Capítulo 17

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— ¿Ya están todos? — preguntó Kita, y todos contestaron un sí.

Después de dos días estando en Okinawa, habían decidido ir al acuario Churaumi pues era una de las principales atracciones que tenía. Mañana irían a Emerald beach, pasado mañana irían al cabo Manzamo, luego al día siguiente irían a American village y los dos últimos días irían a hacer snorking y a bucear en la isla de Nagannu.

"Creo que la masajista me dobló el cuello" pensó Osamu mientras se acariciaba esa zona.

Comenzaron a caminar hacia la entrada y vieron que los arbustos con flores de afuera tenían formas de peces y pulpos. Bokuto, Hinata y Kageyama se quedaron tomándose fotos con ayuda de Ushijima.

Los demás dijeron que entrarían para comprar los pases. Ciertamente había mucha gente, pero lograron comprarse sus pases incluso los que se habían quedado tomándose fotos.

Decidieron ir por plantas, así que empezaron su recorrido con la primera planta, que estaba dedicada a los arrecifes de coral. Había una sección donde podías tocar animales que viven en aguas poco profundas. Cuando llegaron ahí, todos querían tocar una estrella de mar. Se volvió medio desastroso, más por parte de Kageyama y Hinata, quienes habían tocado la misma estrella de mar y ahora se estaban peleando por la pobre.

Luego, fueron al primer tanque donde había mucha gente y, de hecho, Hoshiumi y Hinata aprovecharon su estatura para poder meterse por debajo de las piernas de la gente y rápidamente estar en primera fila frente al tanque.

"Malditos enanos" pensaron todos.

Pero para suerte de todos, la gente comenzó a dispersarse y pudieron ver mejor el tanque. Había diferentes tipos de corales y peces tropicales que vivían de manera casi natural.

Luego de eso, le siguió una serie de 30 tanques en donde simulaban ambientes. En donde se podrían ver langostas, medusas, seres microscópicos entre otras más cosas.

Todos los chicos se tomaron fotos en el tanque de las medusas, pues estas tenían un color azul precioso y estaba a oscuras, así que parecían que brillaban.

Luego le siguió el laboratorio de tiburones, donde se podía aprender más de estas criaturas, pero los chicos se aburrieron porque no había ningún tanque y decidieron ir a la atracción principal: El tanque Kuroshio.

Un tanque gigante que tenía todo tipo de peces, manta rayas, manta rayas gigantes, tiburones y tiburones ballena. La mayoría se tomó una foto en ese tanque luego siguieron hacia otro tanque donde exponía a las criaturas del fondo marino. Obviamente estaba oscuro.

Antes de salir a ver a las tortugas marinas y a los delfines, Bokuto y Atsumu se tomaron una foto dentro de la dentadura de un tiburón enorme. Después de eso, salieron a ver a las tortugas.

Las tocaron y luego fueron a ver los delfines, pero les dijeron que por el momento estaba cerrado por que uno de los delfines se encontraba enfermo.

Como tenían tiempo, decidieron ir al mercado Makishi, pues ayer Kita, Bokuto y Ushijima ya no pudieron ir por que se les hizo tarde.

"Tengo hambre" pensó Osamu al mismo tiempo que el olor a comida lo adormecida.

— Mira, Samu playeras de gemelos — exclamó Atsumu y jaló a Osamu para ir hacia el pequeño puesto de ropa. Era unas playeras de un pulpo azul y el otro era verde.

— ¿Nos la compramos? — preguntó con un brillo en los ojos el rubio. Osamu arrugó la nariz.

— No, tienes mal gusto. Mejor compremos unas pulseras — pidió y miro las pulseras que estaban ahí.

"No me gusta ninguna" pensó Atsumu, mientras esperaba paciente la elección de su hermano.

— Estas — dijo y le mostró un par de pulseras de conchas. Atsumu se le quedo viendo y Osamu lo interpretó como un no.

— Bien, vamos a otro lado — anunció el peli negro mientras jalaba a su hermano. Vieron que Aran y Kita estaban comprando lentes para el sol y decidieron ir con ellos, a ver si vendían pulseras que le gustaran a los dos.

En cuanto se asomaron al puesto, ambos vieron  un par de pulseras que a los dos les gustó mucho. Se miraron entre sí, y asintieron.

— Por favor, denme esas — pidió el peli negro Miya. La señora asintió con gusto.

Las pulseras que tanto le gustaron, una era de color blanco y la otra era de color negro, de colgante tenían un sol y una luna.

Atsumu se puso la blanca con el sol y Osamu la negra con la luna.

— ¡Wua! Que bonitas — exclamó con emoción el rubio.

— Si, bueno, ahora págame por la pulsera — dijo el peli negro. El rubio poco empezó a alejarse de su hermano hasta que se echó a correr y Osamu fue detrás de él.

Al final, Atsumu le pagó la comida a su hermano.

𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 //  ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora