él estaba enfermo desde ya hace mucho tiempo, también fue al hospital y luego de nuevo a un doctor. Al principio es visible que haya tenido una gripe, pero se fue complicando más y más.

— ¿Por qué paso eso? — volvió a preguntar Atsumu.

— Cuando revisé al joven Osamu, pude escuchar una respiración anormal y probablemente esa sea la causa del porque paso lo de hoy.

— Entonces él tiene... — ese fue Aran.

— Tiene una infección muy fuerte en los pulmones, cabe la posibilidad de que sea una neumonía. Su garganta igual está muy delicada, porque con el médico que fue anteriormente le receto una medicina que era un irritante y eso provocó que poco a poco comenzara a sangrar desde adentro.

— ¿Esta despierto? — preguntó Suna. Atsumu estaba como en otro planeta después de haber escuchado el diagnóstico.

— No, está dormido con la ventilación mecánica puesta — respondió, — él seguirá hospitalizado hasta que mejore. Usted, podría acompañarme por favor.

Le dijo a Atsumu, él asintió y ambos se alejaron de los demás. Caminaron hacia el ascensor. El médico presionó el botón, esperaron a que subiera y luego de que las puertas se abrieran, entraron.

Volvieron a cerrarse las puertas. Comenzaron a subir.

— ¿Por qué le dio eso? — murmuró Atsumu. El médico lo miró de reojo.

— Pueden ser varias causas, el virus que produce eso está en el aire. Él pudo haberlo inhalado cuando tenía la gripe. También está la opción de que lo haya contraído cuando le pusieran un ventilador mecánico, ahí puede que haya estado el virus que alguien más tenía, y lo dejó ahí, pero ese ese es más difícil de tratar porque ya está digamos que adaptado al medicamento.

— ¿Cómo se llama, doctor? — preguntó el rubio, pues le daba la sensación de que lo volvería ver muchas veces más.

— Soy el doctor Nomura — respondió con calma, — ¿y usted es?

— Atsumu Miya, soy su hermano.

— Lo supuse.

El ascensor se detuvo y salieron a lo que parecía ser la recepción, Atsumu siguió al doctor Nomura. Se detuvieron en la mesa de la recepción.

— Me gustaría que llene esto, con su información de usted y de su hermano — pidió amablemente. Le mostró unos papeles y el doctor Nomura le dio una pluma para que empezara a llenarlos.

Luego se alejó de él, porque tenía que atender a otro paciente en la sala de quimioterapias. Atsumu suspiró y comenzó a llenar las hojas. Cuando estaba a la mitad de la hoja de Osamu, alzó la vista y vio un folleto muy llamativo. Así que, cayendo en la trampa de la mercadotecnia, Atsumu lo agarró para ver de que era.

"Leucemia y cáncer y como una médula ósea hace la diferencia"

Ese folleto hizo que su humor cayera. De por sí se sentía nervioso con el diagnóstico, porque se escuchaba terrible todo lo que tenía. Ni siquiera le habían dicho si Osamu llegara vivo mañana y eso le preocupaba demasiado, o tal vez estaba exagerando. 

𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 //  ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora