🌼Capítulo 33🌼

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SeHun movió algunos hilos y me concertó una cita para el día siguiente con un psiquiatra de renombre. Cuando volví a casa de la consulta me sentía mejor de lo que lo había estado en mucho tiempo. El agujero que tenía en el corazón seguía allí y me seguía doliendo, pero la mera libertad de poder hablar de eso con alguien ya me hizo sentir mejor.

Entré en el vestíbulo intentando evitar el banco acolchado: había ciertas cosas para las que aún no estaba preparado. Y aunque me empezara a sentir mejor conmigo mismo, sabía que aún había mucho que hacer por lo que a las cosas que le había hecho a Soo se refería.

Lancé las llaves sobre la encimera de la cocina. KyungIl estaba sentado a la mesa, hablando por teléfono.

—Tengo billete para un vuelo que sale pasado mañana —dijo.

Debía de estar hablando con JiEun.

Cuando entré, levantó la vista y me guiñó un ojo. Yo me acerqué a la nevera y saqué una botella de agua. No había tomado ni una sola gota de alcohol en casi veinticuatro horas y, aunque me seguía doliendo bastante la cabeza, mi vista y mi mente estaban mucho más despejadas.

Pensé que era probable que KyungIl quisiera un poco de privacidad, así que hice ademán de marcharme, pero él me hizo un gesto con la mano para que me detuviera.

—¿Que cuando llegue a casa tendré que cambiar pañales y levantarme por las noches durante una semana? —preguntó.

Maldición. Me molestaba mucho saber que mi comportamiento había alejado a KyungIl de su hijo.

—Claro, amor —dijo riendo—. En cuanto aprenda a dar el pecho.

La intimidad que percibí en su tono de voz me incomodó. Pensé en irme y esperarlo en el salón, pero sabía que ya casi estaba acabando.

—Dale a mi chico un beso de parte de su padre. —Esbozó una sonrisa—. Yo también te quiero —declaró y colgó dejando escapar un suspiro.

—Lo siento —me disculpé, inclinándome sobre la encimera—. JiEun debe de odiarme.

—Me ha dicho que si no vuelvo pronto a casa, haré bien en temer por mi vida.

Me senté a la mesa.

—¿Y eso no es un poco raro?

—¿Raro?

Yo pensaba que la pregunta era evidente.

—Que tu sumisa te hable de esa forma.

—No es mi sumisa las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana.

Me encogí de hombros.

—Es que creo que yo me sentiría raro.

—Porque no lo has hecho.

—Es posible.

Arqueó una ceja.

—¿Estás preparado para esto? Si de verdad crees que lo estás, podemos hablar del asunto.

—¿De qué asunto?

—Yo soy un optimista empedernido y siempre pienso en positivo. Aunque lo tuyo con Soo no llegara a funcionar, quizá algún día encuentres a alguien.

—Joder, KyungIl. —Me pasé la mano por el pelo—. Ahora no puedo pensar en eso.

—Es posible, pero si hubieras estado preparado, quizá habrías hecho las cosas de otra forma con él.

—Soy incapaz de pensar en estar con nadie que no sea Soo y no creo que él me vuelva a aceptar nunca.

—Dijiste que te quería. Si eso es cierto, es posible que te dé una segunda oportunidad.

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2022 ⏰

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