Capítulo 14

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— ¿Sigue sintiéndose mal? — pregunto su asistente. Osamu se río por lo bajo y negó con la cabeza. Siguió limpiando la barra, aunque en su mente trataba de hacer alguna respuesta a la pregunta.

— Solo me dio un mareo, es todo — contesto con tranquilidad.

— Tengo órdenes directas de que lo lleve al hospital, si se siente mal — volvió a decir.

— No me siento mal, solo fue por un segundo ya estoy mejor — respondió con una sonrisa para calmarlo. Si bien después de la neumonía, todo su negocio ahora tenía demasiadas prevenciones para que eso no volviera a pasar tanto para Osamu como para cualquier empleado.

"Siento como si el alma de Sakusa estuviera aquí" pensó Miya.

— Bueno si le veo mal, no dudaré en llevarlo al hospital — murmuró su asistente antes de regresar a la cocina. También está el hecho de que Atsumu amenazó a todos sus empleados para que, en caso de que se sintiera mal o lo vieran mal, lo llevarán inmediatamente al hospital; si no hacían eso, los golpearía.

En realidad, Osamu si tenía algún síntoma como los mareos, náuseas o uno que otro momento en que le daba escalofríos, pero no eran tan graves, se le pasaban en 5 minutos y no eran tan recurrentes.

Obviamente si decía que tenía eso, directamente irían al hospital; a un hospital público por que las ventas desde que Osamu fue hospitalizado bajaron mucho y es entendible, solo Miya tiene ese talento para hacer onigiris así que no había mucho presupuesto para ir a un hospital privado como la anterior vez. Además de que, en los hospitales públicos, tardaban años en atender a un paciente y más que hoy era sábado.

"Y yo queriendo ir al mar, sin dinero"

— Por cierto — regresó su asistente a la barra y Osamu le prestó atención, — Algunos señores que asistieron a la WACS pidieron su número, así que se los di y la empresa que nos invitó dio un bono como regalo. Así que tiene algo de oro en su tarjeta de crédito —

Osamu parpadeo, dos veces.

"Sin duda soy el favorito de Dios"

— ¿Algo más? ¿Me gané la lotería? — bromeó Miya antes de seguir limpiando.

— Por ahora no, señor — respondió con una sonrisa su asistente mientras se iba de nuevo a la cocina.

"¿Qué cantidad de dinero me habrán dado tan generosamente?"

(...)

— ¡¡¿125, 743 yenes?!! — gritó asombrado Osamu en el cajero. Todos se le quedaron viendo con cierta curiosidad, pero luego Miya se aclaró la garganta y sonrió nervioso.

"¿Por qué tanto? ¿Qué voy a hacer con tanto dinero?"

Retiro su tarjeta del cajero y la guardo en su billetera. Se giró para empezar a caminar hacia la salida.

"Bueno para empezar voy a comprar ingredientes para los onigiris luego separare dinero por si me sigo sintiendo mal, vaya al doctor y después veo lo del viaje al mar"

En ese mismo instante, Osamu sintió una ola de escalofríos que le levantaron todos los vellos del cuerpo y le dio una punzada por toda la espina dorsal. Sin embargo, sólo fue un momento y después todo volvió a la normalidad.

Se abrazó a sí mismo y se froto sus antebrazos.

Sin darle tanta importancia, él siguió con su camino.

"Si me sobra dinero, me compraré un auto" pensó antes de caminar hacia la parada de autobuses.

(...)

Eran cerca de las 7 y media de la noche. Osamu ya estaba en su casa, por órdenes de sus empleados llenos de pánico.

"Debería bajarles el sueldo"

Dejo sus zapatos en la entrada. Luego camino hacia su habitación y una vez ahí se echó en su cama. Sacó su celular y comenzó a ver los precios para su viaje. Los precios no eran tan extraordinarios; tal vez porque Osamu ya se esperaba ese tipo de cantidades, por lo que no tenía ningún problema sumando el hecho de que en ese instante le estaba sobrando el dinero.

"¿Los demás podrán ir? Tal vez tenga que consultarlo primero"

Dejó de ver la página de los precios, se deslizó hacia sus contactos y buscó el contacto de Atsumu; gemelo feo. Luego le dio, y comenzó el timbre. Sonó el primero, el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto y por fin al sexto, atendió la llamada.

— ¿Hola? — escucho la voz adormilada de su hermano.

— ¿Estabas dormido? — preguntó Osamu.

— Si, me quedé dormido mientras veía una película. Hoy mandaron a descansar a todo el equipo y yo quería ver esa película desde hace tie-

— Si, bueno. Te llamaba para saber a qué playa vamos a ir — lo interrumpió.

— ¿Ah? — Atsumu no lo capto a la primera, — ¡ah! Ya ¿a dónde quieres ir tú, que eres el enfermo?

— No sé si tomármelo como burla o como parte de tu falsa amabilidad, pero estaba pensando en ir a Okinawa — contestó y agarró una de sus almohadas para ponérsela debajo de su cuello.

— Claro que podemos ir, solo deja que venda mi riñón — bromeó Atsumu, — ¡¿Por qué ahí?! ¿al menos sabes cuánto cuesta el boleto de avión? 

— Si, ya se los precios y yo puedo pagarle el boleto a alguien más — Osamu comenzó a toser falsamente mientras decía "a Kita-san" y seguía tosiendo falsamente, — en segunda, te pagan mejor que a mí.

— Bueno entonces el dinero por mi parte está bien. Solo no me pidas prestado — respondió Atsumu, sin quejarse.

— No necesito que me prestes, y solo sería avisarles a los demás. Yo me ocupo de Kita-san y tú les dices a Aran, a Suna y tal vez a Ginjama — anunció el peli negro.

— Oye, pero no sé si tengan dinero ahora

— No te preocupes, nos iremos el 13 del próximo mes, además tengo entendido que en agosto les dan vacaciones a todos los de la primera y segunda división así que es perfecto — explicó.

— Bueno, voy a ir a vender mi pulmón para ir a comparar el boleto para Narita porque tengo para todo, menos de eso.

𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 //  ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora