🌼Capítulo 25.1🌼

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Se tensó un poco antes de contraerse con los espasmos del clímax.

Luego le cogí las piernas y se las bajé al suelo con delicadeza. Soo dejó escapar un suspiro de satisfacción.

Me levanté y le tendí la mano.

—¿Estás listo para cenar?

Esperaba que se mostrara tímido, que su desnudez lo incomodara de alguna forma. Pero me sorprendió ver que se sentaba y se pasaba una mano por el pelo. Mis ojos bajaron hasta sus pezones.

—Sí, por favor, Amo.

¿Sí, por favor?

Sí, por favor ¿qué?

Aceptó la mano que le ofrecía y se levantó.

—¿Qué has cocinado?

Claro. La cena. Comer. Comida.

No iba a conseguir superar aquel fin de semana.

La paella fue una elección excelente. A Soo pareció gustarle mucho esa combinación de sabroso arroz y suculentos corazones de alcachofas. Se comió casi todo lo que le puse en el plato.

Entonces decidí que no mantendríamos ninguna conversación profunda durante la cena. Ni probablemente tampoco en ningún momento del fin de semana. No con Soo desnudo todo el tiempo.

Había pensado en volver a llevarlo al cuarto de juegos, incluso lo había planeado. Pero eso fue antes del fin de semana y de la reacción de SeHun. Así que decidí que por de pronto dejaría las cosas como estaban y jugaríamos en el dormitorio. Por lo menos hasta que le confesara la verdad y él decidiera quedarse conmigo.

«Por favor, por favor, que decida quedarse conmigo».

Pero como había decidido no decírselo todavía, olvidé esos pensamientos y me concentré en el momento. En Soo desnudo sentado a mi mesa. En lo que había decidido que haríamos aquella noche…

—KyungSoo —dije, dejando el tenedor. Él levantó la vista y esperó a que continuara—. Me temo que en mi… intenso estado de excitación del fin de semana pasado, quizá hablara de más y sobrestimara mis habilidades.

Él detuvo el tenedor a medio camino de su boca.

—¿Qué?

—Hacerlo cinco veces sería —carraspeé—, todo un acontecimiento.

Ladeó la cabeza.

—Creo que ya lo conseguiste en una ocasión.

Se sonrojó y agachó la cabeza.

—Sí, bueno —dije—. Lo que menos me importa es cómo me afectaría a mí. Si lo hacemos cinco veces, tú pagarás el precio más alto. —Me llevé la copa de vino a los labios y bebí un buen trago—. Y eso interferiría con lo que tengo planeado para mañana.

Había dicho las palabras, pero en realidad, lo que quería era llevarlo al piso de arriba, tirarlo sobre la cama y tenerlo allí varias largas y sudorosas horas. Me levanté de la mesa con intención de seguir adelante con mi plan por lo menos dos o tres veces, cuando recordé el potro.

Seguía en mi dormitorio.

—KyungSoo, recoge la mesa y reúnete conmigo en el vestíbulo. Ahora vuelvo.

Lo dejé en la cocina, subí la escalera a toda prisa y devolví el potro al cuarto de juegos. Me pregunté si él habría oído lo que estaba haciendo.

Cuando regresé abajo estaba de pie, esperándome. Pasó una de sus delicadas manos por el brazo del banco acolchado. Estaba de espaldas a mí y, cuando me oyó llegar, volvió la cabeza muy despacio para mirarme por encima del hombro. Nos miramos a los ojos.

DOMINACIÓN (KaiSoo) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora