Traté de grabarme a fuego la sensación de su interior caliente y húmedo alrededor del mío. Miré nuestros cuerpos unidos y dejé que mis ojos asimilaran la imagen de KyungSoo atado a mi cama.
Aquello era mejor que cualquier fantasía que hubiera tenido.
Me tuve que recordar que estaba ocurriendo de verdad. Me retiré y observé cómo mi polla se volvía a internar en él. KyungSoo levantó las caderas debajo de mí. Estaba hambriento. Necesitado.
Y de repente yo estaba igual de hambriento y necesitado.
—¿Crees que estás listo?
Me retiré casi por completo, me recoloqué y lo embestí con fuerza para volver a salir igual de rápido.
Lo miré para asegurarme de que estaba bien y vi que así era. Tiró de las cadenas.
Ese era mi chico. Mi chico travieso.
Entonces me relajé y empecé a penetrarlo dejándome llevar por mi cuerpo. Él respondió del mismo modo y arqueó las caderas para recibir mis embestidas. Se me cubrió la frente de sudor y supe que no aguantaría mucho más.
KyungSoo separó los labios. Él también estaba cerca. Empujé con más fuerza y aumenté el ritmo; quería llevarlo hasta el límite conmigo y vi que empezaba a jadear.
Cogí su miembro con una mano y lo masturbé.
—Córrete cuando quieras —dije y sus músculos se contrajeron a mi alrededor mientras lo hacía.
Yo me interné en él y me quedé quieto, con la espalda arqueada por el placer que estaba experimentando al liberarme en su interior. Pero sabía que podía ofrecerle más, así que embestí una y otra vez.
Agaché la cabeza y me esforcé por recuperar el aliento.
Cuando pude volver a respirar, me acerqué a su oído y susurré:
—Uno.
Estaba sonrojado del placer que le había dado y tenía una sonrisa en los labios. Se cambió de postura y yo comprobé las ataduras y que no estuviera demasiado incómodo. Pero parecía estar bien.
Y por «bien» me refiero a completamente follable.
Me levanté de la cama y me acerqué a la cómoda. Cogí el ungüento y me puse a los pies de la cama. Le quité el grillete del tobillo derecho, me unté el ungüento en las manos y froté justo donde había tenido el grillete puesto. Me tomé mi tiempo para asegurarme de que no estaba herido y no tenía la piel hinchada. Luego hice lo mismo con el pie izquierdo.
—¿Sabes por qué te estoy soltando las piernas?
Él negó con la cabeza.
Dejé el ungüento donde estaba y me aseguré de que me oía volver y acercarme a su cabeza.
—Porque cuando me rodees la cintura con las piernas, mi polla se adentrará tanto en tu cuerpo que me sentirás llegar hasta tu maldita garganta.
Murmuró algo, pero se ruborizó y se le aceleró el corazón.
—Estira las piernas —le dije y me quedé junto a él para darle tiempo a superar el entumecimiento.
Cuando volví a la cama, deslicé las manos hasta sus hombros y se los acaricié para asegurarme de que los grilletes no le dolían o tiraban demasiado. Lo miré a la cara y observé cómo abría un poco los labios. Yo me acerqué a la base de su cuello y lo besé con suavidad para degustar el ligero sabor a sal de su cuerpo. Luego cerré los ojos para concentrarme mejor y mordí la tierna piel de su axila.
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DOMINACIÓN (KaiSoo) +18
AléatoireKim JongIn nunca pierde el control. Durante el día, y como presidente de Industrias Kim, dirige el consejo de dirección. Por las noches, como estricto y exigente dominante, impone su voluntad y sus normas en el dormitorio. Nunca acepta sumisos inexp...