Era jueves. El clima estaba lluvioso, pero eso no le impedía a Atsumu ir a entrenar voleibol.
Iba en camino al gimnasio, pero el tráfico era abrumador. Seguía en la misma avenida desde hace ya 30 minutos; trató de distraerse escuchando la radio, pero solo estaban las noticias y una que otra canción que no eran de su gusto. Le cambió a la estación que hablaba de deportes, pero cuando llegó el momento de las noticias de voleibol, su celular comenzó a vibrar en el asiento de su lado.
Perezoso, tomó su celular y vio la pantalla. Una llamada entrante de Osamu.
Atsumu arqueó la ceja. A pesar de ser hermanos, era extraño que Samu le llamara a menos que fuera porque llegó el arroz especial o para cobrarle la comida que no pagó antes.
Despreocupado contestó a la llamada.
— ¿Hola? — preguntó mientras se ponía el celular en su apodo derecho.
— Pensé que no ibas a contestar, como de costumbre — escuchó al otro lado.
— ¡Ja! Pues sorpresa. Estoy atrapado en el tráfico — dijo el rubio.
— Me imagino... — la frase quedo en el aire y Atsumu espero a que él siguiera con lo que sea que iba a decir, pero ya no dijo más y se escuchó un ruido raro.
— ¿Samu? ¿para qué me llamaste? — pregunto extrañado, — Mira si es por los onigiris de salmón que me comí la otra vez, en cuanto me paguen-
— No es eso, Tsumu — su voz tenía un tono extraño. Algo pasaba y Atsumu lo sabía, le daba cosquillas el estómago.
— ¿Qué pasa? ¿Me extrañas? — se burló el rubio. Trató animar el ambiente con una broma y de paso, sacarle la información.
— ¡Ya quisieras, pedazo de cerda! — exclamó en mejor tono.
— Entonces ¿para qué me llamaste? — pregunto de nuevo Atsumu. Se sintió aliviado por que el tráfico comenzaba a dispersarse.
— Yo necesito pedirte algo — murmuró desde el otro lado. El rubio comenzó a ponerse muy ansioso.
"¿Por qué tanto misterio? ¿Qué le pasa?" pensó.
— Y ¿Qué es? ¿Por fin conseguiste novia? — el rubio comenzó a avanzar por la avenida, de hecho, ya casi tomaba la calle para ir al gimnasio.
— No, podrías venir... — Osamu inhalo profundamente, — ¿podrías venir al hospital que está cerca de la tienda?
El auto frenó estrepitosamente.
El corazón de Atsumu sintió una punzada y su estómago comenzó a sentir más cosquillas. Trago un poco de saliva.
"¿Por qué quiere que vaya ahí?"
— ¿Tsumu? ¿Sigues ahí? — preguntó. Atsumu se aclaró la garganta.
— ¿Te paso algo? — respondió el rubio tratando de escucharse calmado.
— No, solo ven, pedazo de burro — habló en un tono impaciente, — te voy a estar esperando así que, si no vienes, voy a patear tu trasero.
Luego Osamu colgó la llamada y dejó a Atsumu con una mueca graciosa. El rubio dejó su celular de donde él había agarrado y siguió conduciendo, pero con destino diferente.
"¿Alguien se lastimó? Tal vez su asistente o alguno de sus meseros..."
Atsumu trató de calmarse por que había algo que le decía que Osamu no estaba bien, tal vez por el tono de voz al principio o por el lugar donde lo citó, que no es usual.
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𝓤𝓷 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 // ʟᴏꜱ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴍɪʏᴀ ✔
Fiksi Penggemar《Tᴜ́﹐ ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴍɪᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴍɪ́. Lᴀ ᴍɪᴛᴀᴅ ϙᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ sᴇʀᴇ́ ʏ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴀʀᴇ́》 La portada esta hecha por mí, no obstante, la imagen pertenece a @ cohum20180524