Capítulo 13

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Osamu le dio un mordisco a su hamburguesa, mientras que Atsumu lo miraba con deseos de matarlo.

— Te odio — murmuró el rubio.

Osamu le sonrió con restos de cátsup adornando sus mejillas.

(...)

Ese mismo día, Osamu acompañó a Atsumu al centro comercial y al supermercado. Primero al súper, a comprar su despensa y luego al centro comercial a comprarse ropa.

Atsumu al final se compró unos nuevos tenis y una camisa azul que vio la anterior vez que vino y que obvio le presumió a Osamu, él por otra parte se compró solo una sudadera roja.

Ya iban de regreso, cuando a ambos les llegó el olor a papas a la francesa y eso despertó de nuevo sus estómagos. Sin dudar un segundo Osamu le dio dinero a Atsumu y le señaló el local donde venía el olor.

— Fórmate — le ordenó  cuando vio la fila larga.

— ¿Ah? ¿Y por qué yo? — preguntó el rubio indignado.

— Porque eres el mayor — contestó, — aunque no parezca.

Atsumu le iba a decir algo, pero su hermano lo jalo de la mano y lo arrastró hasta la cola de la fila, lo acomodó ahí y luego lo soltó.

— ¡Oye! — exclamó el rubio.

— Bueno en lo que llega tu turno, iré a ver los demás locales — anunció Osamu antes de alejarse.

— ¡Solo no te alejes mucho! — le gritó.

— ¡Si, nii-chan! — le contestó con otro grito y luego se río. Osamu fue primero a la tienda de a lado, pero se dio cuenta que era una tienda de vestidos así que fue a la siguiente. Esta era una tienda de gorras, así que interesado se metió a husmear los precios y regresó tan rápido al ver que la gorra más barata costaba 3500 yenes.

"Siempre usan de excusa de que son de colección" pensó después de salir de ahí.

La siguiente tienda era de electrodomésticos, así que la paso por alto. Después de esa, venia una tienda de lencería.

"No me vendría mal comprarme calzones; tal vez hasta una tanga" 

Sin embargo, no se animó a entrar porque había muchas señoritas por la promoción de los sostenes al 3 por 2.

La siguiente tienda era una especie de papelería, de esas tiendas donde puedes encontrar un regalo de último momento. A Osamu le llamó la atención una lámpara de lava que tenían sobre la vitrina.

También vio unos despertadores, así como vio que vendían inflables, cajitas de música, collares, pulseras e incluso dulces.

Entro a echarle un vistazo y vio cada cosa que se le hizo curiosa, se detuvo cuando vio una especie de peceras. Adentro de estas, había un puñado de arena y unas cuantas conchas de mar.

Se le hizo muy linda, así que decidió que se lo compraría.

Fue con la chica encargada de la tienda y le dio el dinero correspondiente al precio dela pecera.

— También puede ponerle agua, la arena es sintética así que no habrá problema con eso e igualmente es una lámpara. Gracias por su compra, vuelva pronto — exclamó la señorita mientras le daba su cambio a Osamu. Él agradeció y salió de la tienda, aun viendo con curiosidad el interior. Le recordó cuando vio en la televisión el mar y le dieron ganas de ir.

La sensación de las olas chocando contra sus pies y la arena entre sus dedos.

Necesitaba un descanso de todo lo que le pasó.

"Quiero ir al mar"

— ¡Samu! — exclamó Atsumu antes de llegar con su hermano y en sus manos traía dos platos llenos de papas a la francesa, — toma aquí están los tuyos.

Le extendió su mano derecha, pero Osamu no reaccionó.

— ¿Samu? — lo volvió a llamar.

— Tsumu — le contestó.

— ¿Qué pasa? — preguntó frunciendo la ceja.

— ¿Podemos ir al mar? — preguntó de repente y dejó a Atsumu desconcertado.

— ¿Qué? ¿Ahora?

— No, quiero tener tiempo para ahorrar e ir con Kita y los demás — explicó, — ¿podemos?

— ¡Claro, Samu! 

𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 //  ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora