— Pensé que me iba a morir — le dijo a Atsumu, — no podía respirar y tenía mucho miedo
Era el segundo día que lo visitaba. Ayer realmente después de lo que le dijo Atsumu, ya no volvieron a dirigirse la palabra durante toda la visita.
Hoy incluso Atsumu le trajo un onigiri a escondidas. Obviamente Osamu lo aceptó sin rechistar porque según la comida del hospital sabía horrible, y también lo tomó como una ofrenda de paz.
— El doctor dijo que probablemente es una neumonía — respondió el rubio.
— Si, eso escuche — habló, — estaré mucho tiempo aquí ¿quién se hará cargo del negocio?
— Tu asistente está enterado de esto. Por cierto, les prometí que les diría cuando despertarás y ayer se me olvido.
Atsumu sacó su celular y le mando un mensaje a Kita, Aran y a Suna. Obviamente no le contestaron en seguida, pero al menos ya les había dicho.
— Tsumu — lo llamó. El mencionado levantó la cabeza hacia su hermano.
— Dime, Samu.
— ¿Mañana me puedes traer un yogurt de durazno y unas galletas de chocolate? — preguntó con una sonrisa. Atsumu lo pensó por un momento.
"¿Le hará daño?"
— Sí, claro.
"Le preguntaré al doctor si puede"
Guardó su celular de nuevo en su bolsillo del pantalón.
— ¿Cómo te fue en tu partido? ¿Hiciste muchos saqueos o perdiste como siempre? — preguntó Osamu con burla.
— ¡Oye! — exclamó Atsumu, — ¡hice muchos saques para que sepas!
Sin duda alguna, una enfermedad no iba impedir su relación como hermanos.
(...)
La hora de visita se había terminado hacia dos horas más o menos y Osamu estaba viendo la televisión, aunque tenía la sensación de que iba a suceder algo. Más bien se podría decir que esperaba sus medicinas o algo por el estilo.
Pero por el momento, estaba viendo la televisión. Exactamente estaban pasando un programa que presentaba lugares ideales de Japón para ir a vacacionar. Entre esos lugares estaba Okinawa, una serie de islas de agua cristalina y arena blanca donde hay un acuario, un par de santuarios y más cosas.
Algo le removió el estómago a Osamu. Le llegó el deseo de ir de vacaciones, pero apenas lo habían ingresado al hospital.
"Quiero ir al mar cuando salga de aquí"
La puerta de su habitación se abrió y se asomó el doctor Nomura con un par de enfermeras, junto con ellas una silla de ruedas.
Por un segundo, Osamu se asustó por la silla porque pensó que lo que tenía era muy grave como para dejarlo paralítico.
— Me alegro de que estés despierto — anunció el doctor, — vamos a tomarte una radiografía así que arriba muchacho.
Osamu sonrió y obedeció. Se levantó de su cama, camino hacia la silla y por inercia se sentó ahí.
— No necesito esto — habló el peli negro hacia su doctor.
— Lo sé, pero es más rápido así — le contesto, — también ponte esto no queremos que te quedes sin aire a medio camino.
El doctor le puso otro ventilador mecánico, pero este parecía ser más pequeño y portátil. Después de que le coloco eso, el doctor salió de la habitación junto con una de las enfermeras y la otra empujó la silla de ruedas hacia el pasillo.
"Pobre señorita. Es la más flaquita"
Con mucho esfuerzo, la enfermera manejó la silla hacia la sala de radiografías. Siguiendo los pasos del doctor y su compañera, claro.
Entraron a la sala después de que otro joven saliera igualmente en silla de ruedas. Se sentía algo nervioso, si bien no era la primera vez que le tomaban una radiografía, esta ocasión era diferente.
— Sube a la cama — ordenó el doctor.
Osamu obedeció, la enfermera que le ayudó con la silla le quitó el ventilador y lo ayudó a ponerse sobre la cama donde arriba de esta, había una máquina que apuntaba.
— También desvístete — de nuevo el doctor.
Osamu sin pensarlo tanto, se quitó la playera y dejó ver su tórax desnudo. Instantáneamente se escucharon unas risillas y cuchicheos, el peli negro buscó la fuente de origen, que terminó siendo ambas enfermeras. Ellas se reían disimuladamente y tenían un rubor en las mejillas.
Osamu que no se percató de esto, le dio un poco de pena.
"Ay que distraído"
(...)
Atsumu iba subiendo por el ascensor hacia el piso 4. Traía en su mochila, el yogurt de durazno que Osamu le pidió junto con las galletas de chocolate.
"Siento como si fuera un terrorista con una bomba en su mochila"
El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron. El rubio caminó 16 habitaciones y cuando llegó a la que le daba la impresión de ser la 16, abrió la puerta. Solo para encontrar a un viejito comiendo su almuerzo.
— ¡Socorro! ¡Un ladrón! — exclamó el anciano al darse cuenta de la presencia de Atsumu, — ¡quiere llevarse mis órganos!
Atsumu desesperado cerró la puerta.
"¿Qué esta no era?"
Se fue a la habitación anterior a la que abrió y de nuevo, abrió la puerta sin tocar. De nuevo encontrando a una anciana que se estaba cambiando su ropa. Atsumu al darse cuenta cerró los ojos.
— ¡Socorro! ¡Un pervertido! ¡Un pervertido! — exclamó la anciana.
— ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No vi nada! — juró y cerró la puerta de nuevo.
"¿Lo cambiaron de habitación?"
El rubio regresó la primera habitación que abrió y luego a la siguiente decidió abrir la puerta, otra vez. Solo que en esta ocasión se encontró a un Osamu hablando por teléfono.
"Gracias a Dios, no vi nada horrible"
Cerró la puerta detrás de él y se sentó en la silla, en lo que su hermano terminaba de hablar con quién sea que estuviera hablando. Osamu por fin se despidió y colgó la llamada.
— ¿Cómo está tu dignidad? — preguntó Osamu una vez dejó el teléfono. Atsumu abrió la boca.
— ¿Lo sabías, hijo de burra? — habló indignado.
— Acuérdate que mi mamá también es tu mamá — respondió. Atsumu se cruzó de brazos, con un puchero en su rostro, — Me cambiaron de habitación ayer. El señor que estaba en mi habitación, necesitaba un trasplante de órganos.
— Bueno, ser buena persona y decirme que te cambiaron de habitación no era mucho pedir. Vi a una anciana desnuda y la imagen me da escalofríos — dijo y luego se abrazó a sí mismo. Osamu se río.
— ¿Me trajiste lo que te pedí? — preguntó curioso. Atsumu suspiró.
"Estábamos hablando de una anciana desnuda y luego sale con la comida"
— Si, aquí está — contestó y abrió su mochila, después sacó el yogurt y las galletas. Osamu tan solo verla, se le hizo agua la boca. Extendió los brazos para que Atsumu se lo diera, — parece que no te dan de comer aquí.
— Si, lo que sea. Anda, dame — pidió. El rubio se lo dio y parecía que le había un pedazo de oro a un pobre. Osamu abrió con felicidad su yogurt, pero recordó que traía aún el ventilador.
— ¿Me quitas esto? — le preguntó a el rubio.
— ¿No quieres que también te lave la cola? — pregunto de broma.
— Si, de paso — respondió con una sonrisa Osamu.
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𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 // ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔
Fanfikce《Tᴜ́﹐ ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴍɪᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴍɪ́. Lᴀ ᴍɪᴛᴀᴅ ϙᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ sᴇʀᴇ́ ʏ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴀʀᴇ́》 La portada esta hecha por mí, no obstante, la imagen pertenece a @ cohum20180524